Amores secretos.

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Cuando ambos tomaron caminos distintos, sus corazones cambiaron. Ahora uno de ellos consiguió seis amigos mientras olvidaba a su antiguo compañero.
El otro, simplemente trato de olvidar su dolor de haber sido abandonado de nuevo, y en ese momento encontró a la chica que lo acompañaría hasta el último día de su vida.

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El sol salía y todos empezaron a estirarse después de la larga noche de caminata.
Blup comía algunas cosas que se encontraba en el camino, como bayas, nueces, ramas y algunas piedras, y por más que Liliet le decía que se detuviera, ella continuaba comiendo todo lo encontraba. Cuando se cansó de comer trato de acercarse a Brais, pero él siempre trataba de evitarla.
Solo faltaban dos pueblos más y saldrían de los diez reinos para luego entrar al bosque de la tormenta y llegar al reino oscuro, y así encontrar a Lizbet.
Daw volvió a encabezar al grupo y les aseguro que llegarían muy pronto al pueblo.
Pasaron algunos minutos y Gadea vio el pueblo, o lo que quedaba de él. Todos corrieron para ver si había alguien pero este había sido desalojado por completo, dejando únicamente las ruinas y escombros de lo antes fue un pueblo.
Sin muchas esperanzas, todos empezaron a buscar entre los escombros cualquier cosa que pudiera serles útil.
Mientras tanto, Alvar y su compañero se dirigían al cuarto de Lizbet con un carrito de comida para ella. Ambos llegaron al cuarto y vieron la puerta entre abierta. Alvar entro y no vio a Lizbet, por lo que pensó que tal vez se había escondido para obligarlo a jugar con ella como ya había hecho varias veces.
Alvar la empezó a buscar pero no la encontraba. La princesa se había escapado. Cuando le dijo al hombre lagarto (su compañero), este le pregunto si busco debajo de la cama. Por un momento sonrió pero luego se tomó las cosas con seriedad. Tenían que encontrarla o los regañarían por haberla perdido de vista así que fueron a buscarla.
Daw y los demás no lograron tener éxito en su búsqueda. Al parecer todo fue destruido por los soldados oscuros.
Decidieron dejar atrás el pueblo y continuar hasta el siguiente con las provisiones que encontraran por el camino.
El sol empezaba a opacarse por nubes y parecía que tal vez empezaría a llover.
Todos decidieron entrar a un sendero cubierto de árboles para taparse de la lluvia y cada quien empezó a construir un refugio con los materiales que encontraban.
El agua empezó a caer y todos se refugiaron en su respectiva creación, a excepción de Blup, que convivía con Brais, y de Gadea, a la cual le encantaba él agua.
Pasaron las horas y el agua no parecía reducir, al contrario, ya se había formado un pequeño rio cerca de ellos.
Gadea disfrutaba del agua mientras descansaba en el sendero. Xarot dormía mientras Liliet lo observaba cariñosamente. Por su parte, Brais trataba de alejar a Blup de su refugio.
Daw observaba el amuleto que siempre traía con él y al mismo tiempo trataba de analizarlo. Yamilet lo vio y le entro curiosidad por lo que hacía, así que se acercó a él y se recostó a su lado.
-¿Qué haces?-
-Nada importantes, solo quiero saber qué hace este amuleto-
-Es el mismo que te regrese aquella vez ¿cierto?-
-Si-
-¿Y qué haces con él?-
-Quería saber si funcionaba-
-¿No sirve?-
-El comerciante que me lo regalo dijo que me protegería de cualquier cosa, pero creo que no sirve en mi-
-¿Por qué crees eso?-
-Una corazonada-
-Tranquilo, estoy segura que servirá-
-Tal vez si, o tal vez no. Puede que sea simple joyería, pero sería una pena tirarlo-
-...-
-¿Te gustaría conservarlo?-
-¿Yo?-
-Si, en caso de que el comerciante hubiera tenido razón, me gustaría que te protegiera a ti-
-*sonrojada* ¿Por qué yo?-
-...-
-¿Daw, estas bien?-
-*susurrando* Es que me importas-
-¿Qué dijiste?-
-...*un poco deprimido* nada-
En ese momento dejo de llover y todos empezaron a salir de sus refugios, y sin perder tiempo retomaron el viaje para al fin llegar al afamado castillo oscuro.
Por lo tanto en el castillo. Alvar recorría todos los pasillos en busca de Lizbet.
Pasaba el tiempo y no era capaz de encontrarla, pero tampoco se pudo salir del castillo con toda la guardia que lo rodeaba.
Recorrió los pasillos de nuevo para averiguar que no la hubiera omitido en alguno de estos.
Él estaba algo alterado buscándola y de la nada empezó a escuchar los gritos de ayuda de la princesa. Corrió hacia los gritos y la vio dentro de su cuarto. Entro y vio a la princesa parada en una esquina mientras sus hijos, vestidos de caballeros, se acercaban a ella.
-*actuando* Oh no, que alguien me salve, por favor-
-Tranquila, princesa, nosotros la salvaremos- luego tomaron sus espadas y empezaron a tirar a varias criaturas de juguete con ellas.
-Mis héroes, me han salvado de esas criaturas malvadas, y como recompensa les daré un enorme beso- los abrazo y les dio un enorme beso en la mejilla a cada uno.
-*risilla*-
-¿Ah? ¿Alvar?-
-¡Papi! *corriendo hacia él* Viste como salvamos a la princesa-
-Claro que lo vi, ¿y tú, princesa? ¿Qué haces aquí?-
-Nosotros la liberamos-
-¿Qué?-
-Me escape para jugar con ellos- dijo interrumpiéndolo.
-Niños, ¿Qué tal si nos dejan a solas a la princesa y a mí?-
-Pero queremos jugar un poco más-
-Primero coman algo y después continúan jugando, y si encuentran a su tío díganle que encontré a la princesa, ¿entendido?-
-¡Sí!- después salieron corriendo.
Alvar retomo su vista a Lizbet y ella ponía cara de haber hecho algo malo y que quería esconderlo.
-¿Qué haces aquí?-
-Solo vine a jugar y eso es todo-
-Mis hijos te sacaron ¿cierto?-
-No los regañes, yo les prometí jugar y ellos me sacaron-
-Tranquila, ellos estarán bien- luego sonrió -¿Qué tal si vamos a tu cuarto? También debes comer- la tomo de la mano y la llevo a su habitación.
Entraron y Alvar empezó a acomodar los platos para Lizbet.
Ella empezó a comer y Alvar la miraba desde una esquina. Él no podía quitar la vista de ella y Lizbet se había dado cuenta.
-Alvar, ¿puedes venir, por favor?-
Él se acercó a ella y se puso delante de ella. Lizbet tomo una cucharada de su sopa, le soplo y luego se la dio a Alvar en la boca.
-¿Lizbet?-
-¿Quieres ayudarme a comerme toda la comida? A demás, creo que tú tampoco has comido-
Luego rugió el estómago de Alvar. Ambos empezaron a reírse y después empezaron a comer juntos hasta acabarse toda la comida.
Ambos estaban satisfechos y Alvar se acostó en la cama de Lizbet mientras ella estaba sentada al otro lado.
-¿Estas bien?-
-Sí, solo necesito digerir la comida-
-...-
-...-
-Alvar, ¿te puedo preguntar algo?-
-Claro, princesa-
-¿Hace rato, cómo me habías llamado?-
-¿Cómo?-
-Cuando llegamos y te di de comer dijiste mi nombre-
-Si-
-Es la primera vez que dices mi nombre y no princesa-
-Si-
-¿Porque?-
-No lo sé-
-Eso fue tierno-
-...-
-... Alvar- dijo apretando sus manos -Necesito decírtelo-
-¿Decirme qué...?- Ella lo interrumpió colocándose encima de él y poniendo sus manos encima de las suyas y viéndolo fijamente.
-¡ESTOY ENAMORADA DE TI! No sé si está mal que la prisionera se enamore del guardia pero así paso-
-Liz...-
-Tú me has tratado tan gentilmente aunque nadie te lo haya pedido y estoy feliz por cada momento que paso contigo. Sueño contigo cada noche y siempre espero a verte, y aunque te amé *con ojos llorosos* sé que no podre ocupar un lugar tan importante como el de tu esposa, y estoy segura que ella... seguirá siendo lo más importante en tu vida... *llorando* aunque ella no este,... y yo... jamás seré capaz de remplazar ese sentimiento que tienes por ella-
-Lizbet. Estos días que he pasado contigo han sido los más bellos en mucho tiempo. Gracias a ti volví a sonreír, y estoy seguro que mi esposa no quisiera verme triste después de todo el tiempo que he pasado sin ella, además, sé que mis hijos te aceptarían cómo su madre-
-¿Entonces, mis sentimientos son correspondidos?-
-Más que eso, mi princesa-
Lizbet acerco sus labios a los de Alvar y ambos juntaron sus bocas en un tierno beso donde ambos expresaron sus verdaderos sentimientos.
Sus labios se separaron y Lizbet no espero para abrazarlo fuertemente y secar sus lágrimas en su pecho.
-De verdad te amo, y no pienso alejarme de ti jamás-
-Lo se princesa, y si pudiera ayudarte a escapar lo haría sin siquiera pensarlo-
-Gracias, pero preferiría quedarme aquí, contigo-
-Gracias, Lizbet-
Luego Alvar acomodo el cabello de Lizbet y la abrazo.
Ella empezó a cerrar sus ojos y mientras dormía, dejo de apretar a Alvar, dejándolo libre para salir.
Alvar se levantó y la vio dormida, y pensó en dejarla sola, pero antes de abrí la puerta la miro una vez más y decidió quedarse. Se acercó al librero y empezó a buscar un libro.
-¿Quieres que te lea tu libro favorito, princesa?
-*somnolienta* Si, por favor-
-Muy bien, aquí lo tengo-
-*somnolienta* Se mi príncipe, Alvar-
-Con mucho gusto, princesa- luego empezó a leerle el libro hasta que ambos terminaron dormidos.

Dark Casttle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora