La última guerra.

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Los once reinos, dispuestos a pelear para conseguir paz. Varios combates ya habían dado inicio en distintos puntos del mapa, pero el combate en el que se disputaría la gran victoria apenas daría inicio.
Con más de un millón de soldados de ambos bandos esparcidos por todos los lugares, sería cuestión de tiempo para mover la balanza y fijar un destino.
Las trompetas sonaron y todos los soldados empezaron a correr al centro del campo de combate. Primero la caballería se enfrentó contra las filas de infantería oscuras y poco a poco iban reduciendo a los soldados, pero ellos no se quedaron de brazos cruzados y empezaron a usar magia de fortaleza para derribarlos de sus caballos.
Las catapultas empezaron a disparar y llenaron el campo con un sin fin de piedras.
Yamilet empezaba a matar a varios soldados oscuros y monstruos mientras cabalgaba en su caballo y al mismo tiempo hacia que los demás soldados avanzaran y tomaran el campo de combate.
El grupo de arqueros y magos empezaron a llenar los cielos de mortíferas flechas que liquidaban al enemigo y estando tan cerca de la victoria los cielos se oscurecieron y de este empezaron a salir relámpagos que asesinaban a los soldados y destruían sus máquinas. Luego salieron varios dragones oscuros que cubrieron el campo en llamas. Al parecer había un mago oscuro que estaba haciendo todo eso y el objetivo sería llegar a él y derrotarlo.
Froilán lidero un grupo para tratar de llegar contra el mago, pero las defensas que lo cubrían eran realmente fuertes y cada vez se fortalecían.
Al mismo tiempo, varios soldados oscuros comandados por uno de los comandantes fueron a la ofensiva evitando el avance de los soldados y caballeros de los diez reinos.
Alvar entro en un grupo de exploración el cual atravesó las defensas del enemigo, pero el verdadero objetivo de él no era asesinar a los soldados, su objetivo era buscar a Lizbet en su castillo y llevarla a algún lugar seguro en caso de que algún combate llegara a extenderse.
Cabalgo en un caballo los más que pudo hasta que un dragón elemental empezó a perseguirlo y con mucha energía este trato de matarlo pero Alvar no se dejaría matar tan fácil, así que empezó a tomar acciones evasivas.
Los refuerzos oscuros empezaban a llegar después de haber derrotado a varios soldados en diversos puntos del mapa y obstaculizaban el avance. Empezaron a retroceder mientras los oscuros se apoderaban del campo de batalla.
Los seis elegido decidieron reunirse en un solo grupo, y junto a Yamilet, todos avanzaron y empezaron a despejar camino para que grupos de catapultas y arqueros llegaran.
Los siete empezaron a avanzar y mientras Liliet mataba a todos los que podía con sus flechas, Xarot invocaba varios golems de distintos elemento para ayudarlos y estos aplastaban a los enemigo como si de hormigas se tratase.
Empezaron a recuperar su territorio pero sin previo aviso, el dragón oscuro salió de la nada y derribo a Gadea y a los golems, y mientras ellos se distraían con el dragón, Daw desenfundaba su espada frente a ellos dispuesto a atacar.
Alvar continuo escapando del dragón y a lo lejos vio otro combate en el cual entro.
Mientras cabalgaba su caballo, evitaba a toda costa los ataques de los soldados, y con demasiada suerte, el disparo de una catapulta derribo al dragón que le seguía, y sin más problemas continúo su trayecto hacia el castillo del Fénix, el cual estaba siendo atacado por gigantes y arqueros.
Alvar atravesó todas las defensas de soldados del castillo y con esto, las fuerzas oscuras atravesaron también. Él se acercó a la puerta, y con una herramienta explosiva, la derribo sin esperar que varios guardias estarían listos para atacarlo, sin embargo, varios soldados oscuros reconocieron a Alvar, y por tratarse de él, todos lo cubrieron y protegieron de los enemigos.
Alvar subió y reviso todos los pasillos hasta encontrar el cuarto de Lizbet, pero al entrar a este no la vio.
Siguió buscando hasta que llego a la terraza, donde había diez guardias que protegían a la princesa mientras ella miraba todo el conflicto. Los caballeros que cuidaban a Lizbet se pusieron en guardia mientras los soldados que acompañaban a Alvar tomaban la misma posición, pero antes de que se pudieran matar, Lizbet pidió que dejaran que Alvar se acercara, y sin desobedecer la orden, dejaron que Alvar entrara.
-¿Por qué se tienen que matar entre ellos?- pregunto Lizbet tristemente.
-Porque así es la guerra, princesa-
-Primero pensaba que ustedes eran los malos, luego creí que éramos nosotros, pero si lo piensas bien, jamás hubieron buenos ni malos-
-Tienes razón-
-¿Entonces, por qué siguen peleando?-
-Por miedo-
-¿Miedo?-
-Sí, miedo a perder lo que quieren. Su hogar, su familia, su identidad... su motivo de vivir-
-¿Tú tienes miedo?-
-Claro que si-
-¿A qué?-
-A no poder cuidar a mis hijos ni a ti, son lo más importante en mi vida-
Ella lo tomo de la mano y con voz firme ordeno a sus guardias y a los soldados oscuros que los protegieran, y sin poder cuestionarla, todos la obedecieron.
Ella y Alvar subieron al caballo y detrás de ellos los siguieron los otros soldados. Su plan seria convencer a los reyes para parar esa pelea.
En el centro del combate las cosas se complicaban. Gadea trataba de defenderse de varios soldados esqueleto mientras Xarot, Liliet, Brais y otros soldados trataban de proteger a varios compañeros heridos. Froilán trataba de liberarse de un dragón y Blup trataba de ayudarlo.
Yamilet salió volando por el campo de batalla y se golpeó en el suelo de una manera tan grotesca que su espada salió volando a varios metros de ella.
Yamilet trato de alcanzarla arrastrándose, pero Daw la adelanto y tomo su espada y se la lanzo. Ella se sostuvo de ella para levantarse y luego la retomo.
Daw la ataco a gran velocidad pero ella logro bloquearlo, pero él continúo y ella lo bloqueaba una y otra vez, hasta que logro darle una patada en el pecho y lo retrocedió unos pasos, pero no fue suficiente.
Daw se acercó y luego le ataco con su espada, y en un inútil esfuerzo para defenderse, la armadura blanca empezaba a agrietarse.
Yamilet retrocedía mientras bloqueaba los bruscos golpes de Daw, pero él la embistió y tomando ventaja uso su espada y de un movimiento le rompio el casco y la lanzo contra el suelo. La parte rota de su casco dejo al descubierto parte del rostro de ella. Estaba aterrorizada y lloraba de miedo.
Trato de alejarse de Daw mientras retrocedía en el suelo pero él llego a donde esta ella y tomándola de la mano, la levanto y volvió a tomar la posición del atacante.
Ella coloco su espada en frente y sin previo aviso, Daw la ataco despiadadamente sin darle oportunidad de atacar, pero con un último esfuerzo, ella bloqueo uno de sus ataques y con un giro, coloco su espada en el cuello de él, pero no pudo atravesarlo.
-Sé que no me harías daño, no serias capaz- dijo mientras se quitaba el casco, dejando al descubierto un rostro ensangrentado.
Ella razono lo que él había dicho y tenía razón, ella era incapaz de lastimarlo. Bajo su espada y su mirada, y con una gran tristeza empezó a llorar de dolor.
-Tú nunca serás capaz de matarme- luego tomo su mano -Por eso tendré que ser yo quien te ayude-
Una vez dicho esto, Daw clavo la espada de Yamilet en su torso y empezó a sangrar por su boca.
-¡¿Qué crees que haces, idiota?!-
-Terminar tu trabajo-
-¡¿Pero qué dices?!-
-Ya te lastime demasiado y además me odias. No creo tener algún motivo para quedarme aquí- luego enterró más la espada.
-¡No continúes, por favor!-
-Cuida a los once reinos por mí-
-¡NO!- luego tomo la espada de Daw y la clavo en su vientre.
-¿Por qué?-
-Si tú te vas, yo quiero ir contigo-
-Todos confían en ti-
-¿Y tú reino? Ellos también confiaron en ti- se enterró aún más la espada.
-Y mi padre se encargara de cuidarlos-
-¿Por qué llegamos a este punto?-
-Porqué nos obligaron a pelear-
-Solo espero haber hecho lo correcto-
-Estoy seguro que lo hiciste- luego se enterró más la espada.
-*sonriendo*Siempre creí que tu serias cómo el caballero blanco-
-Pero realmente soy el caballero negro-
-¿Y crees que ambos caballeros puedan tener su final feliz?-
-Tal vez, en otra vida-
-Me hubiera gustado pasar más tiempo contigo- ella empezó a acercarse a él -¿Te imaginas un futuro juntos?-
-Claro. Por mucho tiempo te vi vestida de novia, acercándote al altar, y en ese mismo tiempo yo te coronaba cómo mi reina-
-Hubiéramos sido felices juntos-
-Si-
-Poder besarnos...-
-Abrazarnos...-
-Acariciarnos...-
-Sentir nuestra piel juntándose...-
-¿Qué habremos hecho mal?- dijo llorando y feliz mientras seguía avanzando.
Ambos morían poco a poco mientras más se acercaban al otro, y cuando se vieron fijamente a los ojos, cada uno tomo su espada firmemente y se prepararon para dar el último empujón.
-¿Aun tienes el amuleto que te regale?-
-Lo traigo ahora mismo-
-Entonces si era una simple pieza de joyería-
-No, realmente me protegió para poder verte una vez más-
-Es lindo que pienses así-
-Creo que el amuleto era para unir a dos personas, no para protegerlas-
-Entonces se lo di a la persona perfecta-
Apretaron sus espadas y finalmente las atravesaron por completo. Cayeron de rodillas y con lágrimas en los ojos, Daw acaricio el rostro de Yamilet secándole las lágrimas.
-Perdóname-
-Ya te había perdonado desde hace tiempo-
Sonrieron y luego ambos se desplomaron en el suelo completamente muertos.
Para ese momento, Lizbet y Alvar estaban llegando para convencer a Daw de detener la guerra, pero al parecer ya era tarde.
Lizbet grito el nombre de Daw, y Alvar fue cabalgando hasta donde estaba este. Bajo del caballo y trato de salvarle la vida a Daw, pero el sonido de una espada llamo su atención y al darse vuelta un caballero plateado se acercó rápidamente para atacarlo. Su final sería inevitable pero Lizbet salto del caballo y se interpuso entre Alvar y el caballero, y cuando este reconoció a la princesa, trato de detener su ataque pero termino tocando el torso de ella y rompió una parte de su vestido. Ella toco su herida y al ver la sangre en su mano cerró los ojos, y tomando toda la fuerza posible, soltó un gran grito de furia hacia el cielo. Al mismo tiempo, el dragón oscuro aterrizo detrás de ella y rugió tan fuerte que su rugido se logró escuchar a varios kilómetros de distancia, lo que provoco que todos los soldados se detuvieran.
Cuando Lizbet termino de gritar, todo el mundo se concentró en ella.
-¡¡¡ ALTO TODOS!!!- tomo un poco de aire y lo libero -¡Ya dejen de pelear! ¿Es qué no se dan cuenta? Ni siquiera saben porque pelean-
-¡PELEAMOS POR LA PAZ!- grito un soldado.
-¿Y creen que así lo lograran? ¿Matándose entre ustedes?-
-¡Los oscuros son los que nos atacan!-
-¡Los diez reinos son quienes vienen a atacarnos!-
-Entre todos se están atacando. ¿Por qué no llevarnos bien?-
-¿Con esos monstruos? Ni lo sueñe-
-Concuerdo con el villano-
-¿A quién llamas villano? Oscurito-
-¡CÁLLENSE! ¿Quiénes de ustedes están peleando por el bien?-
En ese instante todos los soldados de ambos bandos levantaros las manos y armas.
-Ya ven. Ambos pelean por lo correcto-
-Pero ellos quieren matarnos-
-¿Y si dejan de odiarse? Yo no sé de donde proviene este odio si ambos bandos son iguales. Todos quieren proteger a su gente y aunque nadie sea rico o un noble, siguen defendiendo sus reinos. Solo les pido que miren al otro guerrero, él puede ser igual que ustedes, tiene una familia, ama su pueblo y está dispuesto a dar su vida por la de sus seres queridos-
En ese instante llegaron el rey Arnol y el rey oscuro, y cuando ambos vieron el cadáver de Daw, fueron a donde estaba y empezaron a llorar.
Todos los soldados presente empezaron a tirar sus armas uno por uno hasta que todos quedaron desarmados.
El rey Arnol aparto violentamente al rey oscuro. Lizbet intervino y les dijo que ambos eran los padres de Daw, y cuando lo comprendieron de corazón, dejaron las diferencias de lado y detuvieron la guerra.
Una vez terminada, todos los reinos llevaron a cabo una ceremonia por todos los guerreros caídos, y por órdenes de Liliet, Daw y Yamilet fueron enterados uno a lado del otro.
Los diez reinos y el reino oscuro decidieron unificarse y ahora eran los once reinos, y próximamente tendrían otro nombre.
Los seis elegidos empezaron a vivir sus vidas propias. Froilán empezó a crear varios comercios de herrería y fue maestro de jóvenes aprendices que querían meterse al nuevo mundo de los robots. Blup había logrado convencer a Brais de salir con ella y fue en aquella cita donde trato de expresar sus sentimientos. Xarot y Lili decidieron esperar un tiempo antes de tomar una decisión sobre su relación, y Gadea por fin había recuperado aquella colina donde había vivido de niña.
Lizbet y Alvar se casaron y tuvieron una hija quien junto a sus dos hermanos se volvieron los nuevos herederos al trono, y cuando Lizbet tomo la corona, fue conocida como la salvadora de los once reinos por haber detenido una gran guerra y lograr la unificación de los once reinos.

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