Anniel veía la sangre correr por su rostro mientras un dolor punzante se extendía sobre su nariz. La sangre caliente mancho sus labios y descendió hacia su barbilla, bajando por su cuello, aterrizando en su camiseta.
Erick la observo quejarse en voz alta mientras se arrastraba por el suelo de tierra seca, tenia el cabello muy negro y la piel extremadamente blanca estaba manchada por la sangre que se veía aun mas roja en ella. Las fuerzas se le habían acabado, su cuerpo no había sido diseñado para soportar tantos golpes. Erick la miraba con desprecio intentando guardar un poco de rabia para mas tarde.- Vendiste a tu propia familia- musito mientras movía la cabeza de un lado a otro con desprecio- ¿sabes cuánto tiempo tarde para conseguir esos papeles?-exclamo con rabia- y ahora tengo al maldito bastardo pisando mis talones- de una patada hizo pedazos la silla que se encontraba a su izquierda.
- N..no t..te pertenece- Con las pocas fuerzas que le quedaba arrastro las palabras- Siempre tomas lo...lo que no ...te pertenece- hablo con rabia a pesar del dolor insoportable que sentía.
- estúpida niña insolente- Erick se acerco rápidamente y con furia le golpeo el estomago.El delicioso aroma a la comida de mamá invadía la sala, no sabia que
estaba cocinando pero olía muy bien. La cocina estaba muy limpia y sonaba una música muy triste por la radio.
Mamá estaba sentada en la mesa llorando como una pequeña niña, me hizo acordar las veces en que lloraba, mamá siempre me prometía que si me calmaba obtendría un premio, y de pronto, se me ocurrió algo. Corrí hasta la habitación y conseguí uno de los tantos caramelos que había en la mesita de luz. Mamá amaba esos caramelos, tenían sabor a limón.
De regreso a la cocina no la encontré. La estufa estaba encendida y la puerta delantera abierta. Afuera no había nadie, adentro tampoco y fue la primera vez que me pregunte ¿a dónde fue mamá? Jamás pudo darle esos caramelos, si tan solo se hubiera esperado un poco más.El impacto del agua fría provoco una reacción inmediata, el brusco despertar mezclado con todo los cócteles de dolor, provocaron un severo mareo.
Anniel no pudo retener mas el vomito y lo lanzo fuera mientras sostenía su
estomago, el dolor era inexplicable y los llantos salían involuntariamente.
- Mirate, me recuerdas a tu madre- se burló el hombre- patética miserable- Erick siempre había sido un mal tipo, Anniel no podía recordar a su padre de otra forma, eso era todo lo que era y siempre fue, un ser oscuro sin compasión, lleno de rencores. Caminaba por la vida como si fuera invencible. Anniel no conoció otra versión de él.
- basta.... por favor te lo pido-rogó la muchacha con un hilo de voz mientras sollozaba en voz alta.
- Vamos Anniel, te quiero escuchar rogando. Quizá el bastardo esta de buen humor y te perdone la vida- le recordó la frase que tanto usaba- ¡RUEGA ANNIEL!- grito mientras golpeaba la mesa que estaba allí.
Con pocas fuerzas Anniel cayó a los pies de su padre y suplico por su vida. La miseria corrió por todo su cuerpo mientras que el dolor se mezclaba con la tristeza emocional. Su madre había rogado de la misma forma y Anniel se sintió tan patética y miserable. Aunque estuviera rogando por su vida tirada sobre aquel suelo de tierra lo que en realidad estaba suplicando era que acabara de una vez, ya se había cansado, su frágil cuerpo no aguantaba tanto dolor.
Erick soltó una fuerte carcajada y se echo hacia atrás.
-Esto es el precio que pagas en este lado de la calle. Tu vida, por la mía-
Saco una enorme pistola que se encontraba en la parte de atrás de su jeans y apunto directamente hacía Anniel.
Una sonrisa burlona apareció en su rostro mientras hablaba
- Tu madre estaría tan orgullosa de ti. Ruegas incluso mejor que ella. Apuesto que el maldito que la mato le hubiese encantado verte suplicar-hizo una larga pausa mientras la miraba con una de las tantas expresiones de desprecio que Anniel conocía tanto- lamento decirte que el bastardo esta de mal humor, me la saludas en el infierno- escupió con odio.Lo pequeño de la vida se transformo en algo grande y el alma le dolió. Sosteniendo el arma que acabaría con su vida, Anniel comprendió entonces el rencor que su padre llevaba consigo y dolió aun mas. Dolor, dolor, dolor. La consumía por dentro, la estaba matando. Se dio cuenta que la bala no iba a acabar con su vida, porque hace muchos años que algo mas que una simple bala la había matado.
El sonido ensordecedor golpeo sus oídos con fuerza. La sangre mancho su ropa aun mas mientras que el ruido la saco de órbita. El dolor en sus costillas no le permitió seguir y provoco que cayera hacia atrás golpeando su cabeza fuertemente con el suelo.
Oscuridad otra vez, la luz esta demasiado lejos y estoy demasiado cansada de correr tras ella. -Anniel
#Alexander #Anniel #andifyouhavethecourage
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And if you have the courage ©
RandomLa joven de 17 años caminaba por las calles de la ciudad agarrándose al desgastado abrigo de lana color champaña, con la mirada perdida y una vida en caos, cuando Alexander la visualiza lo primero que corrió por su mente fue el deseo incontrolable d...