Es demasiado, su cabeza descansa en mi pecho, sus manos se agarran a mí, su pelo, todo desordenado, me hace cosquillas en el cuello. Casi no me puedo creer que estemos así. Solo quiero abrazarla hasta que me muera.
Está dormida, así que decido despertarla y de qué mejor forma que besándola.
—Draco... —murmura medio dormida—. Draco —vuelve a susurrar.
Se acomoda mejor y empieza a devolverme el beso. Mi pecho estalla de emoción. Merlín, es tan perfecta que sólo cierro los ojos y me concentro en eso.
—Draco... Draco... ¡Draco! ¡DRACO!Abrí los ojos con un brinco, Hermione no era quién estaba en mi pecho, era la almohada, la cual estaba toda baboseada.
—Draco, despierta, vas a llegar tarde a Defensa Contra las Artes Oscuras. —Zabini me estaba zarandeando y cuando abrí los ojos le vi, ya vestido, anudándose la corbata—. Crabbe y Goyle han bajado corriendo, Theo se ha cansado de esperar y como yo no baje ya, Pansy nos cortará la cabeza. A ambos. Así que deja de morrearte con esa almohada y espabila.
—Yo no me morreaba con nada Blaise, ya voy —le dije de mala gana.
Blaise asintió con la cabeza mientras ponía los ojos en blanco. Era el primer día y ya me volvían a ocurrir, esos estúpidos sueños. Pero claro, cómo no me iban a pasar si desde aquel odioso puñetazo esa sangre sucia no salía de mi cabeza. Y para colmo tenía que estar allí, en el mundial de Quidditch, con los Weasley y con Potter para que yo no me enterase de nada del partido, solo me dedicase a mirarla a ella de reojo. Y casi me muero con los ataques de los mortífagos, porque claro, ella es una Sangre sucia. "Sangre sucia" ese término vacío que si no le decía convertía mi vida en un infierno. ¿Por qué cojones me tenía que gustar alguien que no iba a ser aprobada por nadie de mi mundo? Y lo que es peor, ¿por qué tenían que aprobarla? De todas formas daba igual, ella me odiaba (con razón) y yo tenía que sobrevivir con ello.
Me duché y me vestí rápidamente. Enfadar a Pansy no alegraría mi día, además era el primero y este año estaba ese estúpido torneo. Seguro que participaba Potter, nadie llamaba la atención como él.
Cuando llegué al Gran Comedor, todo el mundo estaba allí ya y al sentarme en mi sitio la vi. Ahí estaba, de espaldas a mí, hablando con Potter y esa odiosa comadreja. Si los Weasley no me caen bien este menos. El resto al menos tienen algo, los gemelos son graciosos, la chica es valiente y el gafitas es inteligente. Pero este no es nadie, no vale para nada y encima está enamorado de Hermione y ella no se daba cuenta. O quizá sí lo hace y ella también lo quiere. Alejé esos pensamientos de mi cabeza porque las ganas que me entraban de matar a la comadreja aumentan. Cogí una manzana, la mordí con rabia y me puse de pie.
—Vamos, Blaise —dije apremiándole—. ¿Qué clase has dicho que tenemos?
—Tenemos Defensa Contra las Artes
Oscuras pero no voy a ir ya, yo acabo de empezar a comer. Ve tú si quieres.
—Está bien —gruñí mientras me daba la vuelta para irme.
Cuando estaba a punto de salir me giré. Estaba untándose mermelada en la tostada. Me alegraba ver que volvía a comer mejor. Últimamente a penas comía. En ese momento se levantaban ellos, y salí deprisa en la dirección opuesta.Defensa Contra las Artes Oscuras. Qué bien, una clase con los de Ravenclaw. Eso me ayudaría a no pensar todo el rato en lo mismo. Y era raro que fuera con ellos porque por algún extraño motivo a pesar de la histórica rivalidad entre Slytherin y Gryffindor el loco de Dumbledore se empeñaba en ponernos juntos en clase.
Cuando llegué no había nadie en la puerta. Claro, era demasiado pronto. En ese momento pasó un alumno de primero con El Profeta. Era de Slytherin y le recordaba de la Selección.
—¡Baddock! ¡Eh tú! —el chico se giró y me miró—. Dame el periódico.
El chico me dio el periódico con cara de terror y salió corriendo por el pasillo. Me senté en el suelo y comencé a hojearlo. Todo eran noticias estúpidas sobre el Ministerio. Nada que yo no supiese por mi padre. En ese momento lo vi: un artículo sobre Weasley, sobre el padre de la comadreja. Eso me serviría para molestarles después y de paso ver a Hermione.
En ese momento empezaron a llegar todos, con una sonrisa guardé el periódico en la mochila y entré a clase.
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El sueño repetitivo
RastgeleLa historia narra, desde el punto de vista de Draco, sus pensamientos desde cuarto curso. IMPORTANTE: se deben haber leído TODOS los libros antes, no sólo por los spoilers, sino porque la historia no narra todo lo que pasó en el libro, si no se cono...