Capítulo 18 "Navidad"

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- ¡Feliz Navidad Annie!--exclamé con una sonrisa mientras la abrazaba con delicadeza. El chofer de Cameron la había ido a buscar a su casa para que la pasáramos juntos en la casa.

- Gracias querida---sonrió ella alegre---feliz navidad para ti también---dejé que pasara y cerré la puerta---Oh querida estoy tan contenta. Es la primera vez que en esta enorme mansión se celebra la navidad---sonreí--- y ¿Dónde están mi ingrato nieto y el mio bambino?

- Aquí estamos abuela---exclamó Cameron con una sonrisa mientras se acercaba con Sebastian a su lado.

- Hola abu Annie---exclamó Sebastian sonriendo enormemente. Corrió hasta sus piernas y la abrazo feliz. Sonreí con ternura al ver la escena. Annie rió con suavidad y lo abrazó.

- ¡Oh mio bambino! Mira como te ves de hombresote--- Sebastián llevaba puesto el traje que Cameron le compro ayer. Mi hijo ensanchó la sonrisa.

- Mi mami y Cameron lo eligieron para mi.

- Te ves como todo un niño grande---exclamó Annie dándole pequeñas palmadas en su cabeza. Cameron se acercó y besó la mejilla de su abuela---y tu cariño te ves maravilloso como siempre---sonrió con ternura y pellizco sus mejillas---aún recuerdo cuando tenías la edad de Sebastian y llorabas porque no querías vestirte y andar desnudo por la casa---Cameron puso una mueca

- Abuela creo que eso no era necesario que lo recordaras

- ¿Por qué no querido?---Annie sonrió traviesa---Dudo mucho que a Alana le moleste o baje puntos sobre ti por algo que ocurrió hace muchísimos años. Además querido esos son los momentos que más recuerdo---Cameron suspiró y negó con la cabeza. No pude evitar sonreír divertida.

- Mejor vayamos a la sala abuela, así te sirvo tu vino favorito---exclamó Cameron tomando su brazo

- Yo iré a ver como va la comida y luego a arreglarme un poco, antes de que lleguen Domenic e Isabella con sus hijos---Cameron asintió y caminé hacia la cocina. Revisé el horno y lo apague. Ya el pavo esta listo. Observé la lista y respiré aliviada cuando vi que todo estaba listo. Salí de la cocina y subí las escaleras para ir a cambiarme. Al llegar a mi habitacion, me bañé con rapidez y luego me coloque el vestido dorado que Cameron me compró. Al verme en el espejo contuve el aliento. El vestido era muy hermoso y hacía contraste con el rojizo de mi cabello. Suspiré y me aplique un suave maquillaje. Me calcé las sandalias doradas, me cepille el cabello y me coloque un poco de perfume. Me observé nuevamente en el espejo y sonreí. Me encantaba el vestido. Mientras bajaba las escaleras, escuché más voces. Al parecer los demás habían llegado. Caminé hacia la sala y sonreí al ver los amigos de Cameron---Hola buenas noches---todos se voltearon a verme. Isabella sonrió con alegría.

- Hola Alana ¡Feliz navidad!--- se acercó y me abrazó con fuerza

- Feliz navidad Isabella. Igual para ti Domenic---exclamé con una sonrisa viendo al hombre que estaba al lado de Cameron.

- Feliz navidad Alana---comentó Domenic con una sonrisa. Desvié la mirada hacia Cameron y me  quede tiesa al ver la ardiente mirada de él. Cameron sonrió.

- ¿Deseas algo de tomar Alana?---preguntó él con voz ronca

- Vino Cameron, gracias---él fue al bar para servirme una copa. Miré a Isabella---¿y los niños? ¿y Annie?

- Fueron a la sala de juegos a buscar la tabla de ajedrez. Annie dijo que quería jugar y un entusiasmado Sebastian la llevó con él para buscarlo. Mis dos hijos los siguieron. Cuando regresen te los presento--respondió Isabella sonriendo. Cameron regreso con la copa de vino y los cuatro nos sentamos en los sofás para charlar. Al rato regresaron los niños y Annie. Los hijos de Isabella y Domenic eran una belleza. Apenas tenían 10 y 7 años, pero en el mayor se notaba una chispa de vivacidad y madurez. El segundo era un poco más travieso. Parecido a mi hijo. Los tres congeniaron bien y Annie los manejo a su antojo. A pesar de su carácter,  ella amaba a los niños y sabía como tratarlos. Yo busque unos pasapalos que prepare mientras se hacía más tarde para la cena. La charla entre los cuatro fue muy amena.

Cuando se hizo la hora de la cena, Cameron me ayudó a llevar la comida a la mesa del comedor. Ya yo había dejado preparado la mesa con la vajilla, vasos y servilletas. Al tener todo listo, los llamamos a todos para cenar. Cada quien se sentó en su puesto. Isabella y yo nos encargamos se servirle a los niños, mientras que los demás se iban sirviendo.

Terminando la cena, busqué el postre que había hecho. Una torta de chocolate. Creo que lo que más le gustó a los niños fue la torta. Cuando terminamos, Isabella me ayudó a llevar todas las cosas a la cocina, mientras Cameron se llevó a Annie y Domenic a los niños para la sala.

- Gracias Isabella--- exclamé con una sonrisa. Acabábamos de traer los últimos platos del comedor---mejor vayamos a la sala. Los niños deben estar impacientes por abrir los regalos.

-Tienes es mucha razon---exclamó ella con una sonrisa. Caminamos hacia la sala y sonreímos divertidas. Los niños estaban sentados frente al árbol de navidad viendo emocionados los regalos. Annie bebía su copa de vino sonriendo. Cameron estaba sentado en el piso al lado de los regalos. Isabella se fue a sentar en el sofá al lado de su esposo.

- Cómo sus madres ya llegaron,  entonces ya podemos abrir los regalos---los niños gritaron emocionados. Cameron fue agarrando uno a uno y diciendo los nombres de los niños. Ellos los abrían con rapidez. Sebastian grito con sorpresa al ver una consola de un videojuego. Miró a Cameron con la boca abierta y corrió hasta él para abrazarlo.

- ¡Gracias Cameron! ¡Eres el mejor!--exclamó alegre. Luego me miró---¡Mami! ¡Cameron me regaló un  xbox! 

- Te regalo lo que más te gusta carino---miré a Cameron y le sonreí. Él solo me guiñó un ojo. Los hijos de Domenic e Isabella habían recibido una tablet y un xbox también. Luego vinieron los regalos de los adultos. Annie me dio un abrazo cuando recibió mi regalo. Y me sorprendí por el regalo de Isabella y Domenic. Un relicario. Yo no les compré nada, pero Cameron me abrazó por los hombros y les dio dos regalos en el nombre de los dos.

Horas después,  nos despediamos de la familia Lombardi. Annie, como estaba cansada, ya se había ido a dormir en una de las habitaciones de huéspedes. Y Sebastian se quedó dormido en el sofá.  Ya eran casi las dos de la mañana. Mientras Cameron cerraba con seguro y bajaba las cortinas, yo apagaba las luces. Cameron cargo a Sebastian y subió las escaleras. Yo lo seguí en silencio. Dejamos a mi hijo acostado con su pijama y luego nos fuimos a la habitación de Cameron. Al cerrar la puerta, Cameron se apoderó de mis labios. Caminamos hacia la cama y nos tumbamos sin separar nuestros labios.

- ¿Te dije que esta noche te ves exquisita?---preguntó con voz ronca

- No, pero tus ojos me dijeron todo---exclamé con una sonrisa traviesa. Él sonrió y besó mi cuello.

- Entonces sabrás que te deseo con toda mi alma---susurró en mi piel. Bajo la cremallera de mi vestido y besó mis pechos con suavidad. Cameron se levantó de golpe y se quitó la ropa en un santiamén. Tragué grueso al ver su escultural cuerpo. Él se acercó lentamente, se arrodilló ante mi y me quitó el vestido y las bragas con suavidad. Se acostó a mi lado y besó mis labios. Acariciaba mis pechos con sus manos mientras me ponía de lado y entraba a mi cuerpo con suavidad. Abandono mis labios y besó mi cuello y nuca. Entraba dentro de mí con extrema lentitud--- gracias por tu regalo de navidad. No pensé que me regalarías algo---exclamó besando mi cuello.

- ¿Por qué no te regalaría algo?---comenté con voz ahogada---tu eres especial para mí Cameron, mejor dicho para nosotros---Cameron se detuvo y lo observé a los ojos. Acaricié su mejilla y roce sus labios con los míos--- quizás no es el momento porque no estás preparado, pero tu eres muy especial para nosotros Cameron y...---lo miré me volteé para estar de frente a él---te amo. Nunca creí que me podría pasar eso Cameron,  pero te amo---él me observó con sorpresa e intensidad. Besó  mis labios y me penetró con fuerza. El ritmo de sus caderas era acelerado. Yo gemía sin parar. Cuando sentí que él comenzaba a temblar empuje hacia arriba mis caderas y apreté mi vagina hasta que escuché sus gemidos. Lo besé para hacerlo callar. Él siguió moviéndose sin contenerse. Se apoderó de mis pechos y mordió mis pezones hasta hacerme venir con un fuerte orgasmo. Cerré los ojos adormilada y lo abracé con fuerza. Necesitaba su cuerpo y su alma. Lo amaba con locura aunque él no me amara de esa manera. Aunque... tal vez lograra que me quisiera. Suspiré y me dejé llevar por el sueño.

El Deseo Navideño de un Magnate. N°6 Serie Amigos de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora