Capítulo 3

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Green Day - Boulevard of broken dreams

Daisy en multimedia.


Hoy es un nuevo día y espero que me vaya bien en la escuela, me encuentro esperando el autobús que me deja cerca del Instituto, cuando veo que es el que me indicó Daisy, me levanto de la parada de autobuses y lo tomo. De camino a clases me pongo a pensar en lo que me esperaba este año, es mi último antes de entrar a la Universidad y estudiar la carrera que quiero, solo ruego porque me vaya bien y poderme graduar de una vez por todas. Mi mamá ayer después de clases estuvo dándome una larga charla sobre la tolerancia y lo importante que es siempre comportarse decente y con clase, a mí no me quedó más que escuchar, quejarme y decirle que no volvería a pelearme con nadie.

El autobús estacionó frente al colegio y me baje deprisa para llegar a tiempo a mi clase, eso de tomar transporte público no era lo mío, pero tampoco quería que mi mama tuviera que traerme todos los días ahora que le entregarán su auto y no creo que yo tenga uno por ahora así que tocaba conformarme, veo a Daisy correr hasta donde me encuentro y la saludé con un beso en la mejilla.

— ¿Qué tal?

— Oh Dios mío, estás en boca de todo el mundo —exclama enseguida— Todos hablan de la pelea y Caroline es una completa zorra, pero nunca se había peleado con nadie —y como para corroborar lo que acababa de decir Daisy, un grupito de chicos y chicas pasaron mirándome y murmurando entre ellos.

— No quería llamar la atención, odio que murmuren cosas sobre mí.

— Eso debiste pensarlo antes, vamos que las clases no esperan —agarró mis muñecas y me jaló hacia el curso de matemáticas.

— Por tu culpa entraremos tarde —sentencio. Al abrir la puerta todos se quedan viéndonos, incluido el profesor, paso saliva y trato de no sonrojarme por la pena.

— Llegaron demasiado temprano chicas, se les nota el interés por mi clase —dice sarcástico el maestro.

— Eh, ¿lo sentimos? —responde Daisy y es la disculpa más pobre que había escuchado jamás, el profesor solo niega con la cabeza y nos manda a sentarnos, al parecer esta era otra clase que me tocaba compartir con el grupo de los Bad Boys -como los apodé- porque todos estaban sentados con sus apuntes afuera y sus miradas clavadas en nosotras, caminamos hasta los puestos vacíos que vimos y nos sentamos— Al menos nos dejó entrar.

— Que incomodo —me quejé.

— A mí me gustó tener la mirada de esos cinco dioses griegos puesta en nosotras —dice a lo que ruedo los ojos, pero sin poder evitar la sonrisa que su tonto comentario me provoca.

— Cuando te vi por primera vez pensé que eras una chica muy callada y reservada —digo porque era verdad, no por su apariencia, ya que luce como alguien amigable y sin contar que linda, sino por su actitud toda tímida al principio.

— Suelo ser así cuando me intimida conocer a alguien —confiesa.

— ¿Y yo te intimidé? —pregunto curiosa, el profesor nos manda a callar y tuvimos que reprimir una risa divertida, ya empezaba a amar molestar a este profesor.

— Un poco —susurra.

— ¿Por qué?

— No lo sé —dice y se encoge de hombros, decidí restarle importancia y comenzar a prestarle atención a la clase, siento una mirada puesta en mí y aparto la mía del tablero para mirar quien es, me encuentro con el par de ojos oscuros de Aaron, que me mira de manera directa y sin un tanto de disimulo, lo que provoca que me ponga nerviosa e incómoda. ¿Qué tanto me mira? trato de mantener el contacto visual para no demostrar mi nerviosismo, pero el tirón de brazo que me da Daisy me hace desviar la mirada hacía ella— ¿Entendiste eso? —pregunta señalando un ejercicio en el tablero y yo solo niego. Un par de minutos después nos encontrábamos agarrando nuestros apuntes para dirigirnos hacia la próxima clase.

Destrucción DeliberadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora