ultra-mega-super-duper-especial

2K 216 53
                                    

Otro día más, se dispuso a ir a su trabajo con fastidio, pero ya era un adulto y tenía responsabilidades, pero justo ese día algo captó su atención.

Nada más mirar esa figura pequeña y delicada movió algo en su interior.

Sin poder apartar su mirada de ese niño se acercó lentamente por detrás.

Estaban en el metro, en una hora bastante concurrida, tanto estudiantes como trabajadores utilizaban ese medio de transporte a esa hora.

No era raro ver a un chico con su uniforme de secundaria y mochila listo para iniciar su día.

Debía estar muy loco ya que él era mayor, ya era un trabajador y tenía cierta edad, no es como si fuera un viejo pero tampoco era un jovencito, acercarse al niño era sin duda un acto de pedofilia.

Podía ir a la cárcel!!!

Pero Katsuki no pudo evitar sentirse atraído hacia el niño de cabello alborotado y menos evito el acercamiento hacia su frágil cuerpo.

Su cabello verdoso, chino y rebelde, ese pequeño salto que dió ante su cercanía, le hizo perder la cabeza.

Restregó su cuerpo ya bien formado contra el menor que solo pudo acercarse más al estructura metálica del vagón.

- por...favor - suplico el chiquillo.

- shh - empezó a abrazarlo para tocar su cuerpo frágil contra su pecho.

- señor...pare - suplico.

- shh - beso su cuello, mientras una de sus manos entraba bajo la ropa para tocar su piel.

- detengase - empezó a tener pequeños espasmos.

- tienes un cuerpo muy lasivo pequeño - susurro ya que no quería espectadores.

- no, señor basta - pidió empezando a lagrimear.

- pero si ya estás así - preciono sobre la tela del pantalón, el miembro del chico que empezaba  a levantarse.

- no....por... favor...detengase - algunas lágrimas salían de sus ojos, giró un poco la cara para rogarle al hombre que se detuviera - por favor.

- claro... - esos ojos verdes brillando con esas lágrimas solo hicieron saltar su miembro lleno de deseos por poseer a ese chico.

- en verdad - le sonrió al pensar que se detendría.

- te haré sentir muy bien - le mostró una sonrisa siniestra donde dejaba ver sus verdaderas intenciones.

- gra ...a....ahh - serró fuertemente sus ojos, y mordió su labio para evitar que escucharan su voz gimiendo.

Katsuki empezó a restregarle su ya despierto miembro contra el tracero del menor.

El pequeño peliverde solo trato de no gemir ante los roces de ese hombre contra todo su cuerpo, sus pezones siendo manoseados por esas grandes manos del desconocido.

El mayor decidió abrirle el pantalón y liberar su miembro para masajearlo y brindarle placer.

- no..... porfavor......se...... se......ahhh......señor ....ahh ...detengase - suplico el chico.

- pero si lo disfrutas - empezó a masturbarlo más rápido.

- ahh...agg - trato de morderse  para no gemir fuerte y que los demás lo vieran en ese deplorable estado.

- te mostraré las estrellas - murmuró en su oído a punto de liberar su propio miembro.

- no...no...no... - estaba empezando a ceder cuando sentía que ya no podía aguantar más y estaba por explotar.

- solo disfrutalo lindo - bajo el sierre de su pantalón, sonrió al escuchar el gemido del niño al saber que había terminado manchando frente a la puerta metálica, y simplemente lo demás le valía gorro.

- yo ...yo... No... - trato de retener su llanto al ver esas manchas blancas en el metro, que claramente demostraban lo sucedido.

- bueno ahora viene lo bueno - estaba librando su miembro de entre su pantalón, cuando un brazo lo detuvo.

- ¿ocurre algo? ¿chico estás bien? - llegó un héroe a salvar al niño de un agresor.

- yo...estoy bien...en serio - dijo tartamudeando y sin ver al tipo, mientras acomodaba su ropa.

- ya escuchaste, no pasa nada, ahora lárgate bastardo de mierda y no te metas en lo que no te importa - gruñó furioso al ver a su presa asustado, tanto que inmediatamente corrió cuando el metro llegó a una estación.

- voy a reportar esto - lo amenazó el tipo.

- Jodete - lo empujó y salió tras su presa.

Corrió hasta alcanzarlo en la calle, donde el chico no sabía ni que hacer, ni a donde ir, claramente nervioso y perdido.

No todos los días pasaba algo así.

- hey pequeño - se acercó con intención de ayudarlo.

- mira lo que pasó Kacchan...nunca, nunca más jugaremos a esto - dijo firme.

- no sabía que un buen samaritano intentaría defenderte Deku, realmente pareces un niño - lo miro descaradamente de arriba a abajo, pasando su lengua por sus labios.

- pudrete - inflo sus mejillas en un puchero al saber que ese peligroso juego se les salió de las manos.

- hey niño, te bajaste en una parada que no es la tuya ¿cierto? - continuo el juego.

- ehh...

- te puedo llevar a casa - ofreció su mano - aunque podíamos ir por dulces primero.

- ¿dulces?

- te daré el mejor dulce que probaras en tu vida - se acercó sensual irradiando seguridad y su mano aún extendida - incluso puedes pedirme lo que quieras.

- lo que yo quiera - era claro su nerviosismo pero igual quiso seguir - puedo pedir helado.

- todo lo que quieras - el chico tomo su mano - creo que por aquí hay un hotel, voy a cumplir esa promesa de hacete ver las estrellas.

- s...si - el chico se sonrojo y se dejo guiar por ese hombre.

Si, tal vez muchos pensaran que no es normal que una joven pareja de recién casados disfruten de esa clase de juegos, pero es porque no tienen insentibos como ellos.

Un día podían ser un hombre mayor acosando a un estudiante.

Al siguiente un niño rebelde seduciendo a su profesor.

O incluso un dios de los dragones y un simple plebeyo poseedor de una extraña profecía junto a una mítica espada espada, en la era medieval.

Quizás un hombreslobo y un fantasma.

O mejor aún dos estudiantes, aspirantes a ser super héroes, amándose luego de una larga clase, ambos con sus trajes, en una calle solitaria en lugar de hacer su patrullaje normal.

Tal vez un lobo y un conejo que por azares del destino terminan viviendo juntos en el bosque.

Pero si ambos disfrutaban de eso, que más daba lo que el mundo pensará que es correcto y lo que no.

%%%

Recibí muchos pedidos de otro extra y bueno dejaré eso aquí, antes de despedirme....

Y solo por curiosidad ¿aún quiern otro extra más?

Soy muy feliz leyendo sus mensajes...

el lazo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora