CHERRY BOMB | guardians of the galaxy vol. 1 [moonstone series #1]

D O C E

Los ojos de Cherry se abrieron de par en par por un instante, pero casi inmediatamente después de sentir los labios de Peter contra los suyos, los cerró.

No pienses, le había dicho. Así que había dejado de pensar.

No supo realmente cuánto quería que Peter volviera a besarla hasta que pasó. Su corazón latía fuertemente mientras sus manos temblaban, aferrándose a su cuello para atraerlo más a ella. Era un beso tan bueno como el primero, como uno nunca dado antes, donde Cherry puso todo de ella sin pensar demasiado las cosas.

"Esto podría arruinar su amistad, podrías perderlo todo", le dijo una voz en su cabeza, distrayéndola.

Cherry se separó de Peter, sin romper la distancia con sus manos alrededor de su cuello mientras las de Peter estaban firmemente en su cintura, sosteniéndola. Se quedaron viendo unos segundos a los ojos. Peter la miraba con completa adoración, con tanto amor...

Cherry podría perderlo todo, pero también podría ganarlo todo.

Peter era más que su mejor amigo, de eso estaba segura. Era la persona a la que podía contarle cualquier cosa. Nadie la entendía como él. Le gustaba que se sentía completamente cómoda con él, y también segura. Con Peter a su lado, nada podía salir mal. Además, daba los mejores abrazos del mundo. Y al parecer, también besaba increíblemente bien.

—Creo que tal vez estoy un poquito enamorada de ti también —murmuró Cherry.

—¿Tal vez? —Preguntó Peter, juguetón—. Porque me besaste como un "definitivamente estoy enamorada de ti y quiero arrancarte la ropa en este momento".

—¿Dije que estoy enamorada de ti? Quise decir que estoy completamente fastidiada de ti —musitó Cherry, sus ojos brillando divertidos.

—¿Oh, en serio? Tal vez necesite besarte para que cambies de opinión.

Peter volvió a besar a Cherry, ésta vez lentamente, apenas separándose cuando sintió a Cherry sonreír contra sus labios.

Cherry le sonrió. Peter Quill iba a romper su corazón, de eso estaba segura. Tal vez fuera un capricho nada más, o tal vez fuera algo verdadero, pero sabía que no podía retroceder. No quería hacerlo. Incluso si terminaba llorando sola, valdría absolutamente la pena.

—Gracias por salvar mi vida —musitó Cherry, acariciando el rostro de Peter—. Pero la próxima vez que te arriesgues por mí de esa manera, te rompo la cara. ¿Por qué carajos me diste tu máscara?

—¡No podías respirar y...!

—Peter, yo tengo la mía, solo que fui demasiado lenta para activarla —Peter se le quedó viendo en blanco—. Quill, ¿se te olvidó que yo también tenía una máscara?

—Claramente tú eres el cerebro entre nosotros dos y no podía perderte por eso —balbuceó.

—Oh, ¿así que no es porque estuvieras enamorado de mí, eh? —se burló Cherry, enarcando una ceja.