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Izuku estaba muy nervioso ya que si él daba un paso era seguido, si se detenía igual su jefe lo hacía, no parecía quererse ir, e inevitablemente lo condujo a su apartamento.

Su hogar era simple y sencillo sin lujos, solo lo necesario para él que vivía solo.

Pero Katsuki miraba todo con gran detalle, sin disimular ni un poco como recorría todo el lugar con su mirada, solo le faltaba abrir los cajones para revisar su contenido.

- iré por té - no sabía si era él, o el departamento estaba bastante caliente o simplemente era el echo que su jefe estubiera revisando con la mirada cada parte de su apartamento lo hacía estar nervioso.

- ¿porqué tan nervioso? - pregunto a su espalda, cuando estaba por buscar el té helado que hizo esa mañana.

- yo...yo...no... - tenía a Kacchan demaciado cerca, sentía su respiración en su nuca.

- estás algo tensó - lo tomo de la cintura y le habló al oído lo más ronco y seductor que pudo - relájate.

- ahh - no pudo evitar que un jadeo saliera de sus labios ante tal cercanía.

- estás muuuuy animoso - bajo una de sus manos y acarició sobre la tela del pantalón, ese bulto que comenzaba a levantarse.

- no - susurro, ante lo ocurrido, odiaba ser tan débil y que ese simple rose lo ubiera puesto al cien.

- pero mírate - apretó.

- agg - gimió mordiéndose el labio, odiando lo bien que se sentía eso - para Katsuki.

- pero lo necesitas - abrió con maestría su pantalón y lo bajo lo suficiente para liberar ese miembro ya erecto ante esos roces.

- no....no.... ahh...ahh....Kat..Katsuki...Katsu... - apenas podía hablar ante el movimiento en su miembro.

- llámame por ese lindo apodo - le habló al oído y aprovecho para lamer y morder su lóbulo.

- Kacchan - no pasó ni un minuto pero no pudo evitar correrse en su mano ante lo erótico que le resultaba eso.

- eso fue rápido - no quería burlarse pero tenía una sonrisa que mostraba lo mucho que su ego creció al saber lo que producía en ese peliverde.

- yo...no...está mal... - apenas se mantenía en pie, ya que aún lo sostenían de la cintura, contra en fornido cuerpo de su jefe, ya que sentía que en cualquier momento caería al suelo luego de esa corrida en la mano de ese sexi hombre.

Katsuki aún con con esa sonrisa de triunfador y con el chico recargado a él, dió unos pasos al fregadero donde labo su mano, sin separase de su chico, apenas se secó y lo cargo para llevarlo a la cama.

Izuku tubo que guiarlo, pero cuando lo dejo en la cama, le termino de quitar su pantalón junto a su bóxer, asustado seguía diciendo que no, pero era tremendamente ignorado para terminar de ser desnudado por completo por el rubio, que se lo comía con la mirada.

Beso sus labios de una manera algo brusca, fuerte y desesperado, sus bocas encajaban prefecto apresar de que el beso era rudo, Deku era dulce casi empalagoso y para él nunca le gustó lo dulce podía decir que por él cambiaría todo, ese pequeño sería su excepción.

Se permitiría ser dulce y tierno, cursi y cariñoso, sería atento y estría pendiente de lo que nesecitara, pero solo con él, con su adorado Izuku.

Separó el beso y dejo jadeando al de ojos esmeralda, para quitarse la ropa tan rápido como pudo, para seguir sus acciones.

Atacó esos adictivos labios de los que juraba nunca se cansaría de besar.

Tocó su cuerpo deleitándose por los suspiros y negaciones del peliverde, que si bien decía que no, igualmente tocaba el cuerpo contrario y correspondía a cada beso, su cuerpo aceptaba cada toque pero de su voz solo salían negaciones.

el lazo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora