Capítulo 15

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Magdalena

Ella abre la puerta después de haberse cubierto con la toalla. Me acerco lentamente a ella, cuando estoy lo suficientemente cerca, le acaricio el cabello, bajando lentamente hasta sus rasgos faciales, ella no hace nada más que mirarme fijamente; bajo mi mano hasta el agarre que tiene la toalla para no caerse de su cuerpo, lo destrabo, la toalla cae al suelo; doy unos pasos hacia atrás para tener una mejor vista, la observo unos segundos más para después acercarme a su rostro, la beso, como ese vez en el laboratorio, ella no me detiene, me sigue el beso. Me separo de sus labios, y la empujo hacia la pared, vuelvo a juntar nuestros labios, el beso se vuelve intenso. Ella se separa.

—Hay que ser justas- dice mirandome con lujuria, y no entiendo lo que me quiere dar a entender, hasta que se acerca hacia mí y empieza a levantarme la blusa, su tacto hace que mi piel se erice; cuando termina de desvestirme, sube lentamente desde mi abdomen dejando un camino de besos hasta llegar a mis labios.

Siento sus manos recorrer mi cuerpo, acaricia mis pechos con suavidad, baja lentamente su mano, por mi abdomen hasta llegar a mi zona intima.

—¿Se le ofrece algo? —pregunta algo molesta ya que solo me quede mirandola.

Parpadeo un par de veces para reincorporarme a la realidad. No puedo creer lo que acabo de imaginar.

—N...no —tartamudeo—, lo que pasa es que tu madre se fue, le hablaron del trabajo por un inconveniente —digo sin dejar de mirarla.

—¿Y no pudo esperar a que terminara de bañarme?

Antes de que pueda contestarle, suena el timbre, ella suelta un bufido. Se acomoda mejor la toalla, y sale de su cuarto, la sigo.

Valeria

Ya tenía suficiente con su presencia en mi casa, como para que llegue alguien más. Escucho que vuelven a tocar el timbre.

—Espera un momento, llegaste en un momento inesperado —grito mientras termino de bajar la escaleras.

Abro la puerta, para encontrarme con Marcos.

—Hola —dice tímidamente, para después mirarme de pies a cabeza —Oh, perdón no sabía que estabas en paños menores.

—Solo dime que es lo que quieres —dijo enojada, ya que no me esperaba lo que acaba de pasar en el baño.

—Solo quería asegurarme de que hayas llegado a casa, ya que me fui de la fiesta después d... —no continua la frase ya que observa detenidamente la sala, para lograr visualizar a la maestra.

—Cómo pudiste notar tengo visitas, y no estoy presentable, así que mejor hablamos en otra ocasión —espeto, espero y eso sea suficiente para que se vaya.

—Si ya no lo note —dice—. Hola Profesora, no sabía que daba clases particulares —continua, esperando una respuesta, pero yo me adelanto.

—Ahora lo sabes —contesto—. Y como podrás notar estoy retrasada en la clase, así que adiós.

—Adiós —dice por ultimo. Rápidamente cierro la puerta y me quedo recargada sobre esta. Camino hacia las escaleras—.Espéreme diez minutos —digo mientras subo las escaleras—. En cuanto termine la acompaño a ver el departamento —no espero respuesta alguna.

Al entrar a mi habitación, cierro la puerta con seguro, no quiero que vuelva a entrar. Me introduzco al baño, y de igual manera la aseguro. Ya he tenido suficiente esta semana, no creo soportarlo más, es muy agobiante todo lo que está pasando. De algo estoy seguro, Adam no se salvara de los golpes que le daré por haberme hecho esto.

Me baño lo más rápido posible para mostrarle el departamento y se vaya, y por fin poder dormir. Agarro un pantalón y una blusa cualquiera. Rápidamente me cepillo el alboroto que tengo por cabello, aunque probablemente al rato sea una mierda. Me pongo los zapatos, y bajo rápidamente.

—He terminado —digo bajando las escaleras—. ¿Está lista? —pregunto incorporándome en la sala donde se encuentra observando una foto de mi familia.

—Bonita familia —espeta para después dejarla donde estaba.

—Gracias —contesto incómodamente.

Caminamos hacia la puerta, antes de que pueda abrirla ella me detiene, poniendo su mano encima de la mía que se encuentra sobre la perilla de la puerta.

—Tienes que explicarme muchas cosas —me mira con un rostro serio, que cambio de humor tan brusco.

Este podría ser el momento perfecto para decirle que todo fue parte de una apuesta, pero podrían pasar dos cosas, o renuncia y nunca nos volvemos a ver, me libraría de ella, y podría continuar mi vida, o puede chantajearme con sus materias, con mi madre, podría usar muchas cosas para joderme la vida. Opto por no decirle eso.

—¿Qué es lo que quiere que le explique? —pregunto a la defensiva.

—El porque te estabas besando con Adam, no se supone que tiene novia, o espera hay otra razón por la cual no debiste besarlo, no se supone que eres lesbiana —dice con tranquilidad pero sin dejar de fulminarme con la mirada.

Ella tenía razón pero solo en lo primero, él tiene novia, pero bueno, tampoco es que haya tenido relaciones sexuales con él.

—¿Y desde cuando a usted le interesa mi vida? —pregunto sin indiferencia—. Aclaremos las cosas, que le haya dicho que soy lesbiana y que ocurriera ese beso, eso no significa que ya tenemos una relación formal y que seremos felices para siempre —continuo sin dejar de mirarla—, lo único que quería que es que me diera su opinión, en ningún momento llegue y le dije: "soy lesbiana, tengamos una relación amorosa", ¿o sí? —ella solo asiente analizando mi respuesta.

Nos quedamos en silencio por unos minutos. Decido romper el silencio.

—Nos vamos ya o espero a que termine de procesar lo que acabo de decir —espete secamente.

Me empuja hacia la puerta, y sin más me besa. Abro los ojos como platos, pero no me niego a su beso. Me agarra de la cintura para apegarme más a ella, pongo mis manos en su nuca, acariciando su cabello.

I'm a lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora