La batalla continúo con las muertes de millones de guerreros, y mientras el dragón sombrío mataba a los soldados, y los seis elegidos eliminaban a las fuerzas oscuras, ambos caballeros continuaron atacándose con movimientos más peligrosos.
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Estaban en unos de los pueblos de herreros más importantes del Reino de las Maquinas.
Varias hadas, duendes y gnomos estaban armados y listos para entablar un combate con un gran enemigo.
Lili pregunto a un hada sobre lo que sucedía, y esta solo le dijo que iban a defender su territorio, y luego se fue con los demás.
Lili, Yamilet, Brais, Xarot y Daw los siguieron al otro lado del pueblo pensando que podrían ayudarlos, y que posiblemente se estuvieran enfrentando a criaturas malignas.
Llegaron y vieron que realmente tenían un problema grande, pero no parecía que fuera tan serio, más bien parecía una disputa.
Enfrente de las hileras de ciudadanos armados había una gigante recostada en el camino.
Ella debería de medir, por lo menos unos 6 o 8 metros, lo que equivale a casi 10 duendes de altura.
-¿Podrían dejarme descansar? Realmente estoy cansada- decía la gigante.
-¿Cómo te atreves a respondernos de esa manera?- dijo el líder del grupo.
-Solo dejen descansar, ¿sí?- luego coloco su dedo y lanzo de un golpe al representante del pueblo y cayo encima de un grupo de duendes.
Esto provoco que todos los grupos se acercaran y atacaran a la gigante, pero esta los detenía fácilmente con su pie mientras trataba de dormir.
La pelea termino y todas las tropas del pueblo regresaron mientras que la gigante buscaba posiciones para dormir.
En el fondo, Xarot se reía como loco por la tonta batalla que se libró.
Ni uno solo de los ciudadanos logro tocarla, y ella ni siquiera peleaba, solo trataba de sacarlos como si fueran hormigas.
En sí, ella no era peligrosa, pero molestaba a los ciudadanos con el simple hecho de ocupar un gran territorio a las afueras del lugar.
Los cinco se reunieron en el centro del pueblo y, por más que buscaron, no encontraron a nadie que los pudiera ayudar en ese momento, y todo se debía a la gigante contra la cual "peleaban" y no podían ganar.
Ellos no perdían la esperanza de por lo menos encontrar un lugar donde pudieran comer o reabastecerse (en especial comer). Por fortuna, un gnomo los vio y los invito a su taller.
El taller era pequeño y cómodo, pero agradable para todos.
El gnomo se llamaba Froilán, el gran técnico de robots.
Ninguno de los cinco entendió el concepto de "robot", por lo que Froilán les mostro un prototipo de uno de esos "robot"
Era una armadura de madera con unas partes metálicas, las cual eran ensambles y blindajes.
Aun no entendían el concepto, por lo que dejaron el tema a un lado.
Terminaron la comida y fueron a la sala, donde el gnomo les explico las cosas con la gigante.
Esta simplemente llego unos días atrás y empezó a estorbar los caminos, bloqueando rutas de transporte.
Los ministros ya sabían sobre eso, pero no le han dado prioridad al problema, por lo que ellos han decidido sacarla por cualquier medio.
Daw lo escucho y sin pensarlo, acepto ayudarlo involucrando a todos. Los demás se sobresaltaron por lo que él había dicho y por involucrarlos, pero Daw no se retractó.
Froilán se metió dentro de su robot y luego fueron todos a donde se encontraba la gigante.
Salieron del pueblo, y en el camino se encontraba ella durmiendo sin ninguna preocupación.
-¡Oye tú! ¡Gigante!- grito Froilán a la gigante.
Ella empezó a despertarse mientras Froilán gritaba, y cuando ella termino de despertarse, él fue hacia ella y con una de las manos de su robot, ataco a uno de sus dedos y se lo torció.
-¡AAAHHHH!- grito ella -Eso me dolió, idiota- luego le golpeo a Froilán y este se golpeó contra un árbol.
La gigante se levantó y empezó a sobarse su dedo.
-*enojada* ¿Qué quieren?-
-*tímido* ¿Este...? Me llamo Daw, ellos son mis amigos, Liliet, Xarot, Yamilet y Brais-
-¿Y eso qué?-
-Nos... nos gustaría que dejaras estos caminos. Por favor-
-¿Por qué todos quieren que me vaya de aquí?
-Es que molestas a las personas que viven aquí...
-Yo era la que vivía aquí. Luego me mude con mis padres a otro lugar y cuando volví, ya había una plaga de enanos en mi hogar, y ahora ellos quieren que me valla, pero este es mi hogar-
-De verdad lo sentimos... dijo Yamilet.
-¿Qué van a sentir? La gente pequeña siempre es de pequeños sentimientos- luego se sentó en el suelo, cubriéndose la cara con sus piernas.
Luego Yamilet se acercó a ella y la abrazo de la pierna.
La gigante inhalo profundo y luego le agradeció a ella. Se levantó y se secó las pocas lágrimas que tenía en los ojos.
-Muy bien. ¿Entonces tu eres...? pregunto Xarot.
-Soy Gadea, una gigante normal-
-Muy bien Gady- dijo Daw -Puede que no te pueda dar el pueblo completo, pero estoy seguro que podrás obtener parte de los territorios para evitar este conflicto-
-¿Y cómo sé que lo cumplirás?-
-Tengo una relación con el rey Arnol, soy un caballero real del Imperio del Fénix y también soy príncipe-
-¿Y cómo sé que no mientes?-
-Casi nunca miento, y menos en cosas tan serias-
-Más te vale, porque si no, yo misma te aplastare-
-No hay problema, aunque, me gustaría que tú y el gnomo que lanzaste, nos ayudaran en nuestro viaje al castillo oscuro-
-Si así cumplirás tu palabra, ese gnomo y yo te ayudaremos, *susurrando* aunque sea un idiota-
-Muy bien, solo dime que parte no tan llena de gente quieres recuperar y regresando la recibirás-
Ella los llevo hasta una colina cerca de donde ella estaba y pidió ese lugar. Y aunque tenía un camino transitado, Daw le dijo que no se preocupara, que eso no sería un problema.
Froilán volvió a la normalidad después del golpe, y aunque apenas se enteró que ya era parte del grupo, no le importo ya que por fin tenía un pretexto para dejar la aldea por un tiempo.
Una vez que todos se prepararon, partieron con dirección al reino oscuro y Gadea se notaba feliz por escuchar esas palabras de Daw.
Yamilet se acercó a Daw y le dio un fuerte golpe en el hombro.
-¿Qué te sucede?- le pregunto Daw disgustado.
-¿Qué me sucede? ¿Qué te sucede a ti? ¿Por qué le dices que le devolverás un terreno del cual no tienes ningún poder? ¿Y por qué le dices que eres un príncipe?-
-En primera, al ser soldado real, tengo varias ventajas. A demás, el rey es como un padre para mí y yo cómo un hijo, uno de los motivos por el cual, él me quiere dar el trono después de la princesa-
-Por lo tanto, tu eres el príncipe de...
-No, ninguno de los 10 reinos es de mi propiedad-
-Entonces mentiste-
-No, simplemente es algo complicado por el momento. Cuando llegue la hora te explicare todo-
-Mas te vale cumplirle a ella, porque si no, después de que ella te aplaste, yo misma te matare. ¿Entendido?-
Luego ella se separó de él para hablar un rato con los otros.
Daw se quedó atrás y lo único que hacía era observar a todos.
Ya eran un grupo de siete, y a varios de ellos les había prometido algo, y él estaba dispuesto a cumplirlo sin pretextos, pero realmente no lo hacía porque lo prometió, lo hacía porque ya los consideraba amigos, aunque apenas había conocido a unos, pero fuera de eso, Daw era el único que sabía realmente lo que pasaba y el hecho de que estuvieran todos reunidos no era coincidencia, todo estaba escrito pero eso no significaba que los planes principales iban a ser diferentes.
Llego la noche y todos montaron un campamento para dormir.
Todos estaban listos, pero Brais aún se encontraba fuera.
Liliet lo observo durante un rato hasta que vio que él había invocado a otra paloma y mandaba otra carta.
Liliet empezaba a sospechar más sobre él, pero aun no podía darse esas ideas sin antes comprobar que tenía razón.
Ella volvió a su lugar para dormir y se encontró a Xarot ocupando más espacio del que debía, así que ella lo saco para poder dormir tranquila.
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Dark Casttle.
FantasiEn un mundo de criaturas fantasticas donde existen dragones, aparece un caballero dispuesto a rescatar a la princesa secuestrada por el imperio oscuro. Sin embargo, esta historia no es la tipica historia donde el caballero salva a la princesa y son...