Trucos para todos.

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La mañana había llegado y todos empezaban a despertarse.
Lili abría sus ojos, y realmente sentía una gran comodidad.
Se despertó y ella estaba acostada en la cama donde se suponía debería dormir Xarot.
Se levantó y empezó a escuchar a gente gritar de asombro.
Se asomó por la ventana y miro a Xarot rodeado de gente y con otro golem de hielo, idéntico al que había creado hace tiempo.
Ella salió rápido del cuarto, y con su arco alistado se acercaba corriendo a Xarot para defenderlo del golem.
-Ahora, gente de todo el lugar, les mostrare como los cuatro elementos se combinan para formar una preciosa vista en el cielo- dijo Xarot frente a todo el mundo. Acto seguido, pronuncio unas palabras, y lanzando su barita al aire, hiso que aparecieran cuarto orbes de luz. Uno rojo, uno azul, otro verde y el ultimo blanco.
Él atrapo su barita, y guardándola en uno de sus bolsillos, empezó a controlar los orbes con sus manos, y cuando los alzo arriba de las casas, estos empezaron a girar entre ellos y en su eje mientras soltaban destellos de esos cuatro colores.
Mientras hacía eso, empezó a levantarlos un poco más y los obligo a chocar, provocando que, varias explosiones de colores iluminaran el cielo.
La gente estaba asombrada, pero Liliet lo había visto, y ella se molestó, así que fue algo enojada a donde estaba él.
-¡XAROT! ¿Qué crees que...?-
-Muy bien señorita- dijo mientras tomaba a Lili de la mano -Veo que le gusta la magia-
-¡Nada de eso...!-
-Muy bien, pues entonces creerá en ella.
Deme su mano y vera- dijo Xarot mientras tomaba la mano de ella y la extendía.
Luego presiono su mano con la de ella y al momento de separarlas, Lili tenía en su mano una pequeña flor muy hermosa.
Ella se sorprendió y luego Xarot se acercó a la flor, y soplando ligeramente, hiso que esta se abriera y sacara tres luces.
Todos quedaron asombrados por el espectáculo de luces que Xarot hacía.
-*susurrando*Ahora mueve tus dedos- le dijo a Liliet.
Ella hiso caso, y cuando empezó a moverlos las luces también se movían. Todos se sorprendieron, y después de un rato, Xarot tomo la flor y la fue pasando al público, para que vieran que era magia de verdad.
-Gracias a todos, y por ser un público tan bueno, les daré dos obsequios. El primero será este golem, que los cuidara de todos los males. El segundo *empezó a crear una esfera de cristal* esta esferita, que les mostrara un sin fin de cosas que estoy seguro, se harán realidad- luego tomo la esfera, y se la dio a una niñita.
Ella quedo asombrada por lo que podía ver, pero solo él que tocaba la esfera era capaz de ver lo que había en ella.
La gente le aplaudía, y algunas personas empezaban a lanzarle monedas mientras este agradecía.
-Y ahora, un último acto- en eso, él convirtió su barita en seto, y pronunciando una palabras, en el suelo, debajo de él, se dibujaba un símbolo morado, y cuando lo golpeó fuertemente con su seto, abrió un portal por el cual cayo, y desprendió unos destellos morados.
El portal desapareció y en ese instante llegaron unos guardias que pretendían arrestarlo.
Luego aparecieron luces de colores en el cielo, y desde un tejado, Xarot se despedía de todos antes de volver a desaparecer.
Mientras tanto, Yamilet y Daw dormían juntos en la cama.
Empezaban a abrir sus ojos y se vieron fijamente. Sonrieron y luego vieron que estaban juntos, pegados uno con el otro.
Se sonrojaron y luego se apartaron.
Después de unos minutos, los dos empezaron a vestirse y a ponerse las armaduras.
Salieron del edificio y caminaron en silencio hasta la plaza.
Ambos estaban sonrojados y no podían verse de frente, por lo que de vez en cuando se miraba de perfil, pero llegaron a cruzar miradas varias veces, y eso hacía que ellos se sonrojaran más.
Llegaron a la plaza y se sentaron mientras esperaban a los demás.
Seguían sin mirarse, y para evitarlo, se sentaron en los extremos de la banca, pero seguían cruzando miradas, hasta el punto en que sus manos se tocaron.
En ese momento llegaron Froilán, Gadea, y de un edificio cayo Brais.
Los dos separaron rápido sus manos, pero Brais ya estaba insinuando cosas.
También llego Lili y pregunto si había llegado Xarot, pero él aún no estaba presente.
Esperaron un rato hasta que Xarot llego con algunas cosas nuevas, entre ellas unos dulces y una daga.
-¿Dónde estabas Xarot?- pregunto Gadea.
-Fui de compras-
-¿Y cómo compraste tantas cosas?- le pregunto Froilán.
-No son muchas. Miren, todavía me queda algo de dinero-
-*sorprendido* ¿De dónde sacaste tanto dinero?- pregunto Brais.
-Un mago no revela sus...
-Hizo un espectáculo de magia y la gente le lanzo dinero-
-No seas mala Lili-
-*dirigiéndose a Daw* ¿Ya vamos a partir?-
-¿Qué...? este... Si... si ya creo que debemos irnos-
-*susurrándole a Brais* ¿Por qué esta tan nervioso?-
-Él y Yami, estaban en un plan un poco... mmm ¿romántico?-
Dejaron todos los temas de lado y prosiguieron con su camino.
Pasaron unas horas y encontraron un pequeño bosque de árboles de nenúfares, y dentro de este había un lago con cascada en el que podrían descansar.
Los ojos de Gadea se iluminaron cunado vio el pequeño lago, y sin mucho esfuerzo cruzo los árboles y metió sus pies en el agua, y realmente se sentía satisfecha al poder relajarse después de muchas aventuras.
Los demás la siguieron, y al adentrarse al bosque, vieron el lago y la cascada que este escondía.
Xarot fue a buscar plantas, Lili subió a un árbol a meditar, y Froilán y Brais se lanzaron al agua.
Daw y Yamilet se sentaron en la sombra de un árbol y se quedaron en silencio durante un tiempo.
-Daw, yo quisiera, disculparme por lo de esta mañana-
-¿Qué cosa?-
-Que yo... dormí encima de ti y...-
-Tú no tienes la culpa-
-Es que fui yo quien...-
-Pero yo fui él que...-
Los dos se sonrojaron y apartaron sus vistas.
-Esto jamás paso, ¿entendido?-
-Sí. Nunca hablamos de esto, y nunca dormido juntos-
-Nunca-
Daw se levantó y volvió a sentarse al otro lado del árbol.
Gadea había terminado de relajarse, y decidió salir un rato del pequeño bosque. Brais y Froilán la siguieron, y luego Daw y Yamilet salieron y se fueron por caminos distintos.
Lili seguía meditando, y de la nada, una baya roja golpeo su rostro, haciendo que cayera del árbol y terminara encima de Xarot.
-¿Qué haces aquí?-
-Te vi aburrida y decidí lanzarte una fruta para que luego aterrizaras encima de mí y... aquí estamos-
-Estaba meditando-
-Lo siento, pero realmente eso era aburrido-
-¡No es aburrido!-
-Típico de los adultos viejos-
-¡NO SOY VIEJA!-
-Aja, sí. Creo que necesitas relajarte...-
-Meditar me ayuda a relajarme y a concentrarme-
-¿Sabes? Daw una vez me dijo "No importa cual listo estés, si no tienes determinación para hacerlo, no podrás hacerlo"-
-¿Y qué tiene que ver eso con esto?-
-Una vez hablamos y me dijiste que eras muy grande para unas cosas, y que te gustaría revivir tu infancia-
-Lo dije pero...-
-Y lo único que haces es meditar, ser seria, enojarte. Y ni siquiera son enojos divertidos, siempre es por frustración-
-Eso no es cie...-
-¿Cuándo fue la última vez que sonreíste? ¿O qué no te hayas tomado las cosas enserio? Siempre eres seria y fría-
-Si, pero es que ya tengo 230...-
-Pero aun eres joven para tu especie.-
-...-
-Te diré algo. La flor que te di, me mostró varias cosas de tu personalidad. ¿Quieres que te diga cuales me sorprendieron?-
-*afirmo con la cabeza*-
-*empieza a dibujar cosas en el aire* Las luces que salieron de la flor revelaron varias cosas tuyas, como la esferita parpadeante amarilla. Esa decía que tenías miedo a un cambio-
-No lo entiendo-
-Tal vez eres como eres porque tienes miedo a experimentar otras cosas-
-Pero yo no...-
-Y la morada decía que estabas enamorada-
-¿Yo?-
-Sí. Y tus ojos también lo demostraban-
-Oigan, tenemos un problema- dijo Yamilet entre los árboles -Síganme-
Los tres fuero a donde estaban los demás, y todos estaban parados viendo al frente.
-¿Qué sucedió?- pregunto Lili.
-Gadea vio a lo lejos un campamento de monstruos oscuros...-
-...Y ahora Daw va a combatirlos-
-¡Esperen! ¡¿Daw va a qué?!- dijo Yamilet.
Luego empezaron a verlo, como se acercaba al campamento.
Ella grito y trato de ir con él, pero la detuvieron.
Daw había dicho que trataría de arreglarlo de una forma pacífica, y si no funcionaba, ellos tendrían que intervenir.
Daw se acercaba, y a su vez, varios enemigos lo hacían con sus armas preparadas.
Daw llego al frente del campamento, y entre la gran muralla de monstruos, apareció un cíclope, y por la ropa que llevaba, él debía ser el capitán.
Empezaron a hablar y después de un rato, Daw desenfundo su espada, y colocando el filo en el pecho del capitán, pronuncio unas palabras.
El capitán ordeno retirar a sus tropas y fue así como el campamento quedo vacío.
Luego, los seis fueron con Daw, y asombrados le preguntaron que había pasado, y él simplemente les dijo que logro intimidarlos.
De entre todas las miradas, había dos que no eran de asombro.
Brais empezaba a sospechar algo sobre él, y Yamilet simplemente lo veía con ojos de preocupación.

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