Diamont Sugar ✧ Vkook/Taekook

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  Un ambiente tranquilo y distinguido fue apreciado por sus sentidos; Candelabros adornando los pulcros y blancos techos con círculos de trazos dorados, la atmósfera que lograba darle al lugar las cálidas luces ámbar y la fragancia a perfume de rosas que el lugar desprendía

—¿Tiene alguna reserva? –Un empleado no tardó en acercarse a él.

—Alguien me espera.

—Por aquí, por favor. – Asintió el empleado e indicó que lo siguiese.

Tras caminar hasta una mesa ubicada en la esquina en el otro extremo del amplio y extenso lugar, Agradeció con una pequeña reverencia al empleado y tras este haber devuelto la reverencia, fijo su vista en el hombre con el menú cubriendo su rostro.

—Taehyung...– Llamó en un hilo de voz que logró llegar a oídos ajenos.

Cerro la carpeta negra y la dejó cuidadosamente en la mesa, observando la perfecta figura frente a él. Una sonrisa adornó su rostro.

—Por favor toma asiento. –Indicó con la mano, mientras Jungkook se encontraba perdido en los cabellos castaños, hermoso rostro y gran figura a sus ojos.

—El traje te queda excelente. –Aseguró, tocando su pierna por debajo de la mesa una vez que se sentó.

—Ah, gracias. –Sonrió levemente.

Taehyung desvió su vista hacía alguien en la lejanía y comenzó a hacerle señas.

Para cuando Jungkook giró a ver de quién se trataba, observó a una empleada traer un ramo de flores y una pequeña bolsa. Una sensación cálida se plantó en su pecho.

Taehyung tomó aquellas cosas y agradeció, para luego centrar su atención en el azabache.

—Hoy es un día especial. Hemos cumplido un año desde que nos conocimos y quise hacer algo especial.

Le tendió el ramo con diversos tipos de flores como tulipanes, girasoles, margaritas y nubes.

—Esto es... Hermoso, Gracias.

Taehyung le acercó la bolsa de regalo, expectante en que lo abriera, por lo que dejó las flores a un lado de la mesa y procedió a abrir la bolsa. Le dirigió una mirada sería en cuánto vio de que se trataba de una pequeña caja.

—Ábrelo.

Jungkook se enfocó en hacerlo y tomó la caja de terciopelo para abrirla.

Un precioso anillo de diamantes descansaba en la caja.

—Taehyung... Tú...–Le dedicó una mirada de tristeza y confusión.

Una sonrisa apareció en su rostro tan rápido como se tensó.

—solo es un regalo, por favor acéptalo, no quiero que mal entiendas.

El aire regreso a sus pulmones en cuanto Jungkook escucho aquellas palabras.

—De acuerdo. Lo usaré, Gracias. – Dijo con alivios.

No sabría qué haría si Taehyung sintiese ese tipo de cosas por él. Ya estaba lastimando a suficientes personas.

—No tienes que agradecerme.

El teléfono de Taehyung comenzó a sonar y este contestó sin pensarlo.

Pasaron varios segundos en silencio en los que Taehyung se encontraba escuchando las palabras la persona en el otro lado de la línea.

—Muy bien, Gracias. –Finalmente agradeció y colgó, volviendo a fijar la vista en el contrario. —La habitación que reservé está lista. Informó mordiendo levemente su labio inferior.