Capítulo 3: El respeto se gana... y la confianza también.

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-Bueno y ¿Como sabían quien era?.- preguntó Edythe con una mirada llena de desconfianza.
Se encontraba en una enorme mansión en lo alto de una colina. Estaba sentada en la mesa principal, que estaba muy bellamente adornada con flores. Una joven vestida de sirvienta se acercó a servirle la comida. Edythe la miro a la cara, parecía de unos 19 años y sus ojos estaban llenos de tristeza y al encontrarse con los de Edythe, la chica apartó su mirada y lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y salió corriendo. Edythe fingió no haber visto eso, intento que sus ojos no reflejarán la ira que sentía, volvió a mirar a Yoki.- La gente del pueblo se ve algo... Mal en comparación a usted.- dijo mientras cruzaba las piernas y se llevaba su mano a la barbilla en un gesto pensativo.

-Oh es lo que se merecen. Como lo diría usted; "intercambio equivalente". Ellos no quieren pagar los impuestos para mejorar y prefieren seguir viviendo sus vidas en la miseria pero... ¿Sabe algo , Edythe-sama?, en esta ciudad hay cosas muy buenas que he ido mejorando y me gustaría que le dijera de ellas a Central... Pero... Hay otras cosas que... Oh no me gustaría que se enteraran.- Yoki dejo un sobre que se veía demasiado gordo.- se que usted tiene un muy buen contacto con ellos...

- Intercambio equivalente.- dijo Edythe mientras tomaba el sobre entre sus manos, Yoki la miro desconcertado.- no se hasta donde podré abogar por usted porque Central sospecha muchísimo. ¿Que le parece si me deja está ciudad y yo me encargo de borrar todo su historial? Para que en unos meses usted pueda subir a la cima sin ningún problema. Además de que le daré un buen pago. Ya sabe que los alquimistas nacionales tenemos bastante dinero.

Al escuchar las palabras de Edythe, los ojos de Yoki brillaron.

-Y-y-y de-de ¿cuanto estamos hablando?.- dijo con demasiada emoción, no hice ningún esfuerzo de aparentarlo.

-Oh, pues... Permítame consultarlo con la almohada. Tengo muchísimo sueño como para pensar en alguna cantidad.- dijo Edythe mientras se estiraba e hizo un gesto muy dramático.- después de todo, aún soy una niña y necesito dormir.

-¡Por supuesto! usted vaya a descansar Edythe-sama. Que alguien lleve a su habitación a Edythe-sama.

Dos sirvientas acudieron al llamado.

-Por aquí Edythe-sama.- dijeron de manera solemne.

Al fin podré salir de este maldito pueblo mugriento.- pensó Yoki.

Hump, ni se imagina lo que tengo en mente.- Pensó Edythe.

Cuando dieron la 1 de la mañana, parecía que nadie estaba levantado. Edythe se asomo por la ventana.

-Umm al menos 8 metros de aquí al suelo... Si uso esto...- susurro para si mientras tomaba una esquina de la sábana. Hizo una cuerda uniendo tres de ellas atraves de la alquimia y después de colocar el seguro a la puerta; bajo por la ventana. Corrió por el pueblo que se encontraba en completa paz y se detuvo hasta que llegó a la posada donde había dejado a Alice.

Con un poco de alquimia, llegó al techo y llamo a su hermana por medio de una señal.

-¿Hermana?.- una ventana se abrió y Alice asomo la cabeza.

-Hola, perdona por dejarte aquí. Pero si íbamos juntas era muy probable que costará más trabajo salir.- la abrazo.

-Si ya lo se, ven pasa si alguien te ve va a ser muy peligroso.

Edythe entro en la habitación de Alice.

-Bueno, ¿cual es el plan?.- Alice sabía que el cerebro de su hermana trabajaba mucho más rápido que el de cualquier persona y más para planear algo.

-Ok primero necesito que me acompañes a las minas y busquemos algún carrito con mucho carbón.- guiño el ojo pero su forma de actuar hizo que Alice la mirara con poca confianza.

The Alchemist (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora