Parte I: Corazón

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En esa semana la vida de cierto pálido estuvo de cabeza, iba a asesinar a sus dos mejores amigos apenas pisaran tierra Coreana.

Pero no era porque el chiquillo fuera inquieto. No, de hecho era todo lo contrario y eso frustaba a Yoongi, él sabía que algo malo le pasaba al niño pero vamos, era Yoongi, él apenas si se sabía expresar algunas veces sin que se viese y se escuchase molesto, las personas que no le conocían huían apenas se le acercaban por su temperamento... ¿Cómo se supone que iba a ayudar a un mocoso cuando ni él mismo puede?

Otra de las cosas que atormentaba a nuestro beta es que, cada vez habían menos días en la semana lo que significaba una vuelta al trabajo segura pero también la jodida fiesta de Namjoon.

Antes no le había prestado tanta atención debido al ajetreo pero ahora, aquel asunto estaba consumiendo su mente porque enserio ¿Cómo haría para soportar tanto? Sabía que su corazón seguía doliendo por el Omega, que su olor lo seguía volviendo loco ¿Cómo iba a aguantar estar en el mismo espacio que Jimin? Al menos no sin echarse a llorar. Ahora caminaba en círculos desesperado, halando sus cabellos negros con molestia ¡Diablo! Qué asco era todo esto.

-¿Hyung?- Preguntó una pequeña vocesita a su lado. Dejo de halarse los cabellos para mirar al niño.

-¿Qué pasa Taehyung?

-¿Por qué te estas quitando los pelos con las manos?- Preguntó el chiquillo con su cabeza inclinada a un lado.

Adorable.

-Son cosas de adultos Tae, no entenderías mucho si te explicara- Bufó.

Noto al niño cohibirse y se maldijo entre sí, no quería asustarlo o alejarlo. Tae tenía ojeras como si se tratase de un oso panda, apenas si comía cuando el pálido cocinaba -Y conste que no lo hacía mal-, y casi no jugaba ni brincaba como los niños de su edad. Sus ojos estaban apagado.

El único brillo de emoción que parecía irradiar era solamente cuando veia su prograna animado completamente concentrado y un leve rubor en sus mejillas.

-¿Quieres que te cuente?- Dijo un Yoongi algo nervioso, rascando su nuca. Tal ves eso le ayudaría, tal vez.

-¿Me contarías?- Y parece que funcionó. Los ojos de Tae cobraron brillo.

-Sí eso quieres está bien- Agregó Yoongi sonriendo para sí mismo al ver que su plan funcionó.

Pasó toda la tarde hablando con un niño de 10 años el cual le prestó mucha más atención de lo que habría echo un adulto. Tae se quedo callado en todo el tiempo, escuchando al mayor hablar, botó algunas lágrimas que secó rápidamente y se ocupó de secar las lágrimas de su hyung cuando se hicieron insostenibles para sus ojitos.

-¿Tiene miedo de verle, Hyung?

-Sí- Confesó. -Tengo mucho miedo.

-¿Y por qué aceptó ir?

-Porque... sé que no fue un ataque de madures, yo lo sé en mi interior, debo superarlo, pero no sé como... sí tan solo pudiera darle un receteo a todo mi sistema sería más fácil.

-¡Entonces ayudaré a hyung!- Exclamó el niño y Yoongi le miró extrañado.

-¿De qué hablas?

-Lo ayudaré Hyung... A que no duela tanto- Dijo señalando su corazón. -Porque no me gusta ver a Yoongi hyung triste, y menos ahora que me ha contado su problema- Sonrió, tan alegre como un niño.

-Oh pero no te creas... tú tienes algo que contar- El niño le miró. -¿Qué es lo que tienes Tae?

La mirada del niño se apagó y entonces el pálido quiso volver en el tiempo para no hacer aquella pregunta, el olor de tae era pesado, estaba triste.

-No tienes que contarme si no quieres... No te quiero presionar pero... No estás siendo... Normal- Dejo escapar un jadeo.

¿En serio Min Yoongi? ¿Esa es tu manera de expresarte? Dios alguien que le lance un ladrillo ya por el amor a la santa Luna.

-¿Normal?- Pregunto el chiquillo.

-¡Es decir! No... No corres ni brincas como los demás niños, tampoco quieres comer demasiado, duermes mucho y aún no eres un anciano como yo... hay algo mal Tae... Pero no podré ayudar si no me hablas- Dijo con su tono de voz suave y tranquilo.

Pasaron los minutos que los sumieron en silencio, tae tomó una respiración fuerte y la dejo escapar fuertemente, se estaba armando de valor.

-Estoy triste Yoongo hyung- Fueron sus palabras y yoongi casi se cae del mueble.

¿En serio logró que Tae le hablara?

-¿Y eso por qué mocoso?

-... Sabe, estaba muy feliz cuando me contó su historia sin poner tantas excusas, aunque me hiso llorar también me hiso muy feliz de que alguien hubiera sido capaz de confiar en mí para hablarme... En mi casa últimamente no me hablan, creen que por ser pequeño no entenderé y me aislan... Me siento muy solo Yoongi Hyung- Sollozó el pequeño.

-¿Tae? No llores yo... No sé como hacer para que las personas dejen de llorar- Dijo un Yoongi algo frustado por la cara sollozante del niño.

Tae sonrió atravez de sus lágrimas y las limpio con su manga mientras negaba con la cabeza.

-Está bien que la gente llore hyung... Mi abuela solía decir que es bueno llorar cuando te sientes mal... Pero cuando estoy con hyung no me siento triste, porque Yoongi Hyung me escucha- El pequeño le miró. -Gracias Yoongi Hyung- Dicho eso, sonrió ampliamente.

Los ojos de Yoongi se aguaron y algunas lágrimas rodaron por sus mejillas rosadas.

Yoongi aún no entendía como había terminado en aquel supermercado las 24/7 abierto al público con 3 potes de helado en su canasta, unas botanas y algunas películas, las suficientes para pasar toda la despiertos mientras un pequeño Tae jugaba con s...

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Yoongi aún no entendía como había terminado en aquel supermercado las 24/7 abierto al público con 3 potes de helado en su canasta, unas botanas y algunas películas, las suficientes para pasar toda la despiertos mientras un pequeño Tae jugaba con su muñeco de su caricatura favorita "Anpanman" a la vista de su mayor quién amenazó con jalarle las orejas si salía de su rango de vista.

Ese olor tan conocido pico en su nariz y algo en su interior se removió.

-¿Acaso me estás siguiendo?- Preguntó el pálido sin voltear, observaba al pequeño jugar tranquilamente.

-Hola hyung~- Saludo aquella voz tan conocida. -Y no, no lo estoy siguiendo, esta es una tienda 24/7 para el público~- Dijo algo feliz.

El rostro del pálido se arrugó.

-Oh- Fue lo que dijo

Pago cuando fue su turno y tomo las bolsas.

-Tae, nos vamos- llamó al niño. Este en seguida salió corriendo a su lado tomando su mano.

Solo entonces Tae miro a aquel extraño que observaba a su hyung... Aquel chico miraba a su hyung como él a las donas.

Ese chico le parecía conocido, Tae no recordaba de dónde pero le parecía extremadamente conocido.

¿En dónde lo había visto?

Hyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora