Valeria
Es martes, mañana regresa la profesora, y hoy aún tengo tiempo de hablar con Marcos, le dije que nos viéramos en el parque cerca de mi casa. Estoy nerviosa, pero espero poder solucionar esto sin que él se moleste y pierda su amistad.
Me siento en una de las bancas, unos minutos después logro visualizarlo.
—Hola, gracias por venir —lo observo tomar asiento a mi lado—. Perdón por llamar de improvisto, pero realmente necesito hablar contigo, para aclarar las cosas, sobre todo con lo ocurrido ayer en la cafetería.
—De eso mismo quería hablar yo —contesto tranquilamente—. ¿No quieres ir a un café para hablarlo más tranquilamente? —sugiere.
—No creo que sea buena idea Marcos, quiero terminar con esto de una vez por todas —digo desesperada.
—Está bien, si así lo deseas.
—Supongo que recuerdas lo ocurrido en la fiesta de Fany, ¿no? —él solo asiente—. Bueno, no puedo negarte que no lo disfrute, soy un ser humano y tengo sentimientos y sensaciones, pero no debió pasar, y no quiero que pienses que es porque tengo algo con Adam, o alguien más, ni mucho menos quiero que pienses que fue un error en mi vida —él solo me mira y escucha atentamente lo que sale de mis labios—. Cómo pudiste notar besé a aquella chica en la cafetería ayer, pero antes de besarla a ella la semana pasada besé a otra chica, y sinceramente estoy confundida con mi orientación sexual y con mis sentimientos —dije bajando la cara avergonzada.
—¿Y qué tengo que ver en tu confusión sexual? —pregunto analizando lo que le dije. Unos segundos después reacciono—. Solo me utilizaste, ahora entiendo tu actitud tan indiferente conmigo después de lo que paso —dijo molesto.
—En verdad lo siento Marcos, no fue mi intención utilizarte, necesitaba estar segura que lo sentimientos hacia la profesora Magdalena eran pasajeros, quería estar segura de todo —me tape la boca después de haber mencionado su nombre, porque la acabo de cagar más de lo que ya estaba cagado.
—¿La profesora Magdalena? —Él estaba en sock—. ¿Por eso estaba en tu casa el otro día? No lo puedo creer Valeria —añade enojado.
—Por eso no quise ir al café, sabía que reaccionarias de esa manera —dije cabizbaja.
—No me molesta lo que hiciste conmigo o si besaste a la profesora, lo que más me molesta es que no me contaras las cosas Vale —contesta ya un poco más tranquilo—. Somos amigos desde el preescolar y yo esperaba de ti mucho más que una amistad desde la secundaria, pero considerando la larga amistad que tenemos yo esperaba que al menos me tuvieras la confianza para contarme todo eso —añade.
No le iba a decir que todo con la profesora comenzó con una apuesta con Adam, se molestaría más y creo que ahora si acabaría todo.
—Gracias Marcos, lamento todo esto —digo mirándolo unos segundos a los ojos. Toma mi cara con sus manos para que no aparte la vista.
—Deja de lamentarte, ya pasó. De todos modos me siento afortunado de ser utilizado por ti —dice riendo un poco para después darme un beso en la mejilla—. Anda vamos a la escuela, o se nos hará tarde.
Nos pusimos de pie, y nos encaminamos a la escuela. Después de haber solucionado esto, siento un peso menos encima. En el camino veníamos hablando sobre lo que hicimos en secundaria, y de sus romances fallidos. Siempre es bueno conversar con él.
Adam ya estaba en el salón cuando llegamos, y me senté junto a él.
—Supongo que por su sonrisa, ya le dijiste todo ¿cierto? —pregunta el moreno con curiosidad.
—Sí y lo tomo de buena manera, con él ya está todo solucionado —dije relajada.
—Me alegro, pensé que explotarías en cualquier momento por la culpa —dije mientras revolotea en su mochila—. Por cierto mira lo que te traje.
Era un bonito llavero de una tortuga, que movía la colita y decía mi nombre en el caparazón. Después me hizo entrega de un frasco de café.
—Muchas gracias Adam, está muy bonito él llavero —dije aun observándolo—. Aunque no entiendo porque el frasco de café.
—Es que siempre compras café aquí en la escuela, así que le pregunte a la señora de donde traía su café, y me dijo que de Orizaba, Veracruz, así que cuando mi novia quiso que la acompañara para allá aproveche y te traje el más grande que encontré —dice sonriente y satisfecho con sus presentes.
—Ja, ja, ja, gracias Adam, son unos regalos muy bonitos —dije mientras lo guardaba en la mochila.
No le he contado a Adam lo de Keila, pero no es importante, no la vi en ninguna de nuestras clases, así que supongo que no logro hacer el cambio de grupo.
Magdalena
Por fin he terminado de desempacar y acomodar todo. Podre regresar a trabajar sin problemas con todo en el nuevo departamento arreglado. Aunque me decepciona bastante que Valeria no se apareciera por aquí estos días, aunque sea para terminar de aclarar las cosas.
Las marcas que me hizo en el cuello aún son visibles, pero no hay nada que el maquillaje no arregle.
Ya debería de haber regresado a su casa, ¿debería de ir a verla con la excusa de que no sé donde queda el supermercado más cercano? Aunque en cierto punto eso es cierto, apenas y sé qué camino tomar para ir a la escuela. Mejor espero a preguntarle después, pediré comida a domicilio para no salir.
Mañana podré hablar con ella y hablar sobre las cosas.
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I'm a lesbian
Novela JuvenilLa vida puede cambiar de un momento para otro, y a veces esos cambios pueden ser para bien o hasta para dar una lección de vida. Pero a veces las cosas que pasan son tan extrañas que te preguntas a ti mismo/a si de verdad estas despierto, o todo es...