Parte I: Supera

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-¡Despierta pequeña sabandija que el sol ya salió!- Exclamo la voz de su mejor amigo. Yoongi solo dejo salir un gruñido pesado y se volvió a hacer bolita en su cama mullida y calentita para el frío de afuera.

Escucho un resoplido de parte de su mejor amigo.

-¡Vamos! Arriba- Chillo el invasor de su valioso espacio personal palmeando su cuerpo por encima de la sábana. -Tienes trabajo que hacer- Hablo con energía.

Yoongi solo decidió ignorarlo como siempre y se dio vuelta descaradamente para enrollarse en sus sábanas. Claro que olvido el ligero detalle que, estaba hablando con ese Alfa atolondrado y obstinado.

Aquel chico camino hasta las ventanas cubiertas por unas elegantes cortinas que él mismo había comprado y las abrió dejando entrar el plácido sol que en esta época no quemaba pero su alumbraba. El pequeño bulto al fin se quejó removiéndose mientras gruñía y se dejó embozar una sonrisa victoriosa.

-Dios Hoseok, eres insoportable cuando te lo propones- Se quejó el más pálido, levantándose de aquella cama con la que estaba dispuesto a fundirse.

Una risa completamente extraña invadió el espacio y llegó a sus oídos.

-T-tienes que ver tu cabello ¡Parece un nido de pájaros! Cristo ¿Acaso peleaste con la almohada o qué?- Dijo su mejor amigo mientras se doblaba de la risa por su apariencia, termino frunciendo el ceño.

-¿Terminaste?- Pregunto cuando aquel invasor se levantó limpiando sus "lágrimas" imaginarias. -Porque de ser así entonces largo de mi casa- Se quejó.

-Buen intento campeón pero tu táctica de "Ahuyenta a todos con cara de asesino" no funciona conmigo, te lo recuerdo- Aclaro el de cabellos rojos.

-¿Cara de qué? Esta es mi cara de siempre- frunció el ceño cuando por fin analizo lo que el peli-rojo dijo.

-¿Ah sí?... pues me equivoque, le pasa a los mejores- Se encogió de hombros como si nada. -Vamos mueve ese trasero que tenemos mucho que hacer- Replico con la misma alegría interminable.

Yoongi casi pudo decir que parecía que el sol se había colado no solo a su ventana, sino a si habitación entera.

Hoseok era un Alfa con olor a piña que Yoongi conoció en la universidad y, por mucho que las personas dijeron que se llevarían mal cuando en aquella clase compartida quedaron juntos para hacer un informe, contra todo pronóstico terminaron llevándose de puta madre. Hoseok era como el sol, yoongi era como la luna.

Hoseok irradiaba luz con solo respirar, era inquieto y bastante desordenado además de vocal por cualquier cosa, sin mencionar el alto rango de miedo que tenía su amigo que hasta por ver una araña inofensiva terminaba gritando hasta la siguiente manzana.

-Los viernes no debería trabajarse- Replico de mala gana el más pálido, con un puchero en sus labios y las mantas aún encima.

Escucho de nuevo la risa de su amigo y sintió como aquellas sábanas eran arrancadas de su cálido cuerpo.

-¡Arriba! Hoy finalizamos el proyecto en la universidad central, lo que significa que habrá mucha gente, mucha buena pesca, un gran tesoro- Dijo su amigo con aquel tono de picardía que ya conocía, blanqueo sus ojos y bufo en su puesto.

-¿Sigues con lo mismo?- Pregunto el peli negro cruzado de brazos en su cama.

-Han pasado 5 años, no me puedes culpar- Se alzó de hombro con sencillez.

-Y seguirán pasando muchos más- dijo, algo molesto. No era culpa de Hoseok, él solo quería ayudar y eso lo sabía pero no podía evitar sentirse molesto.

Porque él no podía olvidar así tan fácil aquello que marco su vida.

Aquel amor tan fuerte que lo destruyo al completo cuando este se terminó, pero no por su parte, sino de parte de la otra persona.

Aún recuerda el dolor de aquella ruptura que amenazaba con herirle de nuevo, pero entonces aquellos bonitos recuerdos, de aquella relación tan perfecta y hermosa a su manera se encargaban de recordarle por qué no podía odiar al susodicho dueño de su dolor.

Aún lo amaba. Después de 5 años aún lo amaba.

Ese sería su castigo y su tormento, él decidió aceptarlo.

Hyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora