Valeria
¿Cuántas son las posibilidades de que tenga menos problemas si inicio una relación con una chica diferente? Después de todo sería una chica cualquiera que no tiene una reputación por perder, ni un trabajo del cual preocuparse. Además me daría más que pensar sobre mi orientación sexual. No lo sé, esto es taaaaaaaaan confuso. Creo que lo mejor sería salir de una cosa para empezar otra.
Donde sea que intente sentarme sé que ella me observara, así que ya me da igual donde sentarme, dejo mi mochila en la silla para encaminarme a la cafetería. Veo que un grupo de chicas esta alrededor de una mesa, hablan todas a la vez. Al poco rato Emmanuel está a mi lado.
—Es la chica nueva, la acaban de transferir —contesto a mi pregunta antes de que la hiciese.
—¿Y por qué tanto alboroto? —digo dándole otro sorbo a mi café.
—Según he escuchado es hija de algún millonario, no recuerdo su nombre —se rasca la cabeza un poco pensativo—. El asunto es que aparte de ser extremadamente rica, esta hermosa.
—¿Qué se supone que observamos? —dice Marcos uniéndosenos al observatorio del mismísimo apocalipsis zombie.
—A la chica nueva siendo masacrada con preguntas —termino de mi taza de café, decidida a ir por la chica nueva. Marcos y Emmanuel solo me siguen.
Cuando estoy lo suficientemente cerca, logro observarla. Demonios, esta chica sí que es hermosa, tiene un bonito cuerpo, cabello ondulado de un color castaño, con un bello lunar encima del labio superior. Por la expresión de su rostro se puede notar que no está para nada cómoda, y cada vez se acercan más chicas.
Me abro camino entre todos los presentes aquí, me siento a su lado, ella me mira con cuestionamiento.
Le doy un beso en la mejilla para lograr susurrarle.
—Tranquila, yo lo soluciono —digo mientras me voy alejando de ella lentamente. Me pongo de pie sobre el asiento-. ¡PODRIAN CALLARSE! —grito lo más fuerte que puedo, todos enfocan su mirada en mi—. Gracias. Ahora que tengo su atención quisiera pedirles que se retiren, ¿les han dicho lo hostigantes que son? —observo las miradas de todos, algunas me miran con arrogancia.
—¿Y cómo por qué haríamos eso? —dicen algunas al mismo tiempo.
En algún momento de arrepentiré de esto, después de todo mi vida estará jodida en algún momento cuando todos se enteren de lo que pasa entre la profesora y yo, esto no es nada. Que puedo perder después de todo.
—Porque ella es mi novia y deseo platicar con ella a gusto sin que ustedes estén aquí molestando con preguntas tontas —digo mientras los miro desafiantemente.
—Demuéstralo —espeta una chica del mismo grado que el mío que esta justamente enfrente de ti.
Me pongo de rodillas sobre la mesa, y empiezo a gatear sobre esta, hasta estar lo suficientemente cerca de ella.
Ella no se mueve en lo absoluto, solo me observa, al parecer no tiene intención de detenerme, de ser así no me hubiese dejado besarla en la mejilla desde el principio. Aunque de cierta manera yo igual debería de estar más tranquila en todo los aspectos, ya que lo qué paso en la fiesta me dejo mucho en que pensar, pero debo buscar algo que distraiga a la persona que nos vio y que sepa que entre la profesora y yo no ocurrió nada más que eso.
La besó, ella no se niega, pone sus brazos alrededor de mi cuello. Nos separamos por falta de aire, y la observo por un instante, ella lo disfruto. Me baje de la mesa y me senté a su lado. Vi algunos aun grabando con su celular.
—Bien, no sé qué más pruebas quieren. Ahora que tienen lo que querían, ¿Me harían el gran favor de irse de aquí? —dije haciendo señas hacia la puerta.
Los únicos que se quedaron allí fueron Marcos y Emmanuel, a lo lejos logre visualizar a Fany, que estaba impactada aun con la escena. Ella ya sabía la situación con la profesora Magdalena y por supuesto que sabía lo ocurrido en el baño con Marcos.
Olvide por completo el otro asuntillo con Marcos, ahora tengo más cosas encima que solucionar. Lo observo por un momento y a mi parecer está normal, aunque eso no quiere decir que me libre de una explicación que tengo que darle.
Opte por no darle explicaciones ni a Marcos, ni a Fany por el momento. Me puse de pie y me lleve a la chica conmigo.
—Después de todo este alboroto, ¿Me podrías decir tu nombre? —dije mientras caminábamos hacia aquel árbol donde suelo estar con Adam.
—Sí... Me llamo Keila —dijo alegremente-. Por cierto, gracias por la forma tan rara de quitármelos de encima.
—De nada —conteste algo sonrojada-. Mucho gusto Keila, soy Valeria. Espero no meterte en ningún problema con lo que hice —acomode mis cosas a un lado, mientras ella se terminaba de sentar.
—No, tranquila, mis padres nunca están, dudo que esto llame su atención —espetó sin preocupación—. Es un bonito lugar, es tranquilo, es de esos lugares donde puedes venir a sentarte un buen rato para pensar o simplemente recostarte y admirar el cielo —el aire revoloteaba un poco su cabello y ella rebuscaba algo en su mochila
—Sí, vengo aquí con mi mejor amigo Adam. Por cierto, ¿En qué grupo estás? —cuestiono mientras observo el papel que sostiene en sus manos. Me tiende el papel. Lo observo detenidamente—. Bueno, estás en el grupo B —le regreso su horario de clases.
—Es una pena no estar en el mismo grupo que tu —dice mientras se va acercando a mí, se acerca a mi oído, justo como lo hice yo hace un rato y susurra—, no tendré ningún problema en cambiarme al tuyo —me da un beso en la mejilla y se va.
La observo alejarse. No puedo quejarme de algo que realmente si ocasione, pero claro tenía que hacerme la "buena" persona que salva a alguien más de algo incómodo. La profesora Magdalena no regresa hasta el miércoles. Tengo un día para hablar con Marcos y explicarle todo antes de que todo se vuelva más un caos después de lo ocurrido con Keila.
Las clases se pasaron más lento de lo normal, sobre todo sin Adam aquí. Logre comunicarme con él en una ida al baño, me dijo que salió con su novia de viaje.
Al terminar las clases me dirigí un rato a los videos juegos con Emmanuel, necesitaba distraerme de otra manera que no fuera con fiesta y terminar cagandola más. Llegando a casa no había nadie, supongo que mi madre debe tener alguna reunión. Me voy directamente a mi habitación, tomo una ducha y me siento en la cama, desde la ventana observo el departamento de la profesora, hay varias luces prendidas, debe estar desempacando aún.
No sé cuándo será un buen momento para aclarar las cosas con ella, estoy realmente confundida con mis sentimientos, y no estoy para nada segura de querer algo serio con ella, y menos sabiendo que alguien sabe lo ocurrido en la escuela. Me hundo en mis pensamientos, y sin más me quedo dormida.

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I'm a lesbian
Novela JuvenilLa vida puede cambiar de un momento para otro, y a veces esos cambios pueden ser para bien o hasta para dar una lección de vida. Pero a veces las cosas que pasan son tan extrañas que te preguntas a ti mismo/a si de verdad estas despierto, o todo es...