Tove lo - Moments
El profesor salió del salón y todos nos dispusimos a tomar nuestras libretas de apuntes y a salir del curso, traté de ignorar completamente a todo el grupo de los badboys, especialmente a Aaron y Colson, este último me miraba más de lo normal.
— ¿Viste cómo te quedaron mirando Colson y Aaron? —susurra Daisy en mi oído.
— Si —respondo y tengo que agarrar la prenda que llevo puesta para no morder mis uñas y dañarlas.
— Oh, eso nunca me pasa —dice haciendo una mueca.
— Son unos idiotas, no te preocupes; no son la gran cosa —digo encogiéndome de hombros para restarle importancia, pero la verdad es que si estaban como querían.
— Si tú lo dices.
— Porque yo lo digo. En fin, ¿que toca ahora? —pregunto.
— Pues a mí me toca filosofía y a ti inglés así que aquí nos separamos —dice. Bueno ahora estaré sola.
— ¿Me puedes decir dónde es que está el salón?
— Sigue ese pasillo y a la segunda puerta dice inglés —me indica señalando el pasillo.
— Está bien, nos vemos —me despido. Ella asiente y se da la vuelta hacia donde sea que quede filosofía. Sigo mi camino como indicó y encuentro la puerta que dice inglés, la abro y suspiro cuando veo que el profesor o profesora no está, entro y me siento en los puestos de atrás, algo normal cuando no conoces a nadie.
— Hola —dice una voz cerca de mi oído y sobresalto debido a la impresión, me giro a ver quién es y me llevo una sorpresa al ver que es ni más, ni menos que el famoso Aaron, está sentado atrás de mí, ¿cómo no me di cuenta? ¿y cómo hizo para llegar tan rápido?
— ¿Hola? —respondo extrañada e insegura, no todos los días te habla el idiota lindo del salón como oí que le llamaban.
— Eres nueva, ¿no? —pregunta, ¿ya dije que su voz era ronca? Que voz, joder.
— Si y supongo que tú eres viejo en esta institución.
— Digamos que si —responde. El profesor llega y comienza a explicar sobre lo que de seguro vienen dando y yo me dispongo a prestarle total atención.
A veces me preguntaba ¿qué sentirán nuestros padres o adultos en general al ver sus años pasar y ver como la vejes se va acercando cada vez más a ellos? creo que es algo horrible, porque a mi parecer no hay nada mejor que ser adolescente, está época donde se vale equivocarse, donde cometes uno y mil errores que te ayudan a comprender un poco de cómo es la vida, supongo que equivocarse es una de las cosas indispensables en la vida para crecer y yo; cometo mil errores cada día, sin embargo no quiero crecer, a diferencia de los demás yo no me arrepiento de ellos, yo los disfruto y aunque suene demasiado alocado, mi deseo sería mantenerme joven por siempre y cada que tengo la oportunidad, busco la manera de no crecer.
Mientras mi madre se encontraba hablando con el rector y el oficial de policía en la rectoría de la High School, yo me encontraba sentada observando todo en completo silencio y, de vez en cuando, mintiendo descaradamente, podía ver la mirada de indignación que el rector le dedicaba a mi madre al saber que era mi primer día y ya estaba metida en un problema un poco grave, aunque no tanto; solo que una chica quiso meterse conmigo y pues yo solo me defendí, admito que perdí el control y no medí mi fuerza, pero un par de golpes se los puede llevar cualquiera sí decide meterse con alguien ¿no? tampoco es que yo haya salido ilesa, la tipa me arrancó un poco de cabello y me dejó rasguños en el cuello y mejilla, de ahí en adelante no fue culpa mía que se desestabilizara y cayera al piso partiéndose la cabeza, la tuvieron que llevar de urgencia al hospital hace una hora y hasta donde sé le cogieron un par de puntos, pero no pasó a mayores y ya está bien, solo tiene que guardar reposo.
Aun no entiendo el porqué de involucrar a la policía en esto, no fue mi culpa que ella se cayera, la única falta mía era dejarme provocar y pelear con ella, ni siquiera me alegraba de lo que pasó, pero el rector no dejó de armar películas en su cabeza en las cuales yo la había empujado para hacerle el mayor daño posible y es por eso que estaba la policía aquí.
— Escuche, yo sé que mi hija puede ser rebelde sí algo no le parece, pero no es propio de ella llegar a pelearse con una persona, mucho menos que haya querido mandar a una chica al hospital, mi hija no es así —defiende mi madre— Puedo aceptar el castigo que le dé por irse a los golpes con una compañera, pero hasta ahí, no puede acusarla ante la policía sin pruebas.
— ¿Es que acaso no ve lo grave de la situación? si a aquella chica le hubiera pasado algo más grave la institución estuviera en un gran problema —contra atacó el rector.
— Oh, veo que así es esto, a usted solo le importa que la institución quede bien e imponer autoridad sin importarle acusar a alguien que lo más seguro sea inocente —vuelve a decir mi madre.
— Haber señores, lo más adecuado es que llamemos a los compañeros de la chica para que digan que fue lo que pasó, ellos debieron estar de testigos —habla el oficial. Los dos estuvieron de acuerdo y así es como llamaron a varios compañeros de clase y hablaron, para mi suerte todos coincidieron en que fue un accidente y al policía no le quedó más que irse sin pruebas contra mí, después de eso se acordó en que mi castigo por dejarme provocar de la chica sería hacer horas extras de labor social en la escuela después de clases, al menos no tendría cargos legales en mi contra, recién cumplí los dieciocho y sería el colmo.
— No puedo creer que te hayas peleado en tu primer día —me reprende mi madre al salir de la oficina.
— Lo siento —le digo, en realidad solo sentía darle otro problema más, no pelearme con aquella chica, ella realmente me había hecho enojar y eso que no me gusta la violencia.
— Me tengo que ir, por favor no te metas en más problemas, cuando llegues a la casa hablaremos de esto —dice y besa mi cabeza para luego irse. Mi mamá siempre fue un poco descuidada conmigo y que ahora esté tan atenta y cariñosa, me confunde y no sé cómo sentirme al respecto.
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Destrucción Deliberada
Teen FictionEl es un genio, sabe como voltear la peor de la situación a su favor, sabe que hacer para hacerte sentir bien y por si fuera poco; su arte le da vida a las cosas más mundanas y los destaca de los demás, su pasión por las cosas que quiere, te hace ad...