Valeria
No sabía que la cena familiar implicaba a toda la familia. He tenido que dormir en el sofá por que ocupan todas las habitaciones. Algunos de mis primos me escucharon hablar con mi madre sobre una fiesta que tendré el fin de semana, y no dudaron dos veces en autoinvitarse. Itzel, mi prima, se quedó a dormir conmigo en la sala, platicamos hasta tarde, estaba entusiasmada por la fiesta.
Trato de pasar todo el tiempo posible con Keila en la escuela y algunas horas después de salir de la escuela para despistar a quien sea que nos viera en laboratorio. Después de eso voy a su departamento con la excusa de que me está dando clases extras.
Le conté a Adam lo que hable con Magdalena en su departamento, él no estaba de acuerdo con usar a Keila de esa manera, dijo que no se lo merecía.
En clases evitamos las demostraciones cariñosas, en la hora de descanso y las clases libres ella quiere estar todo el tiempo literalmente encima de mí, no para de besarme; la profesora Magdalena nos ha visto varias veces y puedo notar en su mirada no soporta ver la escena.
Llego el esperado fin de semana, y Keila había organizado una fiesta para el sábado en la noche. Invito a toda la escuela incluyendo a los docentes. No podía faltar, soy su "pareja" y sería demasiado cruel de mi parte no asistir.
Salgo temprano de casa para ir a ver a Magdalena, ya que no podré estar con ella en la fiesta.
Al llegar logro escuchar que discute con alguien, pongo una oreja muy cerca de la puerta para poder escuchar mejor.
—No sé porque no te das por vencida, ya te dije que no regresare contigo —suena muy molesta y fastidiada—. No tengo por qué darte mi nueva dirección —creo que está hablando por teléfono—. Vete al carajo, y déjame en paz de una buena vez, por favor —la escucho suspirar. Toco la puerta unos segundos después.
—Hola cariño —digo tratando de disimular que no escuche su discusión. Le doy un beso en los labios y me dirijo a la cocina.
—¿En serio tenemos que ir a la fiesta? —pregunta mientras me abraza por la espalda besando mi cuello.
—Sí, sabes que sería demasiado sospechoso si no nos aparecemos —sirvo dos vasos de jugo. Le tiendo uno—. Créeme que al igual que tú no quiero ir, quisiera estar todo el día en cama contigo —le doy otro beso en los labios y me voy hacia la sala—. Ven aquí, quiero al menos estar tranquilamente contigo un rato —dije dando palmadas al asiento en señal que quería que se sentara.
—¿Quieres ver lo que usaré para la fiesta? —dice entusiasmada. Me quita el vaso de las manos y me jala hacia la habitación.
—Claro —me siento en la cama y espero a que salga del armario con el vestido—. Así no se aprecia demasiado, ¿y si te lo pones de una vez? —necesitaba sacarme su discusión de alguna manera, no quiero bombardearla de preguntas sobre algo que no me incumbe.
El vestido era de color azul rey, con un escote en "V" en frente que resaltaba sus pechos y un bonito bordado en pedrería enfrente haciendo forma de un cinturón. Se veía realmente hermosa.
—¿Te gusta? —pregunta caminando por la habitación, como si modelara.
—Se te ve precioso —me puse de pie y me acerque a ella besando tiernamente sus labios.
—¿Qué usarás tú? —se empieza a quitar el vestido, la observo detenidamente.
—Eso mismo quisiera saber yo. Keila fue insistente en elegir y pagar ella lo que usare —me volví a acercar a ella, estaba en ropa interior. Le empiezo a besar el cuello.

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I'm a lesbian
Подростковая литератураLa vida puede cambiar de un momento para otro, y a veces esos cambios pueden ser para bien o hasta para dar una lección de vida. Pero a veces las cosas que pasan son tan extrañas que te preguntas a ti mismo/a si de verdad estas despierto, o todo es...