Si a Yoongi le preguntaran que opinaba acerca de su tiempo en la universidad, este te respondería con su usual ceño de "Me vale verga todo" lo siguiente: "No fue tal del asco" para luego encogerse de hombros.
Todo gracias a su mejor amigo, Hoseok y a él, el chico que tanto amó desde sus 14 años bien cumplidos y que por desgracia aún seguía haciendo. Sabiendo que justo en estos momentos, aquel chico debía de estar envuelto en los brazos de aquel chico, mucho más alto, mucho más guapo, mucho más corpulento. Todo le dolía.
Para ser más exactos. Todo comenzó cuando la familia del más pálido se mudó a Seúl por el trabajo de sus padres, en ese entonces, Yoongi tenía 14 años y se podía decir que disfrutaba de su soledad, más al ser hijo único.
Yoongi nunca espero conocer el amor, de verdad que no lo esperaba. Tampoco se esperó quedar completamente prendado de aquel chico de cabellos rojos que esperaba en la parada de auto buces, revisando su móvil.
Su nombre era Jimin, Park Jimin. Se enteró por la boca del propio chico la cual parecía nunca cerrarse. Él nunca entendió porque aquel Omega insistía tanto en estar cerca de él, parloteando acerca de todo lo que le gustaba y lo que no y en ese entonces, yoongi solo podía agradecer a las algas divinidades por ese regalo tan grande.
Luego de unos meses, se confesó.
Sabía que era algo estúpido, algo tonto porque si de algo se sabía era que, Cada Omega, tenía su Alfa. Él lo sabía pero no pudo evitar caer tan profundo por el chico de mejillas rechonchas, cada vez que escuchaba su voz, cada vez que escuchaba su risa, su canto, veía sus expresiones, dios sentía sus piernas fallarles y sus mejillas pintarse de rosado.
Él solo era un simple beta, sin olor alguno o algo que lo destacara, su cuerpo era delgaducho y sus piernas parecían patas de pollos, su rostro siempre estaba pálido y neutro, no tenía nada especial sin embargo se sorprendió cuando Jimin, emocionado, salto a sus brazos besando toda su cara. Jamás estuvo tan feliz.
Debió escuchar los consejos de sus sabios padres, debió escuchar.
"Debes dejar esto cuánto antes, hijo, no quiero verte sufrir, por favor, termina con Jimin. Sabes que cuando su pareja predestinada aparezca, te dejara destrozado, así no quiera hacerte daño".
Y con un infierno que lo sabía, claro que lo sabía, era la ley universal más vieja que existía y la que más se cumplía. Cada Omega tiene su Alfa, su otra mitad. Los betas se quedan con Betas, porque así debe ser, rara era la vez que un beta conseguía a un Alfa o un Omega pero eso, era como un cuento.
Tal vez si hubiese escuchado hubiera evitado volar tan algo, soñar tan alto y que su caída fuera tan dura que aún después de 5 años, su pobre corazón siguiese latiendo dolorido en su pecho, con la misma intensidad del primer día.
Cuando se graduó de la secundaria junto a Jimin, ambos se mudaron al centro de la cuidad, así evitarían pagar tanto en transporte por la universidad, ellos eran felices, y supo que en ese tiempo, Jimin lo amaba tanto como él lo hacía. Lo sabía por las mejillas rojas del chico, aquel brillo en sus ojos, aquellas hermosas sonrisas que solo le daba a él, el como aquel chico de hermoso cuerpo decidió entregarse a él el día de su cumpleaños, fue el regalo más preciado y cuidado que Yoongi tuvo en su vida. Todo era tranquilo. Entonces conoció a Hoseok, aquel alfa bullicioso de olor a piñas, al principio fue algo receloso ya que Hoseok solìa decir que Jiminiee olía muy bien, luego entendió que el alfa no lo decía de mala manera.
Los tres se convirtieron en el trío imparable hasta que al final de año se añadió un nuevo integrante al grupo, el chico trabajaba en un café cerca de la universidad pero la insistencia de Hoseok por traer a aquel Omega al grupo fue tanta que no tuvieron más opción que aceptarlo en el círculo vicioso, luego de unos meses, el chico se unió oficialmente como el novio de Hoseok.
Kim Namjoon era su nombre. Un gracioso Omega bastante torpe y destructivo con las manos que traía a su mejor amigo a sus pies, echando baba casi como él mismo por Jimin.
Los cuatro se graduaron y no pudieron estar más felices en su vida. Todo iba bien, incluso nuestro pálido chico se llenó de valor para invitar a su chico a salir, Jimin siempre le dedicaba esas miradas llenas de ternura y amor cuando se sonrojaba. En aquel restaurante en donde casi murió ahogado por los nervios, le propuso matrimonio a su hermosa pareja, en seguida Jimin se había levantado de su puesto para besar sus labios.
Lo amaba, maldición lo amaba, de dejaba el pellejo de ser necesario por aquel chico y jamás se sintió tan completo como aquel momento.
Hasta que Jimin lo conoció a él.
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Hyung.
FanfictionYoongi simplemente no podía entender la insistencia de aquel Alfa por estar cerca suyo. ¤Fluff. ¤Adaptaciones solo si hablan conmigo primero♡.