The Weeknd - Starboy
[Multimedia: Colson y Melissa]
Aaron tenía un serio problema con los golpes, me estaba dando cuenta de ello, no era normal pelearse a cada hora. Por suerte los amigos de Chad lo separaron y no dejaron que esto siguiera, el susodicho se limpiaba las gotas de sangre que salían de su labio partido, aun así miraba a Aaron con autosuficiencia, él se estaba aprovechando de la debilidad que este parecía tener, pero ¿en qué? ¿sería por esa chica que mencionaron antes?
—¿Aún te duele la verdad, Aaron? eres patético —dice— Será mejor que se vayan de aquí, después nos cobraremos esta.
Los chicos que tenían sostenidos a Aaron y a Colson los sueltan, y sin decir más, se adentran a la casa.
—Eso fue divertido —exclama Daisy riéndose, la pobre no entra en sí todavía.
—Será mejor que las lleves a casa ahora —demanda Aaron hacia Tayler.
—¿Y ustedes? —me apresuro a preguntar.
—Estaremos bien —responde seco. Su mirada llamea y puedo deducir fácilmente que no ha quedado muy feliz con todo lo que ha pasado, pero yo no tengo la culpa, no sabía en que rollos estaban o están metidos.
—Vamos Aaron, tenemos que ayudar a estos dos —habla Colson y acto seguido se acercan a Andrew y a Zain, los ayudan a ponerse de pie para luego llevarlos hasta una camioneta que está al otro lado de a acera, los suben en los asientos de atrás y cierran la puerta. Después caminan hasta nosotras, Tayler mete a Daisy en su carro y también se acerca.
—Entonces nosotras nos vamos —dice Mel y se gira sin más hacia Tayler— ¿Podemos irnos ya?
—Claro —responde este.
—Espera un momento —dice Colson agarrándola del brazo antes de que esta se pueda alejar.
—¿Qué? —responde seca.
—¿Podemos hablar un momento? a solas —pide. Melissa lo mira enfadada y cuando pienso que se va a negar, acepta.
—De acuerdo, ¿quieres hablar? hablemos —suelta y Colson le toma la muñeca para llevarla a un lugar más privado, algo me dice que entre esos dos está pasando algo más que una amistad.
—Vaya, ah sido una noche un tanto... peculiar —pronuncia Tayler. Y que lo digas.
—Gracias por acompañarnos —digo, él me regala una sonrisa encantadora.
—No hay de que, preciosa —responde, y sé que el apodo lo dice de manera amistosa, o eso es lo que creo. Un carraspeo nos hace desviar la mirada del otro para mirar al causante, Aaron estaba ahí parado con las manos metidas al bolsillo y su porte era el de siempre; normalmente sereno y controlado, aunque aún se podían notar todos sus músculos tensos y ojos llameantes, su estado de hostilidad parece haber bajado lo suficiente.
Aaron toma mi muñeca y tira de mí hacia él, de un movimiento tan imprevisto que no alcanzo a equilibrarme bien y termino chocando contra su cuerpo, él aprovecha para acercar sus labios a mi oreja y murmurar contra mi piel— Aún estoy enojado porque vinieses, no me tientes más.
—No he hecho nada —respondo defendiéndome.
—Coqueteas con ese perdedor frente a mis narices.
—No lo llames así —digo y lo fulmino con la mirada— Además, sólo somos amigos y si fuéramos algo más no es de tu incumbencia.
—¿Ah, no? —pregunta separándose para mirarme a la cara, tiene una ceja enarcada. Yo me limito a negar con la cabeza— ¿Entonces por qué siempre que te beso me correspondes con las mismas ganas? ¿o por qué te erizas con sólo un roce de mis dedos? —dice, Y como para comprobar su teoría, desliza un dedo desde mi mano hasta mi hombro, luego sigue su camino por mis clavículas, provocando un estremecimiento por mi parte y que mi piel comience a hormiguear.
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Destrucción Deliberada
Novela JuvenilEl es un genio, sabe como voltear la peor de la situación a su favor, sabe que hacer para hacerte sentir bien y por si fuera poco; su arte le da vida a las cosas más mundanas y los destaca de los demás, su pasión por las cosas que quiere, te hace ad...