CHERRY BOMB | guardians of the galaxy vol. 1 [moonstone series #1]

D I E C I O C H O

—Ey, ¿puedo pasar? —preguntó Cherry suavemente, recargándose en el marco de la puerta.

En otra ocasión, ni siquiera hubiera preguntado. Simplemente se hubiera deslizado al lado de Peter, reclamándole por haber dejado los calzoncillos en la cocina, pero el semblante serio de Quill la detuvo. Peter estaba mirando a la nada, con un cassette en la mano.

—Claro —dijo Quill, volteando a verla brevemente para mirarla suavemente, antes de palmear el lugar a su lado. Cherry caminó hacia él, sentándose a su lado cruzando las piernas. Recargó la cabeza en su hombro y suspiró.

—Me alegra que el cassette pudiera recuperarse —dijo Cherry, rompiendo el silencio que se formó—. Tu madre realmente tenía muy buen gusto en música.

Peter extendió su mano, entrelazando los dedos en silencio, dándole un pequeño beso en la cabeza a Cherry.

—¿Recuerdas la caja que impediste Rocket abriera? —preguntó Quill. Cherry asintió. Por supuesto que la recordaba. Ni siquiera ella podía tocar esa caja, era de Peter. No había que ser un genio para saber que su madre se la había dado—. La abrí. Hay una carta —por primera vez, Cherry reparó en el sobre descansando en el regazo de Quill—. ¿La leerías para mí?

—¿Nunca la has leído? —Peter negó con la cabeza—. Está bien —murmuró Cherry, tomando el sobre. Sacó una hoja blanca doblada en tres y comenzó a leer quedamente:

—"Peter. Sé que los últimos meses fueron difíciles para ti. Pero me iré a un lugar mejor. Estaré bien. Y siempre estaré contigo. Eres la luz de mi vida. Mi hijo adorado. Mi pequeño Star-Lord" —Cherry hizo una pausa, tragando saliva. Intentó controlarse. No quería llorar frente a Quill—. "Con amor, mamá."

Cherry descansó la carta en un lado y sin pensarlo, se sentó en las piernas de Quill y lo abrazó. Terminó a horcajadas de él, el rostro de Peter escondido en su cuello. No lo escuchó llorar, pero sí sintió un par de lágrimas en su cuello. Su corazón se encogió. Acarició el cabello de Quill suavemente, simplemente confortándolo.

—Tu mamá te quería muchísimo, Quill. Y aunque no esté aquí, sé que está más que orgullosa de ti. Me salvaste la vida, Peter. Y no me refiero únicamente con la Gema. El día que me encontraste, me salvaste la vida —los brazos de Peter alrededor de su cintura la estrecharon fuertemente, escuchando sus palabras—. Tu mamá y tú tienen algo en común. Ambos tienen un gran corazón.

Peter se separó levemente de Cherry, solo lo suficiente para poder ver su rostro. Acarició su mejilla con el pulgar, adorándola con la mirada, sin poder creer que Cherry estuviese frente a él.

—¿Cómo es que eres tan buena con las palabras, Cherry?

—No soy tan buena. Solo que tú eres el único que me sabe escuchar —Cherry hizo una pausa—. ¿Estás triste?