oficina

1.1K 99 21
                                    

En una oficina muy grande un pequeño peliverde veía con temor al hombre de cabello rubio ceniza frente al él, tan imponente con una aura demoniaca y esa voz gruesa, estaba asustado.

- ¿cómo llegamos a esto, joven Midoriya?

- realmente no se que ha pasado señor director, yo no he echo nada malo - dijo asustado.

- haz ocasionado un desastre - gruñó con semblante serio.

- de verdad....yo no....

- ven aquí - exijo y el chico se acercó más al escritorio - más cerca - ordenó.

- s..si - respiro profundo y rodeo el escritorio para estar más cerca del director y que este le explicara que habia echo mal.

- mira lo que has ocasionado - alejo su silla para que el chico mirara mejor.

- oh - se sonrojo y no sabía que decir.

- mmm - se relamio los labios al ver lo que ocasionó en ese dulce y tierno chico.

- yo....yo.... - se puso de rodillas y se acercó - me ocuparé - contestó.

- bueno en primer lugar fue tu culpa por usar unos shorts tan cortos en clase de educación física, solo mirarte correr todo agitado y sudado ahh carajo.

- ah - se sobresalto al ver como el miembro de su director crecía aún cubierto y pudo notar como había sufrido un espasmo solo de recordar eso, entonces si era su culpa y debía de hacerse responsable.

-anda nerd que no tengo todo el jodido tiempo del mundo.

- si, director Bakugo.

Empezó torpemente a quitar el cinturón y desabrochar el pantalón, apenas bajo el cierre y el miembro de su director le saltó en la cara.

No pudo evitar gemir de la sorpresa y lentamente depósito un beso sobre la punta rosada, escucho suspirar al rubio y se dió ánimos para comenzar a lamer desde la base hasta la punta.

Maldiciones se escuchaban de parte del director que indudablemente disfrutaba que un alumno le hiciera un oral.

Cuando el peliverde se metió todo ese miembro en su boca pensó que no cabría por completo y no se equivocaba pero el mayor tenía otras intenciones y con sus manos en su nuca lo obligó a ir más profundo, mientas el solo sentía que en cualquier momento dejaría de respirar correctamente, pero antes de su muerte por asfixia escucho un gruñido agudo y un líquido bajo por su garganta.

- maldito mocoso, está no era tu primera vez - afirmó molesto.

- lo...lo es - dijo tímido - es mi primera vez haciendo algo así.

- así - ese placer que sintió no podía ser de un virgen y de solo pensar que ya no lo era se llenó de furia, tomo al chico de los brazos y lo arrojó contra el escritorio.

- director...que...está haciendo - pregunto con miedo al sentirse indefenso.

- no me mientas, dime si alguien más ha estado aquí - bajo su pantalón con todo y boxer, sus manos masajeador su lindo tracero.

- no...lo...nadie...lo juro - gimió con miedo y ¿exitacion?

- eso veremos - dió una fuerte nalgada y se deleitó del gemido que solto el estudiante, separó sus nalgas y antes de nada, busco con su mano libre un lubricante de su bolsillo, vertió un poco en esa entrada y otro poco en sus dedos.

- está frío - se quejó con miedo.

- tu relájate, que solo quiero hacerte sentir bien - enseguida y sin previo aviso ingreso un dedo.

el lazo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora