"Mi padre decía que nunca hay que comparar a la gente, que cada persona es diferente; lo importante es encontrar la diferencia que mejor le va a cada uno. Ella era mi diferencia, la que mejor cuadraba conmigo." (Marc Levy)
Camden se frotó los ojos con las manos mientras se dirigía al comedor. Reprimió un bostezo mientras le servían una taza de café. Tomó dos sorbos y suspiró. Sí, esto le sentaría bastante bien.
–¿Una noche difícil? –Sienna exclamó mientras entraba al comedor. Vestía ropa deportiva, lo que significa que continuaba con su rutina de siempre.
–Buenos días, hermanita –murmuró Camden tomando más café. No estaba ni de lejos listo para una charla, especialmente si su interlocutor era Sienna.
–¿Estás intentando halagarme, hermanito? –inquirió con un deje de burla. Camden se encogió de hombros–. ¿Qué es?
–¿Has desayunado?
–Aún no. Primero una ducha.
–Ah. Que tengas un buen día.
–¿Me estás despachando? –Sienna ladeó la cabeza–. ¿Qué es lo que ocultas, hermano?
–¿Y tú?
–Buena respuesta. Te veo después, Cam –ante su murmuración, Sienna soltó un bufido de incredulidad–. ¿No lo has olvidado, verdad?
–¿Qué?
–Oh, sí que lo has hecho.
–¿A qué te refieres?
–Hoy es la cena de ensayo –cuando no obtuvo respuesta, Sienna suspiró irritada–. La boda de Kieran, tu hermano gemelo, de la que eres el padrino, ¿recuerdas?
–Graciosa.
–Es hoy. Debes acudir temprano. Verificar que todo esté en orden.
–¿Es necesario? Sé que tienen una planificadora de bodas.
–Ah. Entonces, lo sabes.
–¿No ibas a tomar una ducha?
–Cam...
–He terminado mi desayuno –Camden se incorporó y pasó por su lado–. Buen día, Sienna.
***
El salón era amplio e iluminado. A la luz de la tarde lucía precioso y estaba seguro de que nada podría salir mal en ese lugar. Por supuesto, podría cambiar de idea si es que eso significa que él tendría que estar acompañado de Alina después de haber pasado una noche particularmente mala y estar de pésimo humor.
O no. Quizá mirarla bastaría para que él estuviera... ¿feliz? ¿Tranquilo?
Caminó alrededor del lugar por una hora y media, deteniéndose a saludar a varias personas que lo reconocieron. Por Kieran, probablemente. Cuando estaba por darse por vencido en su búsqueda, casi sin proponérselo, la localizó. Se dirigió hacia ella y logró escuchar el final de una afirmación que hacía Alina a una mujer que la acompañaba.
–Lo quieren rodear como si fuera... –Alina decía y se calló. Aunque él no creía que fuera porque lo había visto llegar. Sin duda, todavía no se daba cuenta que estaba ahí–. Una estrella. Es increíble que hagan algo así.
–¿Es que no lo ves? Es, sin duda, una estrella.
–¿Qué es tan fascinante? ¿Que sea el gemelo de Kieran?
ESTÁS LEYENDO
Infinitamente - Segunda Parte (Sforza #7)
Romance¿Qué sucede después de que una decisión unilateral e irrevocable de otra persona cambió tu vida para siempre? Camden Sforza está a punto de descubrirlo. Regresa a Italia, por un acontecimiento excepcionalmente alegre, del que no tiene más opción que...