una mentira piadosa

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Era una mujer hermosa, buen físico, cabello rubio algo desordenado, era muy inteligente, tenía unos enigmáticos ojos rojos y rebosaba de amor por una persona.

Amaba a su esposo, ambos eran de buenas familias, se conocieron en la universidad y una amistad los llevo a ser novios y luego esposos.

No fue ningún trato o por dinero o sus padres interviniendo, solo eran dos enamorados que unieron sus vidas.

Se amaban y no tenían duda, pero luego de seis meses de matrimonio no tenían ningún signo de embarazo.

Fue en ese momento que empezaron las visitas al doctor, exámenes y las terribles noticias de sus cuerpos no eran compatibles.

Era muy extraño ninguno estaba enfermo o imposibilitado para tener hijos, pero simplemente ellos no podían tener un hijos.

Más doctores, más exámenes, tratamientos caros y dolorosos pero nada parecía funcionar.

Al completar el año de casados, algo cambio Masaru estaba más distante y frío con ella.

Él no tener familia los afecto a ambos, así ella empezó a buscar doctores en otros países, especializados en el tema, dejo su puesto en la empresa y comenzó a buscar la manera de darle un hijo a su amado esposo.

Viajar seguido al extranjero era una rutina, al igual que las malas noticias.

Un día noto a su esposo radiante, feliz, ansioso de salir de casa para ir a la oficina.

Ella no era tonta y sabía a qué algo o más bien alguien le daba esa sonrisa a su marido.

En su desesperación viajo más y más seguido, busco nuevos doctores y nuevos métodos.

Al fin llegó con un doctor apenas iniciando su trabajo de médico, era ambicioso y con grandes esperanzas de cumplir los sueños de algunas mujeres que no podían concebir.

Mitsuki se mostró vulnerable, había intentado tantos métodos, mintió a su marido diciendo que tenía una esperanza cuando realmente ese médico era apenas nuevo en el campo.

Ryo era japonés pero estudio en el extranjero y aunque era muy nuevo en su trabajo daba buen apoyo emocional a todas las parejas que llegaban al consultorio.

Solo ella iba sola, sólo ella tenía que pasar el procedimiento sola.

Ryo se convierte en su pañuelo de lágrimas de algún modo ella bajo sus defensas con ese médico y confío en él para contarle su dolor.

Luego de unas semanas se marchó de ese lugar sin resultados, se despidió de su amigo y regreso a casa.

Mintió de nuevo y le dijo a su esposo que pronto tendían resultados y aunque algo pasaba ninguno dijo nada.

Ella entendió que lo perdía y se sumió en una depresión, ya no quería ir a trabajar, su esposo no dijo nada, dejo de asistir a clínicas e igualmente no tenía respuesta de su marido.

Pasaron meses y lo que fue su relación parecía desmoronarse, ya sentía que perdía a su marido, este hablaba mucho con el abogado, pero no tenían problemas en la empresa, pensó lo peor.

Un día recibió un correo sobre una alternativa a la medicina, ya había intentado tantos que muchas clínicas le ofrecían su ayuda profesional, aunque ninguna le fue de gran ayuda.

Una última vez, se dijo y asistió a esa clínica naturista, probar tomar algunos batidos de plantas que le ayudarían a embarazarse, al principio no creyó, pues ya había intentado todo aunque aún así fue, pero al esperar su turno lo vio.

el lazo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora