Capítulo 1 "Destino Cruzado"

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Miré a la mujer que estaba acostada a mi lado y retuve un suspiro. Traté de hacer memoria de lo que hice anoche y solo pude recordar trozos. Lo último que sé es que bebí como un poseso. Ayer fue el aniversario. Cerré los ojos con fuerza. Quería darme una paliza por perder mi autocontrol.

Abrí los ojos y miré nuevamente a la castaña que dormía plácidamente. Con suavidad me separé de ella, me vestí, recogí mis cosas y le escribí una nota en una pequeña hoja que conseguí en mi billetera.

"Gracias por tan espléndida noche"

Puse una mueca al leerla. Realmente no recordaba si fue esplendida o no, pero era mejor decir eso que decirle que ni siquiera la recordaba. La dejé dormida en la habitación y salí silencioso al pasillo del hotel. Busqué en mis bolsillos las llaves de mi auto y respiré aliviado por tenerlas allí. Revisé mi celular y vi varias llamadas perdidas de mi secretario y de Annie. Respiré hondo. No quería hablar con ninguno de los dos. Apenas eran las seis de la mañana para estar escuchando sermones y problemas. Subí al ascensor y marqué el sótano esperando que mi auto estuviera allí.

Al llegar caminé por todo el estacionamiento hasta que por fin lo conseguí. Quité el seguro y subí. El auto olía a alcohol y sexo. Puse una mueca desagradable y abrí las ventanas para airearlo. Arranqué el motor y salí del estacionamiento del hotel. Coloqué música ligera mientras conducía entre las calles de Londres.  Poco a poco los recuerdos fueron llegando como un dolor de cabeza. Ya yo estaba muy ebrio cuando la mujer, cuyo nombre no recordaba, se sentó a mi lado. Yo la invité unas copas y de ahí no se más nada. Se que estábamos en un bar cerca del hotel. Quise golpearme.

Cuando llegué al ático que compré hace dos meses suspiré cansado. Fui a la cocina y puse hacer café. Eso era lo que más necesitaba para comenzar el día. Mientras se hacía, caminé hacia mi habitación, conecté el celular para que se cargara la batería, y fui al baño para darme una ducha. Hoy tenía varias juntas y una reunión con Alan. Bufé al recordarlo. Lo último que quería era tener algo que ver con él, pero el destino jugaba muy sucio.

Tardé solo quince minutos en ducharme y vestirme. No me gustaba derrochar agua. Salí de mi habitación con la chaqueta del traje, en la mano. Lo coloqué encima del sofá y fui a la cocina para servirme el café. Revisé los mensajes y fui respondiendo uno a uno. Solo sonreí cuando vi un mensaje de voz de Clare. De inmediato escuché su dulce voz. Me recordaba que la premier de Joalh en su galería era esta noche y esperaba que tuviera tiempo de asistir. Sonreí y le respondí enseguida. Claro que iría. Ambos compartíamos la pasión por la pintura. Desde que nos conocimos nuestra amistad creció y fortaleció para molestia de su esposo Danilo. Sonreí al recordarlo. Danilo a pesar de que fue un reconocido misógino, se enamoró de Clare y la cela a más no poder. Incluso de mi. Y eso que ya ha pasado un año desde que se casaron. Clare y yo nunca nos hemos visto de otra forma. Solo amigos. La he apoyado mucho con su galería y debo decir que ella tiene el don de reconocer a los futuros artistas de la pintura. Incluyendo al hermano menor de Danilo. Aunque él aun está estudiando artes. Es un diamante en bruto.

Me terminé la taza de café, me coloqué la chaqueta, busqué mis cosas y salí del ático. Mientras bajaba las escaleras llamé a Don. Ya era hora que hablara con él. Se debe estar subiendo por las paredes. La primera reunión era dentro de quince minutos.

- Jefe---respondió al segundo repique. Sonreí. Conociendolo seguramente debe tener el entrecejo puesto---buenos días. He intentado comunicarme con usted desde ayer en la noche.

- Y supongo que por eso Annie me reventó el telefono con llamadas y mensajes---respondí resignado. Tanto mi secretario como mi abuela se unieron en mi contra.

- Disculpe, pero es que necesitaba hablar con usted urgente

- ¿Qué sucede Don?--- pregunté mientras me subía al auto

El Deseo Navideño de un Magnate. N°6 Serie Amigos de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora