El ruido de la tetera silbaba alarmada, él interruptor salto de golpe y el ruido comenzo a debilitarse. El vapor de la pava chocaba por los estantes relucientes, creando gruesas capas de sudor.
Lucca estaba recostado de forma ociosa sobre él umbral de la puerta
-Esto es una fortaleza, no creo que sea tan estúpido- dijo molesto
!Claro que es estúpido¡- exclamo Alexander -¡me disparo! ¿en que demonios estaba pensando?- balbuceo molesto, aun sin poder creerlo.
-Lo siento Alex, Marcus esta en el asunto. Probablemente ya sabe donde esta- Lucca parecía preocupado, él, jamas había dejado cabos sueltos y que uno se soltara lo hacia molestarse, nunca se mostró incompetente y no quería parecerlo.-Tengo miles de problemas y tener a ese hijo de perra, suelto con un arma, no va a ser uno, soluciona esto rápido Lucca- Alexander camino hacía la mesa y dejo él vaso con whisky a medio beber- Anniel esta arriba. Consigue el número de Alett y envíalo a mi teléfono- sin esperar a que Lucca contestara subió las escaleras a grandes zancadas.
Anniel estaba sentada en la cama mirando el suelo, sus zapatillas golpeaba suavemente el piso.
El olor a cuero estaba impregnado en el aire, las cortinas estaban cerradas y apenas una ráfaga de luz entraba entre ellas.
Alexander estaba en la habitación contraria, acostado boca abajo, hacía mucho tiempo no podía descansar, había tanto ruido a sus alrededores que no le permitía bajar la guardia. Ambos podían sentir él dolor de la existencia, aunque ella en su pobre y miserable vida gozaba del pacifismo, pero él, solo tenía días y días esperando a que los problemas lo alcanzaran. Alexander se incorporó nuevamente y aparto él sentimiento de culpa que lo invadía, él había conocido algo mejor, algo más que la miseria en la que vivía, había conocido el amor y la preocupación, la culpa, todo se habia marchado con ella.
Podía oler su perfume en todas partes, la manera en la que desfilaba por la casa, podía recordar el sentimiento de paz que un día ella consiguió dárselo como un obsequio, hoy en día solo guardaba un poco de esperanza para usarla en momentos difíciles.
Entonces Alexander pensó en la muchacha del otro lado de la habitación, estaba igual o peor que él, con la única ventaja de que ella, conocía la redención, al parecer eran intimas amigas, ella se veía tan frágil y débil, pero a pesar de eso era fuerte como pocas. la tristeza de su mirada lo obligaba a quedarse un poco más y consolar su alma.
Alexander se burlo internamente por el pensamiento de consuelo y pensó "El burro hablando de orejas" estaba claro que apenas podía mirarlo a la cara, apenas obtuviera la aprobación para marcharse, saldría corriendo sin mirar atrás.
No es que sintiera afecto hacía ella, pero se lamento en silencio, él sabia la clase de hombre que era, y la vida se lo recordaba a cada momento, restregándole por la cara los trapos sucios, no es que quisiera tener una casa en el bosque y un jardín, tampoco quería ser él tipo al que presentaran a sus amigos, pero aun así, no evitaba la sensación de incomodidad que generaba ser el tipo de la chaqueta de cuero y la sangre en las manos.
Había sentido esa misma sensación cuando conoció a su perdición, pero con el tiempo, la vida le enseño a esconder y enterrar esos sentimientos, había logrado salir con algunas marcas, pero había salido, solo se lamentaba algunas cosas en su vida y no precisamente ser quién era, había conseguido tantas cosas y no podía permitirse pensar en viejos fantasmas.
Se coloco de pie y camino hacía la puerta, la abrió y con grandes pasos se dirigió hasta la habitación de alado, sin pedir permiso, entro.
Anniel estaba sentada en él borde de la cama mirando sus desgastadas zapatillas, cuando lo vio levanto la vista, pero no se alarmó, ese gesto lo había molestado muchísimo y la bilis le subió rápidamente.
-Volaras a Escocia esta noche, hay alguien que pasara por ti, nesecito que tomes las maletas que te dará, hay algo de ropa y producto que se supone que debes de usar. Yo volare mañana.- los ojos de Anniel se abrieron alarmada, sin ganas de luchar comenzó a decir palabras cortas.
-¿Y la universidad? La gente sabrá que hay algo mal si no me presento- en que estaba pensando cuando aceptó ese estúpido trato
- Deja que me encargue yo, supe del programa a distancia, lo darás de esa forma. Apenas llegues allá Alett se comunicara con tu universidad- Anniel asintió desganada - el viaje es un poco largo, pero en cuanto llegues alli alguien te recojera para llevarte a casa- se encontró explicando- se que no es tu problema, pero en estos lados no eliges si entras o sales, tu no lo escoges, no vas a la tienda y decides si lo compras o no. Simplemente te encuentra. Tu tienes la posibilidad de salir, solo elije con cuidado y veras cual sera tu resultado- ella levanto le cabeza y él maldijo entre dientes. Tenia la mirada mas triste y hermosa que había visto en su jodida vida.
-No quiero esto, eh tratado de huir de las miserias de mi padre por años, pero al final del día siempre estoy envuelta en sus negocios- agacho la cabeza nuevamente, avergonzada, se seco bruscamente las lágrimas que caían por sus mejillas- lamento lo que sea que te haya hecho. Papá siempre fue un cobarde- Alexander no podía dar crédito a lo que estaba escuchando, se estaba disculpando con ÉL, le pareció una broma de mal gusto y río amargado
- ¿Estás de coña verdad?- ella se sobresalto por sus crudas palabras y lo miro desconcertada- Él maldito hace sus mierdas, te salpica ¿y tu pides perdón en su nombre? ¿de dónde saliste?- la observo atónito- saldrás de aquí, te irás a Escocia y cuidaras tu trasero mientras yo cuido el mio. No esperes que juguemos a la casita porque no sera así. No corremos de él, si quisiera le volaría los sesos ahora mismo, pero tengo otros planes para él maldito y TU- hablo haciendo énfasis en la ultima palabra- eres la maldita venda para la herida. No espero que confíes en mi. Comprendo que te saque de tu nido de rosas pero en cuanto compruebe mi teoría estarás de regreso- que explicación tan pobre, se burlo él en su interior
Ella lo observo varios minutos intentando descifrar lo que había en su mente, trataba de ver mas allá que el saco de problemas que tenia en frente. Entonces lo vio.
- prometo que cuidaré de ti Anniel- El mundo no se estaba cayendo, estaba girando correctamente, y él, lo lamento en lo más profundo.
ESTÁS LEYENDO
And if you have the courage ©
RandomLa joven de 17 años caminaba por las calles de la ciudad agarrándose al desgastado abrigo de lana color champaña, con la mirada perdida y una vida en caos, cuando Alexander la visualiza lo primero que corrió por su mente fue el deseo incontrolable d...