𝐋𝐄𝐈𝐒𝐔𝐑𝐄 ┊ Textos que escribo cuando tengo tiempo sobre bangtan en alguna vida alternativa.
➽ contenido heterosexual.
➽ faltas ortográficas por accidente, serán corregidas.
➽ minúsculas intencionales.
➽ no me gusta escribir lemon, sorry.
➽ a...
El pequeño Jin estaba muy triste; en su octavo cumpleaños sus padres lo habían encargaron con tu tía, una vieja amiga de ellos. Jin los extrañaba demasiado, no estaba con ellos, pues su trabajo los mantenía muy ocupados.
Tu tía no se iba a quedar con la pena que tenía ante el pequeño; así que rápidamente se puso a cocinar un pastel. En la habitación donde estaba Jin, sólo habían peluches viejos y rotos, así que para una niño de su edad, esa habitación no era la más atractiva.
¡Él quería llorar! Estaba muy estresado por la situación. Sus lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, y tú, llegaste a la habitación para tratarlo de animar.
Un par de horas después, Jin se encontraba dormido en tu hombro, oíste la voz de tu tía que te buscaba. Molesta, abriste los ojos y pudiste bajar con tu tía; con las manos ocupadas te dijo que abrieras la puerta, la cual se oía que tocaban el timbre. Como toda niña obediente que eras, fuiste a ver quién era el susodicho.
—¡Señorita! ¿Se encuentra alguien mayor en tu casa? —preguntó amablemente el joven repartidor que parecía traer una jaula para animales en su mano.
Al momento de oír sus palabras respondiste afirmativamente, pero diciéndole que estaban ocupados.
—Ok. Sólo necesito una firma —insistía el joven.
Rápidamente tu tía salió de la cocina y con las manos sucias por la mezcla del pastel te dijo que firmaras. Con una letra ilegible e infantil, firmaste con un garabato en nombre de tu tía. El repartidor te entregó la jaula y se fue.
Al observar lo que había en la jaula, te emocionaste y tu tía te explicó que era un regalo para Jin. Subiste inmediatamente a la habitación.
—¿Qué traes ahí? —preguntaba Jin al verte con las manos tras la espalda.
—Una sorpresa para ti.
—¿Cuál? —preguntó con curiosidad el pequeño.
Cuidadosamente colocaste la jaula encima de la cama y sacaste al pequeño ser de adentro.
—¡Un perrito! —gritó emocionado Jin.
Lo tomó de su cintura y el cachorro empezó a lamer el rostro del pequeño. Y fue ahí donde Jin se había enamorado de su segundo amor.
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Yoongi
No podías parar de ver a Suga estresado por no terminar de arreglar su máquina de mezclas musicales. Lo estabas esperando para salir a dar un paseo, pero antes tenías planeado darle una sorpresa.
