Capítulo 15. La segunda prueba

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-De verdad que lo siento, Draco, pero tengo que ayudar a Harry porque...
-Porque si no, no va a superar la segunda prueba. Lo sé, Hermione, tranquila- estaba apoyado en un árbol abrazando a Hermione que estaba recostada sobre mi pecho -ve con Potter, no me importa.
Hermione se giró y me miró con la ceja levantada.
-¿No te importa?
-No- contesté seguro.
Hermione me miró nuevamente sin cambiar la expresión.
-¿Puedes dejar de mirarme así de suspicaz?- ella mantuvo su cara -vale, sí, sí me importa. ¿Cómo no me va a importar? Quiero pasar tiempo contigo. Pero sé que tienes que ayudarlo. No duraría ni un minuto sin ti.
Hermione sonrió y me besó tiernamente:
-Gracias.
-¿Por qué? -pregunté mirando embobado sus maravillosos ojos.
-Por ser tan bueno conmigo.
-Si alguna vez te prohibo que hagas algo, golpéame como en tercero.
Ambos sonreímos y ella se abrazó a mí.

-¿Y en serio no te molesta?- Theo me preguntaba desde detrás del libro que estaba leyendo.
-Sí, sí me molesta no verla, pues claro. El estúpido Potter siempre se lleva su atención. Pero da igual, no voy a decirle nada. Es su amigo así que lo va a ayudar sí o sí -me arreglaba la corbata de mala gana.
-Bueno, ya solo falta un día, a partir de mañana podréis veros más a menudo. Pasará tiempo hasta que llegue la tercera prueba.
-A lo mejor al meterse en el lago se ahoga y se lo tienen que llevar a San Mungo y no participa más.
-¿Crees que eso le gustaría a tu Hermione? -Theo me miraba divertido
Le miré y suspiré. Llevaba razón.
-Oye, ¿cómo sabes que es un lago?- Theo dejó el libro y con la varita lo llevó levitando hasta su cama.
-Porque Hermione me lo contó, Potter abrió el huevo bajo el agua y un canto de sirenas le decía que tenía que buscar algo bajo el agua. Y lo único en lo que aquí te puedes sumergir es el lago.
-Entonces debería tener más cuidado con los grindylows, son terribles. Luna me contó que si te enfocan no paran hasta atraparte.
Mientras Theo me contaba características de los grindylows que le había contado Lovegood, nos dirigimos hacia el Gran Comedor pero al llegar al pasillo que comunicaba con el corredor de transformaciones oí una voz muy clara.
-Theo espera -Nott se detuvo y yo agudicé el oído.
-¿Qué pasa?
-Es Hermione. Y creo que va con la comadreja.
-¿No estarás pensando en seguirla?
Pero ya era tarde, yo había seguido sus voces por el corredor.
-Draco, espérame -Theo me alcanzó rápidamente.
-¿No se enfadará si ve que la sigues?
-Solo quiero saber si está bien, nada más.
-Pero...
-Calla y ven conmigo.
Continuamos y, tras una esquina observamos como Hermione y Weasley se dirigían al despacho de McGonagall.
-¿Crees que querrá vernos por ayudar a Harry?- preguntaba la comadreja.
-No lo sé, tal vez -Hermione estaba muy nerviosa.
-Quizá solo quiere que dejemos de llamar hurón desteñido a Malfoy -Weasley sonrió como un bobo. Y yo apreté la mandíbula.
-Yo no llamo hurón desteñido a Dr... Malfoy -ella contestó enfadada pero algo contrariada por su despiste con mi nombre.
-¿Y por qué te molesta? Él es idiota y siempre se mete con nosotros.
-No es idiota. Y vosotros también os metéis con él -que me estuviese defendiendo me hizo sonreír como un idiota.
-¿Pero por qué lo defiendes?- Weasley la miraba sin entender.
-Eh... Pues... -Hermione no pudo continuar porque la puerta se abrió y apareció McGonagall ante ellos:
-Ah, señorita Granger, señor Weasley. Pasen a mi despacho, debemos hablar de algunos detalles de la prueba del torneo de mañana.
Ambos entraron al despacho y Hermione, algo colorada por las palabras con Weasley, pasó rápidamente detrás de McGonagall. 'Salvada por poco', pensé.
-La baba, que se te cae- Theo me tendía mi propio pañuelo mientras me miraba divertido.
-Idiota. Vamos, quiero escuchar que les dicen.
-Es broma, amigo. Hacéis buena pareja -me giré y miré a Theo, parecía sincero. Sonreí ante sus palabras.
-Gracias, Theo. Serás mi padrino -él rió y ambos avanzamos hasta la puerta y escuchamos:
-... Bien, pues supongo que ya sabéis en qué consiste la prueba- la voz de McGonagall se oía algo amortiguada a través la puerta pero se entendía
-Sí... Bueno, Harry lo descubrió. Y sin nuestra ayuda -se notaba que estaba nerviosa.
-Bien, bueno, los señores Potter, Diggory y Krum al igual que la señorita Delacour deberán encontrar a alguien valioso para ellos bajo el lago. Por eso están ustedes aquí, ambos son valiosos para dos de los campeones. Señor Weasley, usted es quien va a ser el rehén que tendrá que encontrar el señor Potter. Señorita Granger, usted es quien va a ser encontrada por el señor Krum.
-¿¡Qué!?- exclamamos Weasley, Hermione y yo a la vez. Theo me golpeó y se llevó un dedo a los labios pidiéndome silencio.
-Sí, bueno, el profesor Karkarov preguntó al señor Krum por alguien importante para él y como no parecía mostrar interés por nadie y usted fue su pareja en el baile...
-Ah...
-No se preocupe señorita Granger, no pasará nada. Bien, ahora iremos al despacho del profesor Dumbledore donde beberán una poción que hará que duerman hasta que sean sacados del agua.
Oímos como se levantaban de la silla y salimos corriendo. Una vez que salimos del corredor nos detuvimos en una pared para recobrar el aliento.
-Estúpido Krum, ya podía tener a alguien cercano.
-Dumbledore no va a dejar que les pase nada, ya lo verás.
-Eso espero.

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