Capitulo IV

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Con mi nuevo aspecto de Witchmon, hacia una espectacular pareja con Wizardmon. Ambos viajamos por el resto del Digimundo, en el trayecto él me enseñaba a usar mi magia hasta  llegar al mismo nivel que él.

En nuestro largo viaje, rumores se recorrían, eramos recibidos con mucho amor a cada aldea que visitábamos  "Los Héroes Mágicos" si, era algo bobo el nombre pero fuimos bautizados por un Pabumon, así que... ¿Como negarnos?

Habíamos recorrido todo el Digimundo, les juro, año y medio nos llevo; y solo resumiré a que conocimos ciento  de Digimon de diferentes tipos; no nos dejábamos de los pre-juicios, creímos en cada ser que conocíamos... a veces resultaba bien, a veces mal... Wizardmon llevaba un libro, con hojas blancas a las cuales llenaba con lo que vivíamos día a día, algo así como un "Libro de vida"

Y habiendo recorrido todo el Digimundo.

  —  ¿Que haremos ahora?

—  Descansar, para volver a empezar.

— ¿A donde iremos?

—  A Witchelny. 

Witchelny, es el lugar de donde venia Wizardmon siempre había hablado de llevarme a ese lugar y él no era de romper sus prometas; nadie podía ingresar a Witchelny solo aquel que posea una gran magia y lleve consigo la 4 piedras que  representa cada clan: Aquary el clan del Agua, Energy el del Fuego,  Earthling el de la tierra y Baluluna, el del viento. El ritual consistía en colocar las dichas piedras en el suelo con un trozo del elemento que representaba, es decir un vaso con agua llevaría la roca de Aquary; un vaso con una pequeña fogata llevaría la roca de Energy; un vaso con tierra dentro llevaría la roca de Easthling y el ultimo vaso llevaría viento con la roca de Baluluna. ¿Como poníamos viento en un vaso? Bastaba con un control de la magia y meter un pequeño remolino dentro. 

— ¡Atreup a Witchelny eterba!  

Las rocas comenzaron a brillar, uniéndose una a una con un rayo inmenso de magia dando por resultado la abertura de un portal... y del otro lado, Witchelny. Wizardmon tomo mi mano, y ambos pasamos por el, en un abrir y cerrar de ojos ahí estábamos. El lugar se describía con una sola palabra: Mágico. El portal se cerro una vez que cruzamos y al cerrarse, volvieron las rocas de cada elemento. 

  —  Así que este es el lugar. —  Afirme, y con mis ojos recorría el lugar.  

 — ¿Te gusta?

—  Si...

—  Ven, quiero enseñarte mi hogar. —  Me tomo la mano sin vergüenza y me guió hasta su hogar, no era muy grande, era acogedora y completa, completa de libros , era mas libro que hogar casi... Tenia una sección para cada tema, cualquier libro que imaginaras Wizardmon seguramente lo tenia ahí. 

  — ... Vaya... 

—  Perdona el desorden... Hace tiempo que  no vuelvo aquí.

— No, descuida...  Para ser tu solo, este lugar esta bien. —  Afirme con una sonrisa.

  — Bueno sobre eso... —  La voz de Wizardmon se notaba nerviosa.

— ¿Humm?

— Tenia pensando.... Que vivas aquí, conmigo.... 

  —  No te entiendo. —  Lo entendía perfectamente, quería que se animara una vez por todas a decir lo que realmente sentía.

— Tu y yo, hemos compartido tanto... — Suspiro. —   Y realmente no quiero perderte como compañera, digo, quiero tener mas aventuras contigo.

  —  Ah... ¡Pero si somos amigos!

—  ¡No! —  Wizardmon tomo mi mano derecha, ya podía notarle un rubor en su escondido rostro, bajo su cuello y ahora podía ver su boca. —  Witchmon, quiero que estés conmigo para siempre, que seas mi... 

— ... ¿Tu?...

— Todo...  —  Y termino esa palabra que me uní a él en un abrazo, si a estas alturas lo adoraba con todo mi ser, en lo que respectaba a mi, nosotros dos ya eramos una pareja hace mucho tiempo... Quizás desde que nos conocimos. 

¿Saben lo que es la Paz? Eso me transmitía estar a su lado, rodeados de las bellezas que ofrecían Witchelny. Leíamos juntos, estudiábamos juntos, practicábamos juntos... todo, todo lo hacíamos juntos. Mi admiración hacia él crecía día a día, al igual que mis sentimientos. Unimos nuestras prometas en un anillo, un anillo mágico que reaccionaba con la magia del otro y revelaba una palabra "Witchelny" 

¡Era realmente feliz a su lado! Juro que no pedía más, la felicidad era tanta que pasamos un año entero en la tierra natal de Wizardmon y si alguien nos conocía, diría que eramos una pareja de pocos meses. 

Era su apoyo, y él mio; le conocía todo, cuando mentía, cuando decía la verdad, cuando ocultaba algo. Comencé a amar cada detalle de él, sus silencios, su timidez, su tartamudeo ante mis coqueteos, sus gestos con las manos, sus muecas cuando dejaba ver su boca, su complejo con su estatura. Completamente todo. 

Decidimos que ya habíamos leído la gran mayoría de los libros que tenia en su biblioteca; por lo que debíamos volver a empezar el viaje al Digimundo, el mismo ritual que habíamos hecho para entrar lo repetiríamos para salir. 

  —  ¿Lista?

—  ¡Si!

El portal que hace un año atrás nos había traído a las tierras mágicas de Witchelny,  se había vuelto abrir, nuevamente Wizardmon tomo mi mano e ingresamos juntos... de nuevo al Digimundo.

Pero de haber sabido que esto acabaría así... Hubiera retrocedido el tiempo, y jamas volver a cruzar ese portal... 

El portal se abrió en el bosque, varios Digimon corrieron en nuestra dirección asustados, realmente no entendíamos nada, en los aires un Digimon que jamas habíamos visto... pero habíamos escuchados rumores de aquel maligno ser, Phelesmon.


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Jamas había tenido tanto miedo como en ese momento, aun recuerdo su risa diabólica y su tenebrosa voz.

— Demon's Shout — Un Grito aterrador salio de su voz una gran onda expansiva demoníaca alcanzo... a mi Wizardmon, acabando por completo con él... Y vi, como sus datos se borraban delante mio y este ser maligno los consumía a todos.

Goddess Of Darkness: LustWhere stories live. Discover now