"El problema de huir es que siempre debes llevarte contigo." (Mary Balogh)
Camden esbozó una media sonrisa triste. Habían tenido que transcurrir diez años para que pisara suelo italiano y, ¿a quién era la primera persona que encontraba? Ella. Su Alina.
Por supuesto, ella no lo había visto. El aeropuerto estaba tan abarrotado como de costumbre, por lo que no hubiera sido sencillo que ella lo encontrara, aun cuando lo estuviera buscando, que no era el caso.
Rayos, esto era más duro de lo que había pensado. En realidad, había tenido la levísima esperanza que diez años fueran suficiente para... algo. No sabía qué, pero algo debía haber sucedido. Cielos, era una década completa. ¿Cómo podría seguir pensando en el pasado?
No lo hacía. No más. De hecho, muy rara vez se detenía a pensar en lo que lo había alejado de su hogar y todo lo conocido. Porque ahora era diferente. Tenía que serlo, suponía.
Alina... curiosamente, seguía siendo ella. Radiante, sonriente, preciosa Alina. Un faro que guiaba en medio de la tormenta. El sol que asomaba sus rayos entre nubarrones grises que lucían amenazantes. Seguía siendo ella.
Y él... ¿qué era él? ¿Cómo se veía? ¿Cuánto había cambiado? ¿Lo suficiente? ¿Demasiado poco? Cielos, ojalá se atreviera a hablar con ella.
–¡Hola, Cam!
–¡Sienna! –Camden abrazó a su hermana. Ella sonrió–. ¿Viniste por mí?
–Naturalmente. Me ofrecí a recogerte para que te hicieras a la idea de que tienes una fiesta sorpresa de bienvenida en casa.
–Oh no.
–Oh, me temo que sí –dijo, alegremente–. ¿Qué tal el vuelo?
–Agotador.
–No parece que hubieras dormido nada.
–No lo hice.
–En meses. Luces como si tuvieras insomnio desde hace meses.
Años, para ser más exactos. Pero eso, suponía, no era adecuado decirlo.
–He estado un tanto ansioso por volver. Eso es todo.
–¡Y para el evento que vuelves! ¿Cómo logró convencerte?
–Con paciencia y una gran carga de chantaje emocional.
–¿Kieran? ¡Bah, él sería incapaz de chantajear a nadie!
–¿No? ¿Acaso olvidas que también es un Sforza? Él sabe cómo salirse con la suya.
–Te creo, especialmente si consideramos estas circunstancias tan particulares.
–Particulares –remarcó Camden, arqueando la ceja.
–Sí. No todos los días se casa un Sforza por amor, ¿no?
–Supongo que no. Ha pasado un tiempo desde que hubo una boda en la familia, ¿verdad? –Camden soltó, pensativo. Sienna puso en blanco los ojos–. Sí, lo siento, mi culpa. ¿Cómo pude olvidar que estoy tratando con la Sforza más práctica?
–No lo digas como si fuera algo malo –esbozó una media sonrisa, divertida–. Así es mucho más fácil, Camden.
–Si lo sabré yo –murmuró, dirigiéndose hacia el auto que los esperaba–. ¿Vamos directamente a casa?
–Sí. A menos que quieras echar un vistazo a tu departamento primero.
–¿Tengo un departamento? –inquirió, sorprendido.
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Infinitamente - Segunda Parte (Sforza #7)
Romance¿Qué sucede después de que una decisión unilateral e irrevocable de otra persona cambió tu vida para siempre? Camden Sforza está a punto de descubrirlo. Regresa a Italia, por un acontecimiento excepcionalmente alegre, del que no tiene más opción que...