Una nueva semana había comenzado y la hechicera de la luna, se encontraba redactando un verdadero currículum para su hermana. Pero ella, se encontraba muy distraída ese día, como en otro mundo o vagando en otra dimensión. Sus hijas, por otro lado, jugaban en la habitación de la pequeña Eyra.
-Dime, ¿Qué te parece? Quedó bastante bien, ¿No creés?-
Levantó orgullosa el currículum en sus manos, después de terminarlo y miró a su hermana, que parecía distante.
-Gaia, ¿Qué te sucede?-
-¿Eh?- preguntó volviendo de la nada -Lo siento, no te estaba prestado atención-
-Si, lo noté - dejó el papel en la mesa y se acercó a ella corriendo su silla -Suéltalo, sé que algo te pasa-
Hizo una mueca incómoda con su cara y luego, suspiró.
-Anoche...- titubeó -Estuve con Sebastián-
La miró sin poder creerlo, su hermana ante sus ojos, era prácticamente una mujer moral y hasta puritana. Sólo había estado con dos hombres en su vida, su novio de la adolescencia y Keilot, que ahora era Sebastián.
-Oohhhh hermanita, estás abriendo tu corazón y otras cosas, de nuevo- ella rió por su absurdo comentario -Pero, ¿Por qué estás triste?-
-No estoy triste, es sólo que, me siento extraña- ocultó su rostro entre sus brazos -Él está enamorado de mí y yo no, ¿Por qué? Es del tipo de hombre que me gusta- levantó la mirada -Tendrías que verlo sin ropa-
Mencionó, embelesada mordiendo sus labios. Su hermana realizó una mueca asqueada, no quería imaginarse algo como eso. Ellas tenían gustos muy distintos en hombres.
-No, por favor, no quiero imaginarme algo como eso- la empujó, para después acercarse, como para compartir un secreto -Y, ¿Cómo es?- pregunto pícara e interesada.
-Pues... Es muy atlético, se nota que hace ejercicio, es fuerte, tiene el cuerpo relativamente tonificado y a su vez, está cubierto de cicatrices. Eso es lo que más me gusta de él-
-Vaya, debe ser algo muy digno de ver- asintió -¿Por qué dices que no estás enamorada? Acaso, ¿No te escuchas cuando hablas de él? Yo creo que realmente lo estás -
-Estoy segura que no, yo no siento nada por Sebastián. Le estoy dando esta oportunidad, porque necesito un poco de felicidad en mi vida, nada más- respondió sin dudar.
-Bueno, eso es algo que a nadie le gusta escuchar en las mañanas-
Las dos chicas voltearon con sus ojos muy abiertos, hacía la procedencia de esa voz y ahí estaba él, junto con Lai, que tenía su cabeza gacha ocultando su frente con una mano. Ella quedó estática y él, la observó dolido.
-Lai, ¿Qué hacen aquí?- intentó romper la tensión, la otra joven -Pensé que habían ido al centro por unos recados-
-En realidad, si- contestó en iguales condiciones. La atmósfera del lugar había cambiado por completo -Pero volvimos, porque Sebastián, encontró un nuevo empleo para Gaia-
Miró a su amigo a su lado, que observaba a la alquimista, fijamente, ajeno a los sucesos de su alrededor.
-¿Qué quisiste decir con eso?- habló frío como el hielo -¿Qué lo de ayer en la noche fue un error?- ella agachó la mirada. No sabía que decir -¡Contéstame!- exigió saber.
-Sebastián...Yo...-
-Vámonos de aquí, Dea. Ellos necesitan privacidad-
Intentó tomarla del brazo, para ponerla de pie y ella, lo apartó.
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El Regreso de la Magia y la Alquimia
FantasíaCinco años después de su último viaje a Keisalhima. La vida de Dea Fleming y Gaia Curtis, cambió mucho desde entonces. Pero el comienzo de una nueva historia, será el inicio de un nuevo final. #Libro 3 de la trilogia: Sol y Luna