Soy el Doctor Strange.

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El reloj marcaba las ocho de la noche cuando Camila salió de la oficina, contenta al escuchar hablar a Pepper sobre el maravilloso regalo que Tony la había dado. Llegó a casa, colgó sus llaves y ceno con su familia.

Al mirar las noticias, su estado de ánimo cambio: Seis mujeres habían sido encontradas vivas, después de haber desaparecido una semana atrás, entre ellas se encontraba Menia, una joven africana que conoció en la preparatoria y con la que seguía en contacto ocasionalmente. No pudo evitar las lágrimas al ver a Menia llena de moretones y con la mirada perdida. Agradeció encontrarse sola ya en ese momento.
Logro conciliar el sueño hasta que el reloj marco las dos y media, pero no descanso, el rostro de Menia la perseguía combinado con las palabras del reportero. Abrió los ojos al dar las 4:30 y bajo hasta encontrarse con su ya conocida aparición.

-¿Pesadillas?- cuestiono él

-Sí- respondió ella tallando sus ojos- ¿Cómo lo supiste?

-Tu energía psíquica- menciono el hombre -se ve... diferente.

-¿A qué te refieres?

-Existen seres encargados de provocar eso.

-¿Es broma cierto?- la mirada de su aparición la hizo borrar su sonrisa- Bien, bien, olvido todo lo que creo saber- ¿Seguiremos con los escudos?

-No, hoy haremos algo diferente.

-¿Jugaremos a la ouija?- pregunto Camila, agitando sus manos misteriosamente

-Eso no es nada comparado con el día a día- alegó su acompañante despreocupado.

-¡Wou!, ¿entonces qué haremos?

-Un poco de artes... marciales

-¿Hablas de golpes?

-Umm si.

-¿Es en serio?- estaba confundida- ¿Quién necesita de eso cuando tienes "magia"?

-Tú aun no tienes magia- recalco él- por lo menos podrás acertar un golpe si alguien te ataca.

-Gracias por el apoyo.

-Vamos, será divertido.

-¿A dónde iremos?

-Es una sorpresa. Cierra los ojos.

Camila obedeció y espero. Sintió algo extraño cuando su acompañante la tomo de la mano y la guió por el lugar. En un instante, el clima cálido de su hogar despareció, en su lugar sintió una ligera brisa.

-Ya puedes abrirlos- ella lo hizo y tuvo que parpadear varias veces para entenderlo; ya no se encontraba en casa. Estaba sobre un suelo rocoso rodeado de construcciones orientales.

-¿Es otra ilusión?- cuestionó.

-Esta vez no señorita Dain- respondió él- solo hemos viajado a través de un portal.

-Sí que es una locura- susurro ella.

-Aquí podremos entrenar con libertad.

-Perfecto.

Se acercaron al centro del lugar, parecía estar vacio, acompañado solo del sonido de algunas aves que se posaban a la sombra de los árboles.

-Bien, ahora quiero que me golpees- dijo el hombre de capa roja.

Camila volteo a verlo con incredulidad- Estas loco, no hare eso.

-Sí, si lo harás.

-¿Por qué lo haría?

-Porque te lo estoy pidiendo.

-No me digas. Y si te pido que me beses ¿ lo harías solo porque yo te lo pido?- la expresión coqueta de su acompañante fue suficiente para que ella se sonrojara.

Sueños (Dr. Strange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora