Capitulo XVIII

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Mi cuerpo volvió a su forma de Digimon, mis alas, mis cuernos, mi garra dorada en mi mano izquierda. Todo había vuelto a como me recordaba.

Estire mis brazos al cielo y pegue el grito más fuerte que podían emitir mi voz, ¿Por donde buscar? ¿Por donde empezar? ¡¿QUE DEBERÍA HACER?! Todo se veía tan normal, como si los 722 días no hubieran pasado, me alivio un poco eso. Mis alas, mis hermosas alas, casi olvidaba de como utilizarlas. Despegaron en el vuelo, lo cierto es que a pesar de que Amadeus podía ver  el Digimundo le perdimos el rastro al Digitama de Wizardmon al otro día de su creación, por lo que mi preocupación iba en aumento. Según Amadeus no podía localizarlo, pero seguro que estaría bien, claro... mi amado no era ningún débil quizás había vuelto a Witchely, o había empezado un viaje ¡Eran tantas las opciones! 

  — A donde ir, A donde ir... ¡Lo tengo!

Comencé a volar en dirección a donde había trabajado alguna vez para Vademon; si había rumores allí era el nido para encontrarlos. Para mi suerte la distorsión me dejo cerca de aquel lugar, volé a una velocidad que no creía posible, respiraba el aire limpio del viaje... 

  —  ¡Como extrañaba esto!

Di tantos giros, juro que mi felicidad era tanta que me emergía de cada poro.

—  ¡YA QUIERO VERTE! —  Grite en mi viaje al castillo. Llegando a esté, irrumpí sin golpear, sin medir mis fuerzas tire la puerta abajo. —  ¡HE VUELTO! —  Exclamé mientras caminaba como si se tratase de la alfombra roja, nadie se inmuto por mi presencia sucedió todo lo contrario comenzaron a susurrar, algunos se los veía con miedo, otros comenzaron a irse. — Vaya bienvenida... — Continué con mi andar hasta la barra de Vademon, para poder reencontrarme con mi viejo amigo. 

  — Lilithmon... —  Musito con sus ojos abiertos lo mas que podía.  

  — ¿Que es esa expresión?  ¿Por que actúan así?

  —  Ven, ven... —  Me llevo detrás de la barra. —  Anunciaron una caza para los Demon lord. ¿Por que no me dijiste que eras un miembro de ellos? Son los sietes señores de la oscuridad más tenebrosos de todo el Digimundo.  

  —  Vaya... Con que esas tenemos. —  Me levante desafiante, para luego subirme encima de la barra. —  ¡ÓIGANME TODOS! Tu, detén la música.  —  Le ordene a un Gekomon, que inmediatamente acato. —  No se nada de esas payasadas de los Demon Lord, sigo siendo la misma Lilithmon. Pero si me tienen miedo, entonces... Márchense de aquí, por que el primero que escuche hablar mierda de mi, no dudare en consumir sus datos ¿De acuerdo? 

  — ... Significa ¿Que quieres quedarte aquí? —  Pregunto tembloroso Vademon.

—  ¿Huh? ¿Hay algún problema?

—  N-no, n-no ninguno...  

  —  Eso me imaginé, ahora tu... Ayúdame a bajar.  —  Un Andromon me tendió la mano para que bajara de la barra; la música comenzó a sonar de nuevo, los Digimon que se encontraba en el lugar quedaron anonadados ante mi amenaza; claramente no estaba hablando en serio pero si el miedo les haría callar pues mejor para mi, mi propósito era uno solo. Al menos causando miedo, tendría lo que buscaba... Tome asiento en una de las banquetas altas, para luego beber del sabroso licor de Vademon. —  ¡Extrañaba esto! —  Exclame luego de beber un sorbo largo a la bebida.

  —  Cuéntame Lilithmon. ¿Que ha sido de ti? ¿Conseguiste lo que querías?

— ¡Cierto! ¡Como pudo pasarme por eso alto! ¡Lo Reviví! ¡El tiene que estar aquí! —  Mis ojos comenzaron a brillar, a Vademon le asusto un poco, nunca me había visto así. 

  — ¿Hablas de aquí en este lugar?

— Que bha... No, no... En el Digimundo, por eso estoy aquí. Necesito encontrarlo, vi su Digitama, él esta con vida... Pero... —  Mordí mi puño derecho. —  No sé por donde puede andar, ni siquiera se si vuelve a ser un Wizardmon.

—  Que lejos que llegaste por un amor...

—  Ni te imaginas. —  Volví a dar otro sorbo, para luego bajar el vaso con fuerza y levantarme de la banqueta. —  Bueno, a trabajar.  —  Golpee mi hombro izquierdo con mi mano derecha hecha un puño y me aventure.

Comencé a pasear por cada mesa del bar, platique un poco con cada Digimon, alguno debería tener información, alguien tenia que saber de su paradero. Mis orejas punteagudas estaban atentas a cualquier pequeña información, con mis ojos intentaba cubrir toda la zona, y reconocí a alguien que parecía se estaba escondiendo de mi.

  — ¡Mummymon! —  Exclame mientras me acercaba a él, el Digimon momia se cubrió su ojo. 

—    ¡Ay! ¡por favor! ¡No me haga nada!

  — ¿Eh de que hablas? ¿No estas feliz de verme? —  Le pregunte con una sonrisa, mientras que con miedo el baja su mano para encontrarse con mi rostro, suspiro algo aliviado. —  Dime Mummymon, estoy en búsqueda de alguien ¿Me ayudaras, verdad? —  Tome asiento a su lado, el contrario comenzó a sentirse un poco incomodo.

—  S-si... S-si... L-le a-ayudare en lo que p-pueda...  

 — ¡Pero relájate! No voy a comerte mi querido Mummymon.  —  Él suspiro.

 —  Dime... ¿A quien buscas?

— No estoy segura... 

—  ¿Humm?

—  Es que... No sé que Digimon sea... 

  —  Describelo.

—  Bueno, le gusta viajar, junta información a donde sea que este, tiene un corazón enorme, es hábil, fuerte, siempre encuentra una solución a todo, cada vez que sonríe sus ojos se cierran, no le gusta sacarse su sombrero ¡Y cuando siente vergüenza se tapa su rostro para luego correrlo! Siempre lleva un libro vació para escribir lo que descubre, y-y....

  —  ¡Un momento! Todo eso, no me dice nada.

—  ¿Como que no?

—  No, lo siento, no conozco a nadie así. —  Me levante muy disgustada. —  Pero si llego a encontrarlo, te avisare. 

 —  Como sea... —  Volví a sentarme en aquella banqueta, observe el reloj, había pasado toda la noche intentando  descubrir su paradero, pero nada.  Mufé al tomar asiento.  

  — ¿Nada? —  Pregunto Vademon.

— Nada, que frustrante.  

  — Es difícil sino sabes que tipo de Digimon buscas.

— Ya lo sé. —  Apoye mi cabeza en la barra.  

  — Una señorita como tu, no debería lucir tan decaída. —  Levante mi rostro y lo giré en dirección de donde venia esa voz. 

 —  ¿Huh? ¿Te enamoraste de mi o qué? 

  —  Quien sabe, Lilithmon.  Oye Vademon. —  Afirmo mientras tomaba asiento junto a mi. —  Lo de siempre. —  Vademon asintió y le sirvió su bebida.  La boca del Digimon estaba cubierta por el largo cuello de la capa que traía, la cual bajo con sus largos dedos para darle un sorbo. — Escuche que buscas a alguien.

  — ¿Y eso porque te interesa? —  Él se rio y levanto su vista al techo.

— He viajado por todo el Digimundo, quizás pueda ayudarte con eso. —  Dejo su bebida para apoyar un pequeño saco donde traía el dinero para pagar, y al abrirlo, las monedas comenzaron a caer a su al rededor, pero un objeto llamo mi atención. 

— Ese anillo.

— ¿Esto? —  Dijo tomándolo con la punta de su garra. —  ¿Es bonito, verdad?  

— ¿Quien eres?

— Baalmon. 

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⏰ Last updated: Jun 19, 2018 ⏰

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