01 | Editado.

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Welcome To The Jungle sonaba en la radio de la habitación.

Estaba recostada en la gigante cama que compartía con Rose cuando comencé a cantarla en voz baja.

Nos encontrábamos actualmente en Washington, y los chicos se habían ido a dar una entrevista en la sala del gran hotel.

Estaba tranquila escuchando la última parte de una de mis canciones favoritas de la banda, cuando sonó el teléfono de la habitación. Manteniendo los ojos cerrados, sin ganas de abrirlos, busqué con mi mano el aparato.

–¿Si? –pregunté mientras escuchaba que la radio decía algo sobre la banda y la canción.

–¿Señorita Rose? –cuestionó la voz de la recepcionista. 'Señorita Rose' repetí en mis pensamientos esas palabras, yo no era la Señorita de nadie.

–No, no soy nada de Rose, Señorita– remarqué secamente mientras me sentaba enojada por la interrupción–. ¿Qué desea?

–Lo siento mucho –se disculpó por el mal entendido–, el Sr. Rose quiere verla en la recepción.

–Dígale al Sr. Rose -comencé- que la única manera que podrá sacarme de está habitación será cuando me traiga a un cerdo volador para mi cumpleaños. ¿Oyó? Dígaselo. Adiós –Finalicé la llamada.

¿Quién se creía? No era la 'Señorita Rose' y nunca lo sería, maldito infeliz.

Me paré de la cama, y apagué de un manotazo la radio, seguí de largo y fui directo al estante donde guardábamos los mejores licores –los que le regalaban a la banda o se robaban de los hoteles donde nos hospedábamos–. Axl tenía la maldita costumbre de poner los más caros adelante, y los más baratos atrás. Era un maldito presumido de mierda.

Tomé una botella entera de uno de aquellos licores.

Me gustaba el licor, siempre me gusto lo fuerte, no por nada le gusté a Rose.

Volví a la cama, alcé la botella y la observé...Licor Francés. Sonreí de costado.

Abrí la botella y tomé directamente de ésta.

Conviví toda mi vida rodeada de hombres que no sabía lo que era usar un vaso...Bueno, sí sé para qué sirve un vaso, pero no los uso.

Luego de un rato –dos botellas y media del mejor licor–, ya estaba borracha.

Era muy normal en mí, estar sola con una botella de licor en mis manos. No era alcohólica, era muy raro encontrarme borracha, pero hoy por una extraña razón –Axl Rose–, me emborraché.

Me acordé de todo lo que viví junto a ese...ese...Bombón infeliz. A tal punto que me pusé a llorar, y pensar que ahora me odiaba. Bueno, odiar siempre me odio, pero a la vez me ama.

Ag, nuestra relación amor-odio, no va a ninguna parte.

¿Por qué sigo llorando y sufriendo por un idiota? Dios, estoy mal.

Luego de llorar por unos minutos, me paré con dificultad de la cama, y caminé con la botella en mis manos. La solté, haciendo que ésta cayera al piso, rompiéndose en mil pedazos.

Me acerqué a una de mis maletas, e ignorando el desastre que había hecho, la saqué de su sitio, tirándola arriba de la cama.

Revisé todos sus bolsillos buscando aquella sustancia, maldiciendo en el proceso mientras aún la buscaba.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro al encontrar mi compañera de viajes y tristezas, mi bolsita con LSD.

Sonará idiota, pero era mi única amiga.

No voy a mentirles, amo el LSD. Nadie sabe qué consumo solo piensan que soy amiga de la botella de licor.

Soy drogadicta, y lo admito.

E intentado dejarlo, pero no lo he logrado. Decepcioné a medio mundo, hizo sufrir a mucha gente, pero bueno, no lo pude lograr. ¿Qué decepción no? Mi madre me lo dijo, y aún recuerdo sus palabras con claridad: "Eres una decepción para la familia, ¡Largo!".

Y aún, a pesar del tiempo, todavía sus palabras me duelen.

Maldito el día en que nací en esa familia. Familia de infelices.

Esa noche consumí más que nunca que no me di cuenta que me habían atrapado.

No me di cuenta hasta que escuché la voz de Steven preocupado.

–¿Qué diablos estás haciendo? –me preguntó éste mientras que veía más de un Steven.

–Déjame en paz –le pedí mientras me soltaba de su agarre– ¿No ves que estoy en un momento importante? –le cuestioné mientras intentaba mantenerme en pie.

–¿Importante? –cuestionó sin poder creerlo–. Te estás drogando.

–¿Y qué tiene? –volví a cuestionar media ida de este mundo, o soy yo o el LSD me está pegando más rápido de lo normal– Tú también te drogas, ¡todo el mundo se droga! –medio reí para luego ponerme seria y mirarlo directo a la cara a Steven– No sabes lo que es vivir sufriendo.

–No digas idioteces –trató de consolarme mientras me tomaba en sus brazos–. No sólo estás drogada si no también borracha –afirmó mientras me recostaba en el sillón.

– ¡Púdrete! –le grité observando como llamada desde el teléfono de la habitación– ¡Estoy perfectamente bien!

–No lo estás –contestó sin mirarme, esperando a que lo atendieran–. ¿Recepción? Páseme con la habitación 225, por favor –pidió finalmente mirándome. Lo miré –o pensé que lo estaba haciendo– pero ya no lo veía, estaba en mi mundo psicodélico. Estaba en otro lugar, pero podía escucharlo hablar–. Axl, ven rápido –Escuché que lo apresuró–. ¡No, idiota!¡Willow está borracha y la atrapé consumiendo LSD, así que ven ya! –explicó rápido. No sé si me miraba o qué pasaba.

Tampoco sé si tengo los ojos abiertos o cerrados, sólo estoy en otro universo. Un universo colorido.

–Viene Axl –escuché que me informó, pero yo simplemente abrí mi boca y dije: 'Te odio, Madre'. Era obvio que tenía un flashback.

It's So Easy | Axl Rose. #1 | CORREGIDA ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora