CHERRY BOMB | guardians of the galaxy vol. 1 [moonstone series #1]

S I E T E

—El dinero se repartirá entre todos —insistió Quill, mirando de reojo a los demás—. Compañeros —añadió.

—Tenemos un acuerdo, pero nunca seria socia de gente como ustedes —dijo Gamora, en tono despectivo. Cherry puso los ojos en blanco, mirándola de arriba abajo.

—Sé que te crees mejor que nosotros pero no es así —siseó Cherry—. Bien, reunión terminada, cada quien vaya a hacer lo que se le dé la gana.

—Le avisaré al comprador que vamos en camino —fue todo lo que dijo Gamora en respuesta.

—Gracias, qué amable de tu parte —gruñó.

—Lo sé. Y, chicos, su nave está muy sucia —dicho esto, subió las escaleras hacia la planta de arriba.

—Oh, no tiene idea —canturreó Peter, orgulloso—. Si tuviera una luz ultravioleta, este lugar sería una pintura de Jackson Pollock.

—¿Si sabes que no era un halago, cierto? —preguntó Cherry lentamente. Peter se encogió de hombros.

—Tienes problemas, Quill —añadió Rocket. 

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Cherry se deslizó al lado de Drax cuando creyó que Peter no la estaba viendo, parándose casualmente a su lado, recargada contra la puerta.

—Así que no es sobre dinero para ti, ¿eh? —preguntó ligeramente, observando las uñas de sus manos como si fueran lo más interesante del mundo.

—Venganza —dijo Drax sombríamente, mirando al suelo—. Venganza es lo que quiero.

Cherry asintió, poco impresionada. Se mordió el labio, como si estuviera debatiéndose entre hablar o no, y finalmente dijo:

—Suena como un buen plan, si eso es lo que necesitas —musitó—. Solo no dejes que la venganza te consuma, ¿si? Estoy segura de que tu familia hubiese querido que fueses feliz eventualmente.

Cherry le regaló una mueca de sonrisa antes de irse a su habitación. 

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Cherry usualmente no tenía pesadillas. Las tenía mucho de niña, cuando recién Yondu y los Saqueadores la habían llevado con ellos. Todo era ruidoso y sucio y le era imposible confiar en alguien. Excepto en Peter, quien todas las noches después de una pesadilla se acurrucaba con ella en su cama, y le prestaba sus audífonos.

Probablemente eso no encajaba con la imagen que los demás tenia de Peter Quill, pero a decir verdad, Cherry no conocía a alguien que fuera tan amable y gentil como él.