El Principio Del Fin

Capítulo 11

- ¡Llegas tarde Agoney! –me grita Ricky desde la puerta de la clase, es verdad que esa mañana había tardado mucho en prepararme

-¡Voy! Perdón – le contesto mientras entramos en clase

Entramos y nos sentamos a esperar que empiece la clase, van llegando las personas ocupando todos los asientos menos uno, el de Raoul. Ese día Raoul no se presentó a ninguna clase, me pregunte interiormente si le había pasado algo, aunque no es la primera vez que falta, la anterior vez se fue de la academia, pese a que tenemos todos prohibido salir de aquí estos meses.

-Ricky, ¿tú sabes porque ha faltado Raoul hoy? - le pregunto después de las clases yendo a comer algo

-No- me contesta súper seco

- ¿Y tampoco sabes cómo es que él puede salir de aquí mientras los demás no podemos? -

-Agoney si quieres saber algo pregúntale, no es cosa mía contar nada de nadie- me dice mientras se para a mirarme

-Entonces sí que lo sabes, aunque no me lo vayas a contar, ¿verdad? –

-No sé mucho y lo que se, es mejor que te lo cuente el-

- ¿Y si no le hace? -

-Joder Agoney, te tiene loquito, madre mía...- me dice riéndose

- ¡Pero qué dices! Estas tonto Ricky, si ni siquiera lo soporto –

-Menos mal que no lo soportas que sino...- dice mientras se sigue riendo de mí, puto Ricky...

Decidí toda la tarde dedicarme a ensayar, se acercaba el día de hacer una nueva actuación y esta era bastante especial ya que se cumplía un mes desde que llegamos aquí. Íbamos a actuar todos los estudiantes y luego iba a haber una pequeña fiesta, en la que estaba muy seguro que no iba a tocar el alcohol ni muerto.

Estas últimas noches las pasaba solo ya que Ricky estaba en la cabaña con Kibo, no me importaba, aunque echaba de menos los ratitos hablando con el antes de dormir.

Los días seguía pasando y Raoul seguía sin aparecer por las clases y por lo que averigüe tampoco dormía aquí, asique me empezó a picar la curiosidad, ¿Qué narices pasaba para que le dejen salir y faltar a tantas clases sin echarlo de la academia?

El jueves después de clase lo vi llegar en un coche negro a la academia, estaba igual que siempre, es decir igual de buenorro con su maldito tupe rubio, esos labios carnosos que desde que los probé no se me quitaban de la cabeza y esos pantalones ajustados que me moría por saber que había debajo de ellos. Bua ¡qué digo! Últimamente se me va la cabeza, no me llega la sangre al cerebro.

Pensaba que él no me había visto al bajar del coche, pero me equivocaba, nada más bajarse, sus ojos fueron a parar directos en mi asique se acercó lentamente.

-Hola- me dice

-Hola-

- ¿Qué tal? –

-Bien, ¿tu? –

-Bien-

Vaya conversación tuvimos, digna de enmarcar y enseñársela a todo el mundo...

- ¿Cómo es que has faltado tantos días? - me atreví a preguntar

- ¿Me echabas de menos? - me dice mientras da un pasito más hacia a mi

-No me contestes con otra pregunta, contesta de verdad-

- ¿Y si no me apetece? - me contesta desafiándome

-Pues vale...- respondo mientras me doy la vuelta para irme, lo odiaba tanto en algunas ocasiones y ese era uno de esos momentos, en verdad ni siquiera entendía porque me importaba tanto, pero lo hacía.