Capítulo 8 "Bienvenidos a mi casa"

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- Bienvenidos a mi casa---mi quijada casi se cae cuando Sebastian y yo entramos al lujoso apartamento de Cameron. Yo llevaba de la mano a mi hijo mientras entrábamos despacio al vestíbulo.Cameron sonreía. Cerró la puerta y fue hasta la sala, donde dejó la chaqueta de su traje. Yo agarré a Sebas por los hombros y me puse detrás de él incómoda---Ponganse cómodos---señaló el sofá-- ¿Quieren algo de tomar? Tengo jugo de naranja, manzana y pera, gaseosa de uva y naranja y agua.

- Yo quiero gaseosa de uva---respondió de inmediato Sebastian entusiasmado

- Yo solo quiero agua, gracias Cameron---exclamé incómoda. Me sentía rara estar en su casa.

- Muy bien, ya regreso---exclamó él caminando hacia la cocina. Senté a Sebastian a mi lado. El pequeño estaba igual que yo, observando toda la estancia. Era primera vez para ambos estar en un lugar tan moderno y lujoso.

- Mami esta casa es muy bonita---susurró Sebas sonreí levemente.

- ¿Verdad que si?---susurré en su oído. Mi hijo rió divertido hasta que Cameron llegó con las bebidas.

- ¿De qué se ríen?---exclamó Cameron con una sonrisa entregandonos la gaseosa y el agua. 

- Le dije a mi mami que tu casa es muy bonita--- exclamó Sebastian tomándose su gaseosa. "¿Por qué mi hijo tiene que decir todo?" Pensé con los ojos en blanco. Camerom rió por debajo y lo miré a los ojos. Estaba risueño.

- ¿Y quieres ver algo mucho más alucinante?---preguntó Cameron. Mi hijo asintió y Cameron se levantó del sofá, camino hasta una pared y le dio a un botón.  Del techo comenzó a descender una tv pantalla plana gigantesca. Sebastian se levantó impresionado y me agarro de la camisa

- ¡Mira mami! ¡del techo sale un televisor!---exclamó Sebas muy emocionado.

- Si cariño lo estoy viendo---comenté también impresionada. "Si, moderno y tecnológico" pensé mientras veía como la pantalla plana terminaba de bajar.

- Aquí tu hermosa madre verá películas mientras nosotros vamos a la sala de videojuegos.

- ¿Tienes una sala solo para videojuegos?---preguntó Sebastian exaltado

- Si---respondió Cameron divertido---venga vamos para allá. Cameron caminó por el pasillo seguido de mi hijo. Yo también me levanté y los seguí. Al final del pasillo habían varias puertas. Cameron se detuvo frente a una puerta y la abrió. Cuando entramos Sebastian chilló de emoción y entro corriendo. Había una pared cubierta de videojuegos, como si fuera una biblioteca. En el centro de la sala habían varios sofás individuales y en la pared de al frente, otro televisor pantalla plana que cubría casi la mitad de la pared. Mi hijo hablaba emocionado de todo lo que iban a jugar. Por curiosidad, desvié la mirada hacia Cameron y en su mirada se leía la ternura al ver a mi hijo. Sin saber porque, me emocione al ver esa mirada. Cameron sintió la intensidad de mi mirada porque observó mis ojos, y la ternura anterior se transformó en algo distinto que no pude identificar. Cameron se acercó a mi y acarició mi cabello. Mi corazón latió desbocado. Él sonrió y se alejó para ir a hablar con  mi hijo. Yo me sentía como una estatua. Despeje todo pensamiento raro y caminé hasta el sofá doble que estaba más alejado de ellos para no molestarlos---Alana, si quieres ver películas mientras nosotros jugamos, esta el televisor de la sala. Puedes sentirte como en tu casa---miré el rostro de él y le sonreí.

- Gracias Cameron, pero tranquilo, prefiero estar aquí con ustedes. Yo me entretengo viendo como juegan---Cameron sonrió y asintio. A partir de allí, Sebastián consumió su atención. Yo me acomodé en el sofá y los vi jugar. Al rato, me quite las sandalias y subí las piernas al sofá. Miré el divertido rostro de mi hijo y suspiré. Gracias a dios lo peor ya pasó. No quisiera volver a pasar por esta experiencia. Sebastian es mi mayor tesoro y no quiero que sufra por nada del mundo.  "Y por eso necesito conseguir otro trabajo" pensé con una mueca. Ayer antes de ir al hospital, pase por la tienda y mi antigua jefa ya me tenía el cheque de la liquidación y demás cosas que me debían. Ahora estaba desempleada a tres semanas de navidad. "¿Qué voy a hacer?" Pensé atormentada. Cerré los ojos y traté por un rato,  olvidar todos los problemas que tengo encima.

El Deseo Navideño de un Magnate. N°6 Serie Amigos de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora