Capítulo 16

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La fiesta se estaba animando, todo el mundo bailaba al ritmo del reggaeton y pop mas actual con su copa en la mano y el sudor que corría por sus cuerpos en movimiento.

Yo estaba bailando con Mimi y Amaia junto a Ricky y Kibo, Raoul se encontraba a unos pasos atrás bailando y hablando con un par de chicas.

-Hola- una mano se posiciona en mi espalda llamándome la atención

- ¡José! - grito emocionado - ¿Qué tal? - le pregunto

-Muy bien ¿tu? -

-Bien, hace mucho que no nos hemos visto-

-Lo sé, estas muy guapo Agoney- me dice José

-Gracias- respondo sonrojado

- ¿Quieres bailar? - me propone

-Claro- respondo mientras me pongo delante suyo para empezar a movernos al ritmo de la música. Había muchísima gente así que mientras bailábamos digamos que mucho espacio entre nosotros tampoco había.

-No te gires, pero hay alguien que no nos quita ojo- me dice José cogiéndome de la cintura y pegándose a mi oído

- ¿Que? ¿Quien? - pregunto

-No sé si te sonara un chico rubio, no muy alto, ahora mismo con cara de mala hostia-

- ¿Está mirando? -

-Sí, desde que me he acercado a ti- me responde José provocando en mí una sonrisa estúpida.

Sin poder evitarlo me doy la vuelta y mis ojos fueron directamente a posicionarse en los suyos. En vez de acercarme a él, se me ocurrió una mejor idea. Mis manos se colocaron en la cintura de José para atraerlo un poquito más a mí, haciendo él lo mismo, nuestros cuerpos pegados empezaron a moverse sin ningún tipo de pudor.

-Debería estar enfadado por usarme para dar celos, pero ahora mismo no me importa- dice José en mi oído

-Lo siento...-

-No te preocupes, pero creo que deberías saber que tu chico se acaba de ir-

- ¿Que? - pregunto girándome para buscarlo entre la gente

-Anda deja de hacer el tonto y ve a buscarlo-

Antes de irme pido perdón a José ya que siempre me comporto demasiado mal con él y siempre ha sido muy bueno conmigo. Cuando me despido mi cuerpo y mis ojos empezaron a buscarlo entre la gente, viéndolo apoyado en la barra pidiendo otra copa.

-Hola- digo acercándome por detrás suyo

-Hola- contesta casi sin mirarme

- ¿Qué tal? -

-Muy bien, aunque supongo que no tanto como tú-

-Pues no sé porque lo dices - le respondo riéndome, a la vez que recibo una mirada lasciva suya - ¿Estas celoso chiquitín? - le pregunto susurrándole al oído

-No, Aitana no está aquí- me responde con superioridad. Aitana era la chica con la que lo he visto muchas veces y muy juntitos y no me gustaba nada

-Gilipollas-

- ¿Qué has dicho? - dice acercándose peligrosamente a mi cara

-Vamos a bailar- respondo cogiéndole de la mano y casi arrastrándole a la pista, pero sin oponerse.

Sus manos antes de lo esperando me acercaron hacia él, juntando nuestros cuerpos ya bastante sudorosos por el calor y el alcohol, mis manos tampoco tardaron mucho en reaccionar y posicionarse en su cintura y espalda. Mi cara fue directamente a su cuello pudiendo oler su perfume que me fascinaba.

- ¿Sabes lo que dicen sobre el baile Ago? - me susurra al oído mientras pone una de sus manos en mi mejilla

- ¿Qué dicen? -

-Que el baile es la expresión vertical de un deseo horizontal- me dice en un tono ronco y seductor

- ¿Así? - digo casi sin habla

Y ya no dio tiempo a que contestara ya que sus labios fueron directamente a devorar los míos, este no era un beso ni tierno ni suave, era feroz y caliente.

- ¿Nos vamos de aquí? - le pregunto cuando nos separamos para poder coger un poco de aire.

- ¿Y a donde quiere usted ir? -

-Si quieres nos quedamos eh-

-No, no, ni de coña- dice haciendo que nos riamos los dos de la caliente situación

Salimos para dirigirnos hacia mi cabaña no sin antes despedirme de Ricky y amenazarle con que no viniese a dormir esta noche a la cabaña, cosa que a la mañana siguiente me arrepentiría porque me sometería a un interrogatorio seguro.

Raoul y yo íbamos a la cabaña haciendo el tonto, reíamos, nos empujábamos y besábamos todo el camino, no sé si era el alcohol que teníamos en sangre, pero las cosas fluían de maravilla y el calentón que llevaba no era ni imaginable.

-Agoney ¿me estas mirando el culo? - me pregunta cuando ve mis ojos en su trasero

-Es posible...- digo riéndome

-Anda tira, vamos - me dice empujándome y dándome una palmada en el culo

-Oye ¿Quién te ha dado el permiso para tocarme el culo? -

-Después de casi violarme con la mirada, creo que tengo el derecho para tocar lo que me plazca-

-Esta noche tus redonditas nalgas me van a pertenecer, querido amigo- digo con tono de amenaza

-Te vas a enterar esta noche Agoney, estas muy salido últimamente y te da igual quien se te ponga delante-

-Uy uy, ves como sí que estabas celoso-

-Cállate, esta noche se te van a quitar las ganas de jugar tanto-

-No sabía esta parte de ti rubito, pero me está poniendo demasiado-

-Idiota- me dice estampándome contra la puerta de la cabaña y besándome con fuerza.

Después de ese beso, nuestro cerebro dejo de funcionar y las pasiones se desataron. Nuestros cuerpos se unieron, se fundieron en uno solo. Acariciaba cada parte de el como si fuera la última vez que lo hacía, quería sentirlo y no separarme nunca más.

Y así dormimos con nuestros cuerpos desnudos pegados como si fuesen uno y nuestros dedos entrelazados con fuerza para que nada ni nadie nos pudiese separar.

El Principio Del FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora