Capítulo 19

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Con toda las alarmas prendidas Alexander había observado el mar escocés  hasta que había salido el sol, mientras movía la botella de  whisky  vacía que tenia en la mano

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Con toda las alarmas prendidas Alexander había observado el mar escocés hasta que había salido el sol, mientras movía la botella de whisky vacía que tenia en la mano.

La había observado dormir por horas, había observado como el cabello le caía por el rostro, la manera en que su frágil respiración contrastaba con la silenciosa habitación. Por muchos años había añorado la ausencia de Danae, la había extrañado hasta el punto culmine de la locura, ese año en especifico podía sentir su aroma por toda la casa, las almohadas emanaban cada aroma que ella había abandonado, por mas que intentara sofocar su ausencia, era imposible, la había amado incluso en su larga ausencia. El clima gélido de Escocia lo único que hacia era obviar mas su desgracia, por mas que intentara ahogar los pensamientos, en lo único que podía pensar era en aquella entrada de flores que guiaba a la casa de Danae. La desesperación había tocado sus huesos y no podía encontrar mas remedio que aquella cara botella de whisky.

Cuando levanto la vista el sol le saludaba desde la ventana, lamentando junto a él, por mas que quisiera olvidar no había surgido aun antídoto para ese mal, por años había intentado encontrar la salida y se había visto envuelto en vicios que según él, Danae no aprobaría.

Cuando se dispuso a marcharse el alcohol hizo su entrada triunfal provocándole caer sobre la mesa de vidrio que estaba en la sala, cuando sintió los pedazos de vidrio rasgarle la piel se giro sobre la espalda, quedando recostado sobre el suelo, observando la lampara que colgaba de la gran sala.

Anniel percatándose del escándalo que había surgido de la sala, dudo unos minutos en salir de la habitación, cuando tomo valor camino con cautela hasta allí. A lo lejos diviso rastros de cristal en el suelo, su mente le envió una advertencia pero ésta lo ignoro. cuando se vio en la sala diviso el cuerpo de Alexander tendido de espaldas en el suelo, tenia los ojos cerrados y sus manos descansaba sobre su pecho. Se alarmo abriendo los ojos sin saber que hacer

-¡Alexander!- exclamo acercándose deprisa a su lado, el olor a whisky le invadió las fosas nasales mientras que ella se acercaba a socorrerlo, tenia algunos pedazos de cristal incrustados en los brazos, hombros y en alguna que otra parte del cuerpo. Nuevamente la sangre había manchado sus brazos pero a él no parecía importarle porque seguía tendido allí- ¿Qué haces?- susurro lloriqueando- Oh Dios mio- susurro mirando el estado en el que se encontraba -¿Qué te haz hecho?- susurro nuevamente sin obtener respuesta mientra que lo sacudió con cautela

- Oh querida- dijo Alexander arrastrando las palabras- No debes estar aquí- murmuro embriagado- los vidrios también cortan- se burlo desanimado

- vamos levántate- musito Anniel tomándole del las manos y jalándolo hacia arriba con dificultad- Te estas haciendo daño- murmuro turbada. Alexander se incorporo con dificultad mientras que intentaba mantenerse en pie, con una mueca se dejo caer a un costado mientras que Anniel soportaba su 1.93 m.

- Quiero una ducha- se quejo dipsómano mientras que se quitaba del agarre de Anniel y caminaba a tropezones por el pasillo, cuando giro por el portal hacia su habitación una de las plantas que estaban allí lo hicieron tropezar y caer nuevamente, mientras que él soltaba una ronca y desgastada carcajada, intento ponerse en pie nuevamente. Anniel lo sostuvo del codo y lo ayudo con poca fuerza- Guíame mi amor- sonrió en su dirección cautivado

Cuando se dejo caer sobre la bañera blanca guardo silencio observando el mar que se podía ver por los grandes ventanales de aquel ostentoso baño, el agua le caía por el jeans llenando rápidamente la tina manchando el agua de un color bermejo, Anniel estaba un lado de la tina esperando a que se llenara para apagar el grifo. Agradeció a los dioses de los hombres alcohólicos silenciosamente que seguía con la ropa puesta

- Ven aquí- Dijo mientras que la jalaba y la obligaba a sentarse a un costado de la tina. La observo por un largo rato mientras que estudiaba sus facciones, dejo caer con pesadez la cabeza hacía atrás- ¿qué voy a hacer?- susurro melancólico

Anniel se movió incomoda mientras que intentaba zafarse de su agarre y se obligo a hablar

-Tengo que marcharme ahora- susurro para no incomodarlo

- Quédate un poco mas Danae- él susurro impaciente sin recobrar la postura

Anniel abrió mucho los ojos y se quejo por lo bajo, él creía que era alguien más. Recordó a la hermosa mujer de la pequeña y desgastada foto que había visto y sintió la misma tristeza que él impartía en ese momento, podía sentir como cada parte de su cuerpo gemía con desespero, la idea de que añorara a alguien que no podía tener le hizo un agujero en el alma, él había intentado huir de algún fantasma y su propia conciencia le recordó que no eran tan diferentes al final del día. Una severa duda se planto en su en su interior

¿Quién era la que lo había echo caer hasta el fondo de sus delirios?

¿Quién era la que lo  había echo caer  hasta el fondo de sus delirios?

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And if you have the courage ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora