Una Poderosa Carga [Finalizado]

Responsabilidad.

Gate estando transformado en Fuego pantanoso, está siendo ovacionado por varias personas mientras posaba victorioso sobre algunos ladrones.

Gate: No hay nada que deban temer cuando Fuego pantanoso esté aquí.

Las personas entonces subieron el volumen en sus gritos subió mientras bombas de confeti y Gate saludaba a todos con una sonrisa y la mano en saludo.

-¡Gate, Gate, Gate, Gate!.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Luna: ¡Gate! ¡Gate!.

Luna tomó un vaso con agua de una de las mesas de la bodega, echándoselo a Gate en el rostro.

Gate: ¡Pffft! ¡Ah! ¡¿Tía?!.

Gate se cayó de la silla de metal en donde estaba durmiendo plácidamente con una sonrisa boba en su rostro.

Gate: ¿Que es lo que pasa, tía?.

Luna: Vine a aquí para ver qué tal te estaba yendo con la iluminación.

Gate: Oh, eso- dijo, levantándose del suelo y quitando la manta que cubría los reflectores- Eh tenido algo de mala suerte respecto a eso. Observa.

El chico caminó hacia un generador viejo y lo encendió. Los reflectores estaban conectados a este y por ende estos encendieron también, iluminando toda la bodega, pero después de unos pocos segundos estos parpadearon varias veces antes de apagarse repentinamente y el último del lado izquierdo explotó.

Gate: ¿Ves? *Apagando el generador*

Luna: ¿Por que está fallando de esta manera?.

Gate: Quizás sea porque ya son algo viejos, pero no es una razón como para que actúen así. Se supone que solo había que reconectar algunos pocos cables y ya. No sé qué es lo que pasa.

Luna: Creo que tendrás que trabajar más duro en esto que lo normal.

Gate: Creo que sí- Dijo algo fastidiado.

Luna: En fin, regresemos a casa.

Gate: Claro.

Gate tomó su mochila de una de las mesas y caminó hacia la salida junto con su tía y cerró la puerta. Pero a la hora de que tiró de esta hacia abajo, la manga de su sudadera bajó y dejó a la vista el reloj.

Luna: ¿Desde cuándo tienes ese reloj?.

Gate: ¡Ah! Ehhhh.... Fue el premio de una lotería.

En ese momento, Gate comenzó a sudar frío rápidamente mientras la mirada de la mujer de cabello azul se afilaba.

Luna: ¿Piensas que me creeré eso? Te conozco desde bebé, y se cuando mientes.

Gate: Está bien. Lo compré con el dinero de mi trabajo de medio tiempo, ¿Eso sí me lo crees?.

Luna: Más o menos. Vámonos ya.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

En algún sitio abandonado, varias cajas fueron lanzadas por una mujer de cabello rojo, que portaba lo que aparentemente se podría considerar como una armadura.