La pequeña y angosta calle estaban iluminadas por cantidades absurdas de focos, la gente se amontonaban en los puestos a observar mientras que los turistas curioseaban y se tomaban alguna que otra foto. Alexander caminaba a sus espaldas a una distancia muy corta, guiándola entre la multitud mostrando inconscientemente con ese acto que la tenia vigilada y que no intentara alguna tontería.
-Sigue derecho- Murmuro a sus espaldas
Ella camino titubeante hasta salir de entre la multitud y llegar a una zona abierta que daba al agua - continúa- siguió diciendo- bajaremos por ahí y luego por la derechas- murmuro colocando cuidadosamente las manos sobre su espalda para indicarle el camino. Un gesto que a Anniel le pareció extremadamente personalAlgunas personas se acobijaban dentro por el frio y muchas otras ya comenzaban a marcharse. Cuando llegaron a un grupo de pocas mesas ubicadas en fila el le indico que habían era el destino. Era un sitio pequeño y recóndito, si no fuera por una enérgica pareja el lugar estaría vacío, el mismo conjunto de focos del callejón se encontraba en el lugar, era todo muy pintoresco, el conjunto de tres restaurantes ubicados en el mismo lugar y pintada de colores diferentes hacían relucir el sitio.
-Es aquí - mascullo, para guiarla a una mesa casi al borde- lindo no - hablo alto cuando tomaron asiento- tienen muy buena comida- susurro observando distraído la carta.
Anniel lo observo desconcertada esperando algún otro tipo de explicación- ¿Por que miras así?- murmuro burlesco
- No es lo que esperaba- susurro avergonzada
- ¿y que esperabas?- se rio entre dientes- ¿algún tipo de celda masoquista entre las cavernas?- se burlo- No soy un bárbaro Anniel- a ella le recorrió un escalofrió por todo el cuerpo al pensar en esa idea, no le apetecía ni en lo mas mínimo ser torturada por alguien
-Claro que no- susurro sin poder fingir su temor
- despreocupate, por mas que te guste pensar que soy un desquiciado, no lo soy- hablo ofendido- quiero que está noche te alimentes- musito- te gustará este lugar-guardo silencio unos segundos pensando en su siguientes palabras- podemos regresar siempre que te apetezca- susurro él, ella lo observo desconcertada intentando entender su ofrecimiento.
- Lo siento mucho, no lo entiendo- murmuro con el ceño fruncido- discúlpame pero si me permítes decirte que me asusta mucho tu estado de animo- susurro temerosa.
-Bueno, en ese caso, no te lo permito - hablo automáticamente- como te lo dije, soy un hombre complicado, pero no me privo de las cosas buenas de la vida, estamos en Escocia, sincera y llanamente no pretendo estar encerrado en esa casa hasta que las cosas retome su curso. Puedes venir con migo siempre que así lo desees, ya te lo eh dicho, no suelo ser una mala compañía- dijo esto ultimo con un guiño, para luego centrar su atención nuevamente en la carta que descansaba sobre la mesa. Anniel lo observo pasmada ¿podría vivir de esa manera? Fingiendo que eran personas normales y luego regresar a la casa y comprender que todo era una mentira, lo observo con tristeza mientras que agachaba la cabeza frustrada. Alexander observo el gesto sin prestarle atención.
- No pido que me aceptes, te lo dije antes, nada esta en buenos términos, pero puedes aceptarlo y seguir o seguir con esta reticencia- murmuro tranquilo
-No puedes decirme eso -susurro- no puedes pedirme que me siente aquí y comamos alguna extraña comida escocesa, mientras que actúas de esa manera, no se si quieres asesinarme o si mee permitirás siquiera cuestionar algo. No puedo comprender las actitudes que manejas, discúlpame si me estoy pasando de la raya imaginaria que trazaste, pero es que sinceramente no comprendo porque te empeñas en actuar de esa manera- hablo atropelladamente sorprendiéndose así misma y a él.
-Tu no tienes que entender nada, y si, te estas pasando la raya. Quise salir a cenar y quería que me acompañes, no hay nada que entender, estas aquí porque te dije que te cuidaría y sinceramente si te apetece marcharte hazlo, pero no me culpes a mi de tus desgracias. No puedes actuar deliberadamente sin medir las consecuencias. Se que me comporte muy mal, no lo justifico, pero también debes entender que ahora estas en mi mundo, bajo mis reglas y si quieres seguir viva debes aceptarlas si reproches- guardo silencio mientras la observaba perder y recuperar el color del rostro- puedes confiar en mi, no a cualquiera traigo a Escocia y le permito cuestionar mi actitud- murmuro tranquilamente, hablándole una verdad absoluta
-también eh vivido con gente como tú, aunque creas que soy debil y apocada se como actúan, siempre terminan haciendo lo que no esperas- murmuro con la voz temblorosa
- ¿con gente como yo? - exclamo ofendido- bueno, pensé que quedaba claro que no soy como la gente que te rodeó, me ofendes al compararme con Erick- hablo con un falso dejo de ofensa- jamás incumplo mi palabra Anniel, jamás.- recalco molesto- si te quisiera muerta no te hubiera traído a este lugar ¿no crees?-
Ella guareo silencio contemplando con agrado el valor que había surgido dentro de si y lo recibió con mucha alegría
- No se que puedo esperar- hablo con mucha cautela pero con decisión.
No sabia de donde había surgido ese valor, quizá era porque se encontraba en un lugar publico y se sentía protegida de cierto modo o porque él la observaba animadamente como si encontrara gracioso el hecho de que estuviera hablando con tanta valentía, molestándola al mismo tiempo. Pero se reprocho internamente al recordar que estarían a solas en una fortaleza dentro de algunas horas.
-Bueno, pues entonces déjate sorprender cariño- murmuro agraciado.
Anniel guardo silencio el resto de la noche, asintiendo cada vez que él hacía alguna observación. Mientras que él la observo esplendida, tenia los ojos mas brillantes de lo habitual y las mejillas encendidas en un rosa intenso, se palmeo la espalda mentalmente y se recordó así mismo sacarla mas de seguido, a pesar de su clara confusión, su visible temor y desconfianza pudo sentir un leve pero visible cambio en sus ojos brillosos. No había sonreído ni tampoco había comentado nada, pero se habia mostrado amistosa y accesible, 'ese era su problema' pensó Alexander.Cuando ambos regresaron a la casa Anniel se apago visiblemente, pensando en que quizá si podría sobrellevar la situación, entro distraída y no se percato que Alexander no la seguía. Cuando lo tuvo a su lado lo escucho musitar indudablemente una grosería.
- Mañana quiero que me acompañes a desayunar- guardo silencio un breve segundo esperando alguna negación, como no la obtuvo prosiguió- Hable con Lucca, al parecer hay algunas cosas que parecen complicarse- se encontró explicando- pero nada que no podamos manejarlo, sugirió que es mejor permanecer aquí para no agitar mas las aguas- agrego indiferente como si fuera información inútil
Ella lo observo apacible y asintió sin remedio, preguntándose en que momento habia entrado en esa carrera.
- En ese caso- murmuro quitándose la chaqueta- me iré a trabajar- dijo pasando a su costado, dejándola sola, observando la puerta de salida como una tonta.
Tenia un dolor punzante en su costado y unas ganas interminable de salir corriendo, pero se mantuvo quieta. Recibió una alerta desesperada del corazón y se agito visiblemente
Las olas de la costa golpeaban con ímpetu como si quieren escapar también, mientras Anniel yacía sin poder dormir, Alexander leía enérgicamente una hoja de papel de hacía ya algunos años intentando descifrar el camino de regreso a la vida. La sujetaba con tanta fuerza que empezó a ceder bajo el tacto.
-¿no planeas dejarme en paz?- susurro desganado
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And if you have the courage ©
AcakLa joven de 17 años caminaba por las calles de la ciudad agarrándose al desgastado abrigo de lana color champaña, con la mirada perdida y una vida en caos, cuando Alexander la visualiza lo primero que corrió por su mente fue el deseo incontrolable d...