13 | Editado.

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La lluvia caía sobre la ciudad de Nueva York. Esa misma noche era noche buena.

Una joven mujer de aproximadamente 23 años, iba caminando por las calles, en su mano izquierda sostenía un paraguas totalmente negro, y su mano derecha era sostenida por otra pequeña mano, que le pertenecía a una niña de aproximadamente 3 años. La niña tenía una sonrisa en su rostro mientras tarareaba una de las tantas canciones navideñas. A pesar de sus escasos tres años de vida, la niña era demasiado inteligente y vivaz.

La joven para a ver una vidriera pensando que comprar para esa misma noche. Mientras ella miraba entretenida la vidriera, la niña miro a un costado y vio una propaganda de un show de rock. La niña reconoció al joven que estaba en el micrófono cantando, mientras muchas palabras, que ella no entendía, aparecían en la pantalla.

– Mami, mami –llamó la niña mientras apuntaba aquella propaganda–. Mira, mira –volvió a llamarla.

– ¿Qué sucede, Alena? –preguntó mientras miraba a la pequeña niña de ojos claros.

– Mira, mira, es papi –respondió ésta con una sonrisa, apuntando devuelta hacía la propaganda. La joven miro, y su sonrisa se borro.

– Vamos, Al.

– Pero mami...–quiso protestar, pero Willow no la dejó.

– Vamos, tenemos que comprar las cosas para esta noche –volvió a tomar a la niña de la mano, y retomaron su camino.

Willow no podía creer que su hija supiera que Axl Rose era su padre, debido a que Marcus se lo contó a penas cumplió los tres años. La niña lo tomó como si lo supiera desde hace mucho, y se limitó a preguntar por él, queriendo saber todo, pero su madre esquivaba el tema, no quería recordarlo, no quería volver a amarlo...Pero, ¿a quién engañaba? Aún lo amaba, y era por unas de las razones por las cuales siempre discutía con Marcus. Había hecho hasta lo imposible por olvidar a Axl, pero no podía. No solo porque realmente lo amaba como una idiota, si no porque tenía a Alena, y ella cada vez se parecía más a su padre, y eso lo dificultaba. Lo extrañaba, no podía negarlo.

– ¿Marcus? –llamó Willow al entrar a la casa. La niña salió disparada para la cocina. Marcus apareció con la niña en brazos sonriendo.

– Hola, linda –la saludó dándole un pequeño beso en los labios–. ¿Compraron todo?

– Si –respondió la niña feliz–, y vimos una propaganda de papá –comentó la niña con una gran sonrisa en su rostro. Marcus suspiró, y bajó a la niña, pero no borró su sonrisa.

– Me alegro, cariño –acarició la pequeña cabeza de Alena, mientras tomaba las bolsas que tenía Willow en las manos–. Yo las llevaré –dijo para luego ir a la cocina, Willow lo seguía.

– ¿Cómo estás? –le cuestionó su esposa, mientras se sentaba en una de las sillas que estaban en la cocina. Allí solía sentarse a alimentar a Alena cuando era solo una recién nacida.

– Bien...–respondió no muy convencido. Willow suspiró.

– ¿Es por lo de...? –no terminó, fue interrumpida por él.

– ¿Sabes que quiere Al como regalo de navidad este año? –le preguntó mirándola, ella negó con la cabeza– A su padre.

– ¿Qué?

– Quiere ver a su padre. Quiere conocerlo. ¿Por qué no llamas a Rose de una vez por todas, Willow? –le preguntó desesperado– ¡Creo que es momento de que él sepa que tiene una hermosa hija de tres años!

– ¡¿Y QUE QUIERES QUE LE DIGA?! –le preguntó con las lágrimas a punto de salir– ¡¿HOLA AXL, SOY LA IDIOTA DE WILLOW CLARCKSON, ¿Y SABES QUE? TIENES UNA HIJA?! ¡ME ODIARÍA MUCHO MÁS DE LO QUE YA DEBE ODIARME!

– ¡NO PIERDES NADA CON INTENTARLO! –le recordó Marcus, mientras miraba como Alena miraba todo con seriedad.

– Mami, Marc –llamó la niña. Ambos la miraron– ¿Pueden bajar la voz? Estoy tratando de ver un dibujito –ambos se miraron y luego desviaron miradas.

– Claro, Al –habló su madre, mientras se paraba–. Iré a dar una vuelta, no me esperen para almorzar.

Willow salió por la puerta, y camino por los alrededores. Iba tan concentrada en sus pensamientos que no vio como alguien se dirigía a ella. Cuando esta persona le toco el brazo, ella se sobresalto. Se dio la vuelta, y se quedo observándolo sorprendida.

– Axl –susurró.

– ¿Dónde has estado estos últimos tres años? –cuestionó él mientras la tomaba del brazo y la arrastraba a un callejón – ¿No crees que debiste haberme dicho que querías más a Marcus? ¿Por qué te fuiste? ¿Esa niña es tu hija? –volvió a cuestionar mientras la acorralaba contra una de las paredes del lugar.

– Primero, me casé con Marcus porque el de verdad me ama. Segundo me fui de tu lado sin decirte nada, ni decirle nada a nadie, simplemente porque me di cuenta que eras una mierda de persona –respondió fríamente. Axl la miró sin entender, ella soltó una carcajada con amargura– ¡Te vi revolcándote completamente borracho con una puta! –le recordó, Axl comprendió todo en ese momento– ¡Iba a darte la mejor noticia de nuestras vidas, y tú te divertías con esa! –Willow decidió soltarlo todo de una, sin esperar respuesta de Axl– ¡Esa niña es tu hija Axl Rose! –finalizó, Axl la miró aún más sorprendido, en sus ojos pasaron un montón de sentimientos. Se alejó de ella, solo un poco.

– ¿Cómo?

– La gran noticia, la mejor noticia que tuve en mi vida, iba a ser esa, Axl –le aclaró–. Estaba embarazada de Alena. Y quería que lo supieras, pero luego de ver el buen revolcón que te estabas dando, me sentí una idiota, utilizada, así que me alejé, y me acerqué a Marcus, al mes nos casamos y meses más tarde tuve a Alena.

– Lo siento –dijo éste mientras salía del callejón.

– ¡Axl! –lo llamó ella mientras lo seguía a paso rápido, éste paro en seco y la miró– No más quiero que sepas que Alena sabe que eres su padre, quiere conocerte.

– Pensé que no querías que yo...

– No quería, pero Marcus le contó la verdad apenas cumplió tres años, y ella no para de preguntar por ti...Le dijo a Marcus que te quería conocer, que sería el mejor regalo de Navidad –los ojos de Axl se iluminaron–. Cumplé su deseo, y lárgate si quieres. No te prohibiré ver a tu hija, solo quiero que la hagas feliz –dijo intentando no largarse a llorar.

– ¿Dónde vives? –cuestionó él mientras la abrazaba.

– Te diré, si solo prometes que no la decepcionarás –Axl la alejó de su abrazo, y la observó directo a los ojos, y susurró: lo prometo.

– Vivo a dos cuadras del Time Square –le informó ella mientras caminaban hacía la esquina. Y ella sacaba un papel de su bolsillo del abrigo–. Toma, ahí tienes la dirección –Axl tomó el papel y lo observó–. Quiero que estés en la puerta a las 10 pm, ni un minuto más ni un minuto menos, ella te atenderá la puerta. No le arruines la navidad, Rose –pidió ella, mientras doblaba en la esquina y se iba sin decir adiós.

Axl observó el papel con una sonrisa. Ella no había cambiado en nada.

Todo parecía una locura, tenía una hija llamada Alena de tres años, y esa misma noche la conocería. Y le había prometido a Willow que no la decepcionaría, y cumpliría su palabra. Conocería a su hija, enamoraría de vuelta a Willow, y volvería todo a la normalidad...O bueno, eso pretendía. Pero sabía que no iban a ser felices. En este mundo, nadie era feliz. 

It's So Easy | Axl Rose. #1 | CORREGIDA ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora