Capitulo 32

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Gogo y Fred se encaminaron rumbo a la parte volcanica del bosque dónde empezarían la busqueda del cristal. En el proceso ambos se mantuvieron callados, sin decir ni una palabra. Fred intentaba animar el ambiente, pero las miradas frías de Gogo lo obligaban a callar sintiendose incómodo. Las cenizas que caían del volcán, provocandoles tos y alergía, los retrasaban un poco, pero sin embargo, nunca pararon el paso, acercándose a su destino.

No obstante, la experta en velocidad no sabía como sentirse, si triste, enojada o sencillamente se rendiría. Fred estaba enamorado de otra y a pesar de sus intentos, no pudo enamorarlo. Siempre lo trato mal, se hacía la dificil, incluso lo insultaba, solo para ocultar sus sentimientos; era doloroso enamorarse, sobre todo si ese ser no te correspondía; quizás si hubiese sido más amorosa, pero no, ese no era su estilo, ella era dura, fuerte, no podría dar su brazo a torcer. Envidiaba mucho a Honey y a ______, siempre pensó que sería fácil siendo tan bonita, pero al final, debía ser una tonta como para creer que Fred se fijaría en alguien así.

-¡Oye Gogo, ¿podrías ir más lento?! -Le recriminaba Fred a solo unos pasos atrás, exhausto por el traje. El calor era impresionante.-

-No estamos de vacaciones, te recuerdo que tenemos tiempo limite y si te detienes a cada minuto no podremos hacer nada.

-¡Es que, vas muy rápido! Te perderás, y entonces sera más complicad-

-No me importa perderme, con tal esté lejos de ti... Me da igual.

Fred tragó sáliva, las palabras de Tomago le impactaron el corazón, la frialdad con las que entonaba romperían hasta el más duro hielo.

-¿Sigues molesta por lo de... Cassidy?

Se detuvieron a solo unas cuadras del volcán. Lo único que resonaba en el sitio eran las hojas revolverse por el viento fuerte que soplaba aquella tarde. Fred quería arreglarse con Gogo, era su amiga, pero la contraria no pensaba igual. La mirada de la pelinegra estaba hundida en tristeza, sus cabellos cubrian sus ojos, siendole imposible al rubio ver como se encontraba. Minutos pasaban y ella seguía sin pronunciar palabra.

-No sé de que hablas. Tú solo piensas en ti.

-¡Estoy preocupado! ¡Generalmente sueles insultarme, agredirme, hasta decirme lo tonto que soy! ¡Pero... hoy!

-¡¿Qué no puedes entender que me gustas?! -Gritaba ya harta. Su voz se hizo eco en el sitio dejando en un shock a Frederick.-

-Gogo... Yo ..

-¡Cállate, eres un tonto retrasado mental! -La chica caminaba hacía el héroe reptil con los puños empuñados.- ¡Meses demostrandote que de verdad siento algo por ti! ¡Casi se me va el mundo cuándo te hirieron! ¡Tus tonterías me alegran el día, tus payasadas, tus boberías infantiles de un fan boy urgido! ¡Todo eso me encanta, imbécil! ¿Y tú que haces?

A Fred no le dieron palabras para responder, ya Gogo lo tenía sujetado del traje con suma fuerza que termino asustandolo más de lo normal.

-¡Besarte con otra tipa frente a mis narices y de paso tienes el descaro de preguntar porque me siento tan mal! ¡Eres un maldito idiota, Fred!

Lo empujo hacía el suelo transmitiendole toda su rabia. El rubio miraba a Gogo totalmente impresionado, lágrimas amenazaban salir de sus ojos verdes; nunca fue tan duro con él, nadie lo era. Pero ella... lo lástimo por completo. No por los insultos, si no por haberla herido de ese modo. Le dolia...

Le dolía herir a Gogo.

La joven se dió la vuelta y volvió a su andar, sin decir ni una sola palabra más. Seguidamente se levantó Fred, y la alcanzó, acelerando el paso hasta que la abrazo por la espalda, rodeandola con sus brazos. Gogo no entendía el porque, pero inmediatamente intentó zafarse, no quería su lástima, ni mucho menos compasión, quería seguir con su orgullo en alto; sin embargo Fred empleaba una fuerza en sus brazos lo que la imposibilitaba huir a la nerd de velocidad. La apegaba a su cuerpo apoyando su cabeza en la suya, mientras acariciaba su cintura.

Quédate Conmigo. (Segunda temporada de: Quiero que Regreses)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora