Sensaciones Prohibidas (terminando y corrigiendo)

CAPÍTULO 21 "La culpa"

CAPÍTULO 21 “La culpa”

Abraham….

Lo sé he estado ausente, las cosas no han pasado de lo mejor por aquí, de verdad no la he pasado bien, aun no me puedo creer  lo rápido que pasan las cosas, la fugacidad de la vida, como es que en un segundo la tienes y justo al siguiente se te va, se desmorona, tan fácil, con tanta fragilidad.

Muy a mi pesar he intentado ir lo mejor posible ante esta situación, entre los arreglos para la ceremonia de despedida de Roxanne y todo el papeleo he conseguido “zafarme” de mi monologo interno, aquel que no me deja dormir, aquel que en ciertos momentos me hace sentirme culpable de la muerte de Roxanne, en este momento no hay mayor prioridad que ella, y por supuesto mi hija.

Existen horas en las que me siento tan mal que solo me reconforta abrazar a mi bebé, oler la habitación donde dormía Roxanne y dar un suspiro esperando verla, sentada al pie de la cama, justo como solía hacerlo. Por instantes podría ganarme el llanto, pero ahora más que nunca me queda ser fuerte, para mi hija y para Johanna.

En verdad esto es lo más difícil por lo que he tenido que atravesar, me invaden cientos de preguntas que aún no sé cómo responderé, no estoy seguro de poder lograrlo, no sé si podré. ¿Qué haré con esta casa, donde fui pequeñamente feliz? ¿Qué pasara con mis dos amores? ¿Podré lograr salir de esta situación? ¿Qué pasará con Ethan?

Ciertamente me duele mirar a Johanna, es como ver en ella el enorme vacío que dejo Roxanne, la he notado triste, sin embargo no me atrevo a acercármele, por alguna razón al intentarlo, me colma la nostalgia y decido alejarme.

…

Tanta gente alrededor de mí, compañeros de Roxanne, amigos, familia no Roxanne no tenía familia, solo nosotros dos, mi bebé y yo; es demasiada, no estoy seguro si están aquí por morbo o porque de verdad apreciaban a Roxanne, toda esta gente me hace sentirme aún más solo, todo mi alrededor es tan vacío, tan hueco y superficial, quisiera salir corriendo y gritar, quisiera correr a todos, gritarles que nos dejen en paz, quisiera estar solo, quisiera poder volar, tal y como lo hacen las aves, poder elevarme lo más alto posible, huir, dejar todo y mirar hacia abajo sin poder visualizar más allá de las nubes.

Desearía que todos mis problemas se marcharan, que con un clic como en la computadora pudiese cerrar este capítulo de mi vida.

Johanna…

No lo quiero creer, no puede estar sucediendo de esta manera, después de todo un día Abraham sigue sin dirigirme una sola palabra, no me mira, no me toca, esto es lo peor que me puede pasar, teniéndolo tan cerca, y el tan lejos, su indiferencia es peor que no tenerlo, me hace sentir olvidada, sin amor, desprotegida

Las únicas palabras que me dirige son aquellas en las que pregunta por Johanna, “¿Ya comió?, le cambiaré el pañal, ¿está dormida?, aunque él no lo sepa, me hace sentir mal, culpable, como si estuviese molesto conmigo por la muerte de Roxanne, en momentos me convenzo de que todo esto fue mi culpa, tal vez me enamoré del hombre equivocado, tal vez si ni hubiese tratado así a Isaac, quizás si me hubiese casado con él, nada de esto habría sucedido.