CAPÍTULO 20 "La verdad..."

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CAPÍTULO 20 “La verdad…”

Mi cabeza estalló en mil sensaciones, mil preguntas, todas sin respuesta obvia, pero la más importante era: - ¿Dónde estaba la pequeña Johana? , ¿Acaso Isaac habría de cometer la cobardía de matarla? En cuanto la sensación de desesperanza corrió por mi cuerpo me incorporé lo mas rápido que pude, en ese momento no me importaba otra cosa que saber acerca de aquella princesita.

Corrí hacia la recepción en busca de alguna respuesta con respecto a su paradero,  mientras corría por el pasillo de loza, con la cabeza hacia abajo,  de vez en vez me viraba para ver si lograba verla por ahí y no podía evitar que mi piel se erizara del escalofrió  que me causaba pensar en que algo malo le hubiera pasado.

Cuando me halle en la recepción cuestione con un tono de desesperación a la señorita detrás del mostrador, una mujer regordeta de piel oscura y un uniforme parecido al de una enfermera, me miro con ojos fríos,  yo sentía que estaba a punto de saltarle encima para que me dijese de una sola vez, estaba a punto de tener un infarto, en eso la señorita se volvió a la computadora y dijo: - Lo lamento mucho,  pero solo puedo brindarle información a los padres de la criatura.

Enloquecí y le explique lo que acaba de suceder, ella insistió y justo cuando iba a perder la cordura y salir corriendo a buscarla por todo el hospital, sentí  la palma de su mano, era Abraham, esta vez a diferencia de todas las demás su tacto no me enloquecía, ni me ardía de pasión en la piel, esta vez me tranquilizo y me reconforto.

-Cálmate Johanna- se volvió a la recepcionista – Si yo soy su padre, dígame-

-Si, disculpe la molestia, políticas del hospital-

-No hay cuidado, ¿puede brindarnos la información que tenga?

-Si, bueno, la niña se encuentra en terapia intensiva, se reporto que había una posible herida de bala,- cuando pronuncio eso sentí como si un yunque callera desde mi pecho hasta mi estómago, mi piel se torno fría y pálida, más que de costumbre. Presione con fuerza la mano de Abraham.

-Sin embargo el reporte reciente – prosiguió – confirma que la niña se encuentra estable, no hay ninguna herida, y se mantendrá en observación.  Si gustan pueden pasar a verla, por el pasillo a la izquierda y hasta el fondo.

-Si gracias,- dije con una voz entrecortada, y con una sensación de alivio en el pecho.

Abraham seguía tomando de la mano, sin quitar su otra mano de mi hombro nos dirigimos hacia donde se hallaba Johanna.

Al llegar a la Unidad nos topamos con unas puertas grandes de cristal y a continuación un pasillo, no sabíamos exactamente por donde ir, así que preguntamos a un doctor que se hallaba cerca de la puerta.

El doctor un hombre de  mediana estatura y con canas en el cabello y bigote se volvió a nosotros y dijo:

 -Apuesto a que vienen a ver a la bebé que trajeron hace unos momentos ¿verdad?- asentimos con la cabeza

-pues ella esta completamente  bien, fuera de peligro, descartamos lesiones o traumas en el cráneo, así como hematomas  - nos miro a los ojos y sonrió – disculpen si me entrometo, pero ha sido el acto mas valeroso del que he sabido en toda mi vida – nos miramos confundidos.

-Johanna – dijo a la vez que checaba su nombre en su expediente médico- no hubiese sobrevivido de no ser por su madre,  testigos del accidente aseguran que el hombre que accionó el arma de fuego apuntaba hacia la niña y su madre se interpuso entre estas dos, furioso el hombre disparo tres veces mas contra la mujer, y aun así esta  se levanto para lograr lesionarlo y poder  huir, afortunadamente el testigo, llamo a una ambulancia y a la policía, cuando llegaron le dispararon al hombre quien perseguía a la mujer.  Y aquí estamos.-

Sensaciones Prohibidas (terminando y corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora