CAPÍTULO 25.

181 38 2
                                    



POV Marce

20 de Noviembre de 2015

Meto mis manos en mi pantalón y comienzo a marcar el número de Cloé, el último que había marcado. Con cada número que apretó suelto una palabrota, para cuando llego al noveno número, solo las invento.

— Hola loquilla— saluda alegremente.

— La golpeó Cloé, la dejó casi irreconocible y se acaba de ir, no sé a dónde. Tenemos que buscarla— le suelto apurada mientras busco por el cuarto mi chaqueta, las llaves y mi cartera.

— Espera, ¿De qué hablas? ¿Quién?— su voz suena preocupada y escucho de fondo la voz de Megan.

— Lexa— mi voz se quiebra con el recuerdo de su rostro.

Suena un botón y escucho el vacío de la habitación, donde Cloé y Megan están reunidas. Me colocó en altavoz. Exasperada por no lograr ponerme la chaqueta de los nervios, la tiro contra el piso y comienzo a salir del departamento a toda prisa.

— Dominic, golpeó a Lexa, la destrozó. Estaba sangrando, y esa tozuda no me dejó revisarla. Se presentó en mi puerta y estábamos hablando pero se fue, y no sé a dónde. Tenemos que conseguirla antes que él... si él la consigue...— no fui capaz de terminar la frase, un temor recorrió por mis venas y me paralizó en el borde de las escaleras, el tiempo necesario para recomponerme y comenzar a bajar cada escalón con rapidez.

Una sarta de insultos y palabrotas salen de todas por el parlante del teléfono. Hay llanto y no logro escuchar lo que Cloé dice. Sin embargo, se hace el silencio y escucho la voz de Megan calmada.

— Nos encontramos contigo en su casa. No subas sin nosotras. La sacaremos de allí.

— Meg...— me paré al final de las escaleras sin poder dar un paso más hacia la oscuridad de la calle. Vivo a algunas cuadras de casa de Alexa, pero nunca me parecieron lo suficientemente cerca, sin embargo, hoy siento que nos separa un continente entero.

— No, Marce, no pongas esa voz. Ella estará bien, la sacaremos de allí y si no está allí la buscaremos y la conseguiremos... primero que él— agregó en un susurro. Mis pensamientos oscuros también eran los de ella.

— Tuvimos que haberla sacado antes, cuando comenzamos a sospechar...— reprimo las lágrimas que corroen mi pecho y no me permiten terminar la frase. Cloé le arranca el teléfono a Megan de las manos.

— Marce, vamos saliendo. Llegamos en quince minutos— su voz está sensible después de llorar. La escucho sorber su nariz entre frases.

— Yo estaré allí en diez. No tarden— y me precipito con un trote ligero por la oscura noche, sin sentir el frío quemándome la piel expuesta.

Quince minutos después Cloé derrapa con su Mazda de color verde, en la entrada del edificio. Con un agarre impresionante al movimiento brusco que hizo su torpe conductora; eso habla más sobre la fiabilidad del auto que de su piloto. Ni siquiera escuché el ronroneo de su motor cuando se acercaban. Una vez se estacionan, saltan a la calle. Sin intercambiar saludos, ni perder un segundo más, subimos las escaleras hasta el departamento. Cloé, con su cara roja del llanto, furiosa como nunca la había visto, golpea de forma enérgica la puerta y todas aguantamos la respiración cuando escuchamos unos pasos dentro del departamento.


APRESADA. Hasta que la muerte por fin me libere.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora