Valeria
La cague. Al final no sirvió de nada que lo besara, no sentí lo mismo que ayer. Tendría que hablar con ella. De alguna manera, lo de ayer, hizo que yo empezara a sentir algo por ella, tal vez por el momento no sea un sentimiento tan grande, pero es algo.
—¿Ya estas mejor? —pregunta Adam. sacándome de mis pensamientos.
Asiento. Deja de abrazarme, al parecer no se dio cuenta que ella nos vio, no le diré nada.
—Sabes que cuentas conmigo, no me gusta verte así —dice tratando de darme consuelo—. Y si eso no te es suficiente para convencerte... Ofrezco mi cuerpo —añade lo último mirándome provocativamente.
Río un poco. Aún falta media hora para que inicien las clases, y sinceramente solo quiero irme. No lograré mirarle, ni siquiera levantar la vista, porque fui una completa idiota al besarme con Adam, pero yo que iba a saber que nos vería. Nos vamos de la cafetería, para irnos al salón.
—Adelántate, voy al baño a lavarme la cara y medio pintarme, he de verme como un zombie en estos momentos.
—Sí y uno muy feo para ser sincero-se burla un poco.
Solo lo miro mal y me meto al baño.
Me miro al espejo, y maldicion, si que me veo asquerosamente mal. Los ojos hinchados, unas ojeras que quieren dar a entender que no he dormido en semanas.
Abro el grifo y me enjuago la cara. Agarro un poco de papel para secarme.
Escucho que alguien entra, no veo quién es ya que estoy secándome la cara, no le tomo importancia, sigo con lo mío. Cuando termino levanto la cara hacia el espejo, y me encuentro con el reflejo de ella. Pegó un grito, maldita sea, no me esperaba eso. Ella solo se dedica a observarme, esto empieza a darme miedo.
Me importa una mierda el maquillarme en estos momentos, solo quiero irme de allí. Guardo lo que había sacado de mi mochila. Me la pongo, estoy dispuesta a caminar, pero, ella está en frente mío, obstruyendo el camino. La observo, para después bajar la mirada. No sé qué hacer, y menos que decir.
Medio metro es lo que no separa, cuando voy a dar un paso, ella habla.
—¿Por qué? —es todo lo que logra preguntarme antes de que se quiebre su voz.
No sé a qué quiere referirse con eso. Me mira, esperando una respuesta. Sigo sin decir nada. Porque este tipo de cosas me pasan a mí.
—¿En verdad eres lesbiana? —pregunta algo desesperada por que algo salga de mis labios.
Sinceramente ni yo se la respuesta, no sé qué decirle, tengo un nudo en mi garganta. No sale nada de mis labios.
—Yo... —es todo lo que logro espetar.
Esto es realmente incómodo. No sé qué mierda decirle.
—Yo... Lo siento —digo bajando la mirada.
—¿En serio lo sientes? —dijo algo molesta—. No parecía ser así ese rato cuando Adam te devoraba los labios —añadió aún más enojada.
No entiendo su reclamo, maldición. Yo solo le dije que era lesbiana, nunca que le pedí que tuviésemos algo serio ni nada por el estilo, yo solo quería saber su opinión.
No podemos estar aquí todo el día en el baño. Ella tiene que dar clases. Decido irme de allí, camino hacia la puerta, sin importarme tener que dejarla allí. No me impide el paso. Salgo de allí lo antes posible. Mi vida es genial.
Me voy al salón. Adam me espera en la entrada. No le digo nada.
Ya han pasado diez minutos desde que timbraron para el inicio de clases, y ella no llega. Llaman a la puerta, y entra la directora de la institución.
—Les informo que la maestra Magdalena se retiró por que tuvo un imprevisto familiar, así que tienen la hora libre —dice amenamente.
Soy una idiota. Debí decirle la verdad, pero como decirle de una manera sutil: lo siento, todo fue una broma.
Magdalena
Ella simplemente se va, dejándome sola. Me quedo un rato allí, para después ir a la dirección para decir que tengo un inconveniente familiar. No quiero verla. Solo quiero irme a casa.
Conduzco a casa. Porque simplemente no me la saco de la cabeza, no puedo dejar de pensar en ella. Para mí es simplemente hermosa y de verdad deseo tenerla sólo para mí. Aún recuerdo el primer día de clases, cuando llego.
Flashback
Hoy entra un nuevo grupo, veamos que sorpresa me llevo este curso.
Los primeros en entrar son cuatro muchachos, por la forma en la que conversan, supongo que ya se conocen. Aún faltan como diez minutos para que inicien las clases.
Por el momento solo son 15 alumnos los que llegan. Supongo que en la semana se integraran más.
—Bueno al parecer no llegara nadie más —digo—. Bueno empecemos. Como saben el primer día no haremos mucho, se presentaran para que se conozcan. Mi nombre es Magda....
Me quedo a media presentación, ya que alguien llama a la puerta.
—Disculpe la tardanza, tuve un pequeño problema en el camino, ¿puedo pasar? —pregunta tímidamente.
—Claro —contestó.
Entra y joder que hermosa es. Alta, demasiado a decir verdad, cabello chino, cuerpo escultural, tez ligeramente bronceada, ojos grandes y de un bello color café. Sus labios, mierda, son tan hermosos, ni tan pequeños ni tan gruesos. Es tan bonita. Se sienta en las bancas que están hasta adelante. Podre darme el lujo de observarla. Maldición Magdalena concéntrate, éstas casi babeando.
—Como les venía diciendo mi nombre es Magdalena, y seré su maestra de química y taller de lectura —dije amenamente—. Quiero que uno por uno se presente para irlos conociendo y cuál es su propósito en esa nueva etapa que acaba de empezar para ustedes.
Quería saber su jodido nombre de una vez. Supongo que se haya sentada hasta enfrente es una buena ventaja.
—Empecemos por la señorita que llego tarde —trató de no sonar tan desesperada.
Noto que pone los ojos en blanco. Vamos, no le pedí nada del otro mundo.
Suspira y se levanta, noto que todos la observan, yo también lo hago, no sé pero de cierta manera me da tentación, es bastante alta. Y su cuerpo, ni hablar de el, curvas bien formadas, buen trasero. Pero que rayos estoy pensando.
—Mi nombre es Valeria, tengo 16 años —espeta sin mas—. Mi proposito, bueno no lo había pensado, pero el único que se me ocurre de momento es, poder terminar la preparatoria.
Valeria, 16 años. Pensé que tenía más edad, por su estatura cualquiera pensaría que tiene 20.
Los demás se presentan y para ser sincera no preste demasiada atención a casi nada. Me dedique a observarla cada que estaba distraída.

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I'm a lesbian
Ficção AdolescenteLa vida puede cambiar de un momento para otro, y a veces esos cambios pueden ser para bien o hasta para dar una lección de vida. Pero a veces las cosas que pasan son tan extrañas que te preguntas a ti mismo/a si de verdad estas despierto, o todo es...