Goddess Of Darkness: Lust

Capitulo X

Les doy un consejo, si van a iniciar un negocio... El boca a boca, es le mejor marketing. Rumores comenzaron a resonar cerca de la zona, hasta aumentar el nivel de clientes. Vademon estaba encantado con mi trabajo, yo no lo hacia por él, lo hacia por mi; que salgamos los dos beneficiados era cosa de suerte. 

—  ¡Te lo juro! ¡Es la mejor charla que he tenido en mi vida!

—  Es la Digimon más hermosa que vi en mi vida.

—  Sus ojos... ¡Quede hipnotizado ante sus ojos! ¡Y NI HABLAR DE SU VOZ!  

 —  Créeme, te hace volar la cabeza.

—  ¡Ya quiero volver a verla!

 Y alagos así recorrían de boca en boca, de Digimon en Digimon, mi nueva sinfonía favorita... Wargreymon, Metalgarurumon y Digimon de ese estilo frecuentaban el lugar, pero aun no había rastro del algún Royal Knight.

Un Mummymon entro junto con Silphymon, esa noche que parecía tan aburrida como otra. 

  —  Tranquilo, sera un rato, te lo juro. —  Afirmo el Digimon momia.

—  ... Sabes que no me gustan estos lugares...

—  Solo quiero confirmar si es verdad lo que dicen los rumores. De ese Digimon tipo demonio... —  Ambos se sentaron en la barra. —  ¡Hey Vademon! —  Afirmo como si lo conociera de toda la vida. —  Sirveme de tu mejor licor. —  Vademon, solo asintió ante la orden. ¿Y donde estaba yo? a poco metros de ellos, tenia total atención a todo lo que ocurría dentro, cualquier información aunque sea pequeña, no se iban a escapar de mis orejas puntiagudas. 

  — ... Dukemon nos va a matar... —  Susurro Silphymon. ¡HABÍA ENCONTRADO A MIS PRESAS!  — ... Mañana estará por estas zonas el gran Gankoomon... 

  —  ¡Relájate Silphymon! Disfrutaba esta noche, hazlo mi por, por tu amigo al cual le acaban de romper el corazón...

 —  Oh... ¿Te han roto el corazón, Mummymon? — Pregunte con un tono suave. Ambos giraron sus cabezas para verme sentada a una corta distancia de ellos. —  ... Lo siento por haber escuchado, no era mi intención, pero es una pena... —  Le di un sorbo a mi bebida. —  ... Pareces un excelente compañero... —  Mummymon, trago saliva, Silphymon quedo shockeado.

 —  ¡Y lo soy! —  Afirmo con seguridad. —  Señorita, ¿podría preguntar su nombre? Jamas he visto tanta belleza junta.

  —  Lilithmon.

— ¡ERES LA DE LOS RUMORES! —  Grito Silphymon.

— ¿Rumores? Quiero creer que buenos... Seria muy feo decir cosas malas, ademas, no es de caballeros ¿No lo crees Mummymon?  

 — ¡Por supuesto!

Poco a poco me fui ganando su confianza, Mummymon era una presa fácil... mientras que Silphymon actuaba con cautela, pero después de varios tragos, e intercambio de historia,  tenia a ambos comiendo de mi mano, y ese fue el momento de usar mi control metal y llegar al Royal Knight. Ambos partieron, totalmente ebrios, totalmente caídos hipnotizados ante mi poder. La noche termino con una gran victoria para mi, un paso más, un paso más...

Vademon me hacia dado asilo en su castillo, tenia mi propio cuarto que mas bien parecía un hogar pequeño; cuando no estaba recaudando información, estaba transcribiendo la ya obtenida.  

Tres noches pasaron, hasta que irrumpió un Digimon que jamas había pisado el negocio de Vademon, los Digimon se hacían aun lado. Yo, me encontraba despreocupada frente a la barra, con una copa del licor de Vademon, hasta que sentí cuando toco mi hombre.

  —  Tu... —  Y ante mis ojos estaba él, unos de los caballeros, Gankoomon. Habia oído rumores de que era un Royal que no le gustaba estar en el mismo lugar, era un viajero, y tenia un discípulo... ¿Como se llamaba? ... Ha si, Huckmon, pero los rumores decían que Gankoomon estaría por la zona solo, pues Huckmon se encontraba entrenando con las Sistermon. El Royal Knight. —  ¿¡Que le hiciste a Mummymon y Silphymon!? —  pregunto con rudeza, me mantuve serena.

  —  Buenas noches, ¿Le gustaría hablar afuera? Hay Digimon que vienen a encontrar la paz en este lugar. —  Se avergonzó ante sus actos, me levante dejando mi bebida en la barra y camine por delante de él. —  Ven, vamos afuera.  —  El Gran Gankoomon, me siguió... sin saber que estaba yendo directo a mi trampa. Caminamos a una media distancia del lugar, nadie podría oírnos ahí, y si quería atacarme, el lugar se prestaba para eso, me voltee para verle a la cara. — ¿En que puedo ayudarte?

  —  ¡No te hagas la inocente! ¿Que es lo que quieres, Demon Lord?

— ¿Demon Lord? Lo siento... ¿Me estará confundiendo con alguien más?

—  ¿Crees que no se de ti?  Solo hay una Lilithmon en el Digimundo, y esa eres tu, una Demon Lord.

  —  Lo siento... No se de que habla.

— ¡No me vengas con eso! ¿O negaras que no hechizaste a mis amigos?

— No lo negare...

— ¿Y tienes esa caradurez? Tks...  —  Me acerque a él, sin dudas, suavemente hasta quedar delante de él, y lo tome por el brazo, levante mi vista para encontrarme con su vista, pues sus ojos estaban escondidos. 

— Puedes creerme, mírame a los ojos. —  Movio su cabeza para encontrarse con mis ojos. —  No miento...  — Gankoomon se libero de mi agarre bruscamente, causando que me cayera al suelo... o mejor dicho... Fingir que me había caído. 

  — ¡No me vengas con estupideces! —  Quede tirada en el suelo, con la mitad de mi cuerpo me apoyaba, lleve mi mano a mi boca, y con mi garra sostenía mi cuerpo, toda una dama en tragedia. 

— Yo... Lo.. Siento... —  Susurre entre sollozos. — Sé que lo que hice esta mal... ¡PERO ERA EL ÚNICO CAMINO! —  Gankoomon quedo anonado ante este acto,  por lo que dudaba si acudir a mi o acabar con mi vida.

  — ... ¿El único camino a qué? —  Corrí mi rostro para ocultar mis lagrimas.

— Perdí... al amor de mi vida... hace tiempo... Y tenia esperanzas de volverlo a traer en la vida... —  Explote en llanto, lo que cautivo al Digimon Caballero Santo, y acudió en mi envolviéndome entre sus brazos y levantándome con estos mismos; como un bebe entre los brazos de su padre escondí mi cabeza en su pecho. —  ¡Lo siento! ¡Lo siento!  —  levante mi vista. —  Si quieres acabar conmigo, esta bien... Créeme, lo digo de verdad. — Él me miro, y pude notar como se arrepentía de haber sido brusco y duro conmigo.

  —  Quizás... si me equivoque... —  Afirmo con algo de vergüenza.  Y Cautivado con mi fragilidad, acerco su boca a la mía... Ya estaba bajo mi control. Si, difícil de creer que un Digimon de su talla haya caído hechizado bajo mis encantos, pero todos tenemos un punto débil, y el sentido de querer ayudar a todos lo hizo caer ante mi, solo vi esa virtud y la transforme en un atajo para convertirlo en mi seguidor.